Capítulo 17

Carlotta, que harás con la máscara rota?- pregunto Fernanda- aunque te ves genial con la máscara, todavía eres más hermosa sin ella- dijo, con los ojos brillantes, como si hubiera conocido un nuevo mundo.

- Exactamente- dijo Catherine- es la primera vez en mucho tiempo que te vemos sin eso.

Fernanda y Catherine, hablaban mientras giraban alrededor de Carlotta, diciendo esto y aquello, pero quien las culpa, después de todo Carlotta no permite que nadie vea su rostro, desde hacía mucho.

- Ya!, basta, me están mareando- dijo en un intento de detenerlas, además de que la avergonzaba escuchar lo que ellas decían.

Pero su dos hermanas ni siquiera le prestaron atención, solo estaban hablando de un cambio de look para Carlotta.

- No sé, talvez un corte de pelo- dijo Catherine, mientras agarraba un mechón de su cabello.

- Yo pienso, que solo falta cambiar un poco su vestimenta- dijo Fernanda- aunque al final todo lo que se ponga le quedará hermosa.

- Porqué no usa desde ahora unos lentes- soltó Isaac, a lo que todos lo miraron raro- digo, es que se vería tan bien, piénsenlo- " enserio estas personas no comprenden lo refinado e intelectual que hace ver usar unos lentes"- pensaba para si mismo.

- Ahora que lo pien- no termino lo que iba a decir por las palabras de Carlotta.

- Basta, ya no hablen- dijo sonrojandose- no pienso cambiar nada de mí.

- Bueno si eso es lo que quieres- dijo Fernanda- al final te ves hermosa como sea y con lo que sea.

Era algo divertido ver a estos cuatro, cambian de ánimo en cualquier momento, cambian de conversación sin siquiera darse cuenta, a pesar de lo que dijo Isaac acerca de sus hermanas, al final el es igual.

Ambos hermanos Montés, observaron a los hermanos Cardozo, aunque les pareció gracioso su forma de llevarse bien, también les dio un poco de envidia, ellos como miembros de una familia adinerada, apesar de que sus padres fueron muy cariñosos con ellos, eso no significó que no hubieran tenido una educación estricta, teniendo limitaciones y reglas que seguir, pues cualquier error que cometieran serían señalados sin la menor consideración.

Por eso mismo al final ambos crecieron con pocos amigos, ya que conociendo su posición eran presas de personas que al final solo quería utilizarlos, para acercarse a la familia.

- Porque no vamos juntos a comer algo- sugirió Catherine, invitando también a los hermanos- así no conocemos mejor- continuo con una mirada de 'a conseguir chisme', esta claro que este tal Rodrigo es el mismo con quien la chica de instituto siempre se juntaba en el pasillo, quizás con un poco de suerte, conseguiría buenos chismes.

- Vamos, vamos- dijo Isaac y Fernanda.

- Esta bien- acepto Karina, tirando de su hermano, para llevarlo.

Se fueron todos juntos aunque a Fernanda no le gustaba estar cerca de estas dos personas, no pudo decir nada, además conociendo a Catherine estaba segura de que ella estaba pensando en cómo sacar información (chisme) de primera mano, con sus increíbles dones.

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Mansión Sandoval.

Después de lo que sucedió en la mañana la familia Sandoval quedó rodeada en un ambiente deprimente, tan espeso que cualquiera lo nota.

Los sirvientes, evitaban lo más que pudiera realizar algún ruido, que pueda molestar, al final en la casa bellamente decorada, estar dentro era más como estar en un funeral.

Las única persona que no tenía tacto, como para darse cuenta de la situación es la señorita Silvia, como lo llamaban sus compañeros de trabajo, paseaba muy tranquilamente, con gracia, copiando los movimientos elegantes propios de los ricos, dando órdenes a sus colegas como si fuese la anfitriona de la casa.

Los demás la miraban con mucho odio, no les gustaba esta mujer desvergonzada que pretendía ser la dueña, pero no podían hacer nada, pues al ser cercana a la Señorita Beatriz, le da el privilegio de hace lo que se le venga en gana.

Pero lo que más temen es que esta mujer desvergonzada, obtenga algo más que solo el favor de dama más joven de la casa, pues es un hecho que todos conocían que desea el puesto de la anfitriona de la familia Sandoval.

- Quiero que habrán esa puerta, y que limpien la habitación, pars la señorita Beatriz- dijo Silva, mientras daba órdenes a los demas- también que alguien se encargué de remodelarla para que sea su nuevo guardarropa- hizo una pausa- entendido- dijo de forma dominante

- Pero señorita, esta habitación acaba de ser remodelada y ordenada por la misma señora- dijo una sirvienta- además, a nadie se le permite entrar en la habitación.

- No importa, luego hablaré con ella- dijo irritada, quien le preguntó a esta musaraña- después de todo es por la comodidad de la Señorita Beatriz, estoy más que segura que la señora comprenderá.

Con esas palabras estaba por retirarse del lugar, pero quien hubiera pensado que la persona que impidió que alguien entrara y tocara las cosas de esa habitación terminaría siendo el señor Pedro.

- Creí que mi esposa les había prohibido acercarse a esta habitación- dijo mientras se acercaba- señora Silvia, espero que la última vez que la escuche tomando atribuciones que no le corresponda, recuerde cual es su lugar.

- Esto, lo siento señor- dijo enfada, aunque no dejo que se le notara- pero, es que la señorita necesita más espacio y su habitación es por así decirlo un poco pequeña para ella, por eso pensé que sería mejor arreglar esta habitación para que ella pueda ordenar sus cosas mejor y que tenga más comodidad.

- Muchas personas viven en casas que se podría comparar con el tamaño de su habitación y tu me dices que es pequeña para ella? - pregunta- además desde hoy este piso estará prohibido para ustedes- dijo.

- Entendido, señor- dijeron las demás, de forma respetuosa.

- Lo siento señor- hizo un pausa- solo pensaba lo que era mejor para la señorita- dijo mientras inclinaba un poco la cabeza.

- Usted no necesita pensar, solo haz su trabajo y no se meta en lo que no le concierne- dijo para darse la vuelta y retirarse, no sin antes advertirles- recuerden, si alguien toca las cosas que están en esa habitación, estarán despedidos, además, desde ahora en adelante solo escucharán, lo que mi esposa les ordené- con esas palabras se retiró del lugar.

Puede que sea un hombre atento y cariñoso con su familia, puede tolerar cualquier cosa por ellos, pero todo tiene su límite y Silvia ya se está pasando. Desde que Beatriz empezó a encariñarse con esta mujer, hasta el punto de que era más cercana a ella que con su madre, había notado que Silvia, siempre andaba con trucos para con él, pero lo aguantaba por su hija.

Ahora todo era diferente, aunque aprecia mucho a Beatriz, también ama demasiado a su esposa, entre los sentimientos de ambas mujeres, siempre tendrá más peso la de su esposa.

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