Celos extraños

8:35 a.m.

Londres, Inglaterra

Chalet

Alessandro

Terminamos de desayunar junto al abuelo y este se despide cariñosamente de la mugrosa, diciéndole que tiene asuntos que atender.

Lo cual me parece agradable para pasar un rato junto a esta mocosa insoportable.

Y bien... Tendrás que estar aquí el tiempo que el abuelo decida quedarse.

(Le digo serio y ella hace mala cara)

- Déjame ir a ver a mis amigas, deben estar preocupadas por mí.

Descuida mugrosa, mandé a darles razón de ti con mi empleada doméstica.

Ellas están plenamente cómodas en el ala norte del chalet

- Necesito irme. Mañana comienzan las clases. No puedo faltar, estoy terminando el trimestre.

Bien. Ordenaré que las lleven mañana a primera hora.

Van a quedarse esta noche. De nuevo. De eso no hay discusión.

- No puedo, tengo trabajos que hacer, además quedé con alguien que me iba a ayudar a estudiar para mis exámenes. Hay unos ejercicios que aún no entiendo bien. Tengo tres exámenes esta semana.

Aparte de mugrosa y pobre, Eres tarada. ¿Algo más que desees agregar?

¿Con quién quedaste a estudiar? ¿Con el desteñido ese con quién te besaste en la universidad?

- Si, con él. ¿Hay algún problema? Y no me besé con él, fue él quien me dio un pequeño beso en mis labios.

(Al escuchar esas palabras de inmediato me hizo enfurecer)

Si, por supuesto, porque debe ser que no te vi disfrutarlo.

- Pues claro que no, No me esperaba algo así.

No quiero escuchar explicaciones. Esos no son mis asuntos. Espérame en mi oficina. Yo mismo te ayudaré con esos trabajos pendientes.

- ¿Son celos?

¿Qué dices?

- ¿Que si sientes celos al verme con otros?

No seas ridícula niña. Mírate. Una persona como tú no está a la altura de un hombre como yo. Me gustan las mujeres con clase. Finas y elegantes no una mugrienta como lo eres tú.

- Si eso es lo que piensas ¿por qué no me dejas ir?

Antes podía dejarte ir sin problemas, pero ahora mis intereses hacia ti han cambiado.

__ Ella me miró fijamente y trago grueso __

De inmediato se dio la vuelta y caminó hacia mi oficina.

Al llegar ahí vuelve el mismo tema de conversación.

- ¿Cuáles son esos intereses por los que aún me tienes aquí?

Lo he pensado bien durante el desayuno, la verdad es que el abuelo te adora. No sé cómo lograste caerle tan bien a ese viejo insoportable.

Lo cierto es que yo necesito que tú continúes fingiendo ser mi novia el tiempo que él esté en esta maldita ciudad. Será un poco más de un mes.

- ¿Y en qué me beneficia a mí?

Seguirán nuestros acuerdos de pagar tu gran hipoteca y buscaremos información sobre el hombre que le gano la apuesta a tu padre. Te dije que yo mismo podría ayudarte a disolver ese compromiso.

- ¿Solo será un mes?

Creo que sí. Un poco más, quizás menos, aún no lo sé. ¿Cerramos el trato?

(le digo extendiéndole la mano)

- Tengo mis condiciones. Dormiré en la facultad y debes dejar de acosarme sexualmente.

(Sonrío) Dormirás en esta casa, tendrás una habitación solo para ti y te prometo que no intentaré llevarte a mi cama.

- De acuerdo, pero algunas veces dormiré junto a mis amigas en la facultad.

Yo soy muy celoso, así nuestra relación sea ficticia no confiaré en que me estás diciendo la verdad.

- No puedes celar a alguien que no te interesa.

Pues yo si puedo hacerlo fácilmente.

- Esos son celos extraños... igual deberías confiar en mí.

Vamos, solo será un jodido mes, deberás pasar cada noche en esta casa, luego que el abuelo se vaya tú decides que hacer. Me da igual lo que decidas hacer luego.

- Pues bien, veremos entonces que pasará.

Vamos a hacer tus trabajos, no tengo todo el día para ti, mocosa insoportable.

Descargamos del correo los trabajos que tenía pendientes y este hombre de inmediato sacó tres libros de su gran biblioteca.

Estos tres libros debes estudiarlos, te serán de mucha ayuda. Ve leyéndolos mientras yo resuelvo estos ejercicios.

- Pues debo estudiar la manera de realizarlos no llevarlos hechos. No sabré nada a la hora de ejecutar el examen. Y tú no estarás ahí para hacerlos por mí.

Deja de molestarme, los realizo y luego te explico.

Verdaderamente eres muy molesta, mocosa de mierda.

9:07 a.m.

Madisson

Pasan unos 15 minutos y yo sigo leyendo aquel libro, muy concentrada. Aquí aparece justamente lo que estoy viendo en mis clases y creo que lo estoy entendiendo a la perfección.

Comencé a estudiar finanzas porque era lo que mi padre quería, de ser por mí hubiese estudiado diseño de modas.

Me distraigo un poco, subo la mirada y ahí está el ogro sobre su amplio escritorio, escribiendo sobre una hoja de papel. Con una mano apoyada en su mejilla.

Lleva los dos primeros botones de su camisa desabrochados dejando ver parte de su pecho.

En la posición que se encuentra se ve realmente atractivo.

"Que sexy"

(pienso en voz alta)

De inmediato él sube la mirada y la mantiene fijamente hacia mis ojos. Lo cual hace que yo me ponga muy nerviosa.

__ Su mirada fulminante y el silencio sepulcral de aquella oficina realmente me hizo temblar __

- ¿Qué es lo que dices?

(Pregunta el ogro con su cara seria y el ceño fruncido)

No es nada... Solo estoy leyendo.

- ¿Te parecen sexy las matemáticas financieras?

Sí, sí... digo no, claro que no. Es solo que...

- Deja de tartamudear tanto y concéntrate en el puto libro. No en mí. Solo estás perdiendo el tiempo. Soy mucho para ti.

Solo lo miro y hago mofas con la cara, expresando mi mal genio.

Continúo estudiando mi libro por un rato.

Poco tiempo después, el ogro ya había terminado los ejercicios y me hizo sentar a su lado. Él estaba explicándome los pasos que debía dar para realizar dichos ejercicios.

Él va a la mitad de su explicación y de pronto se queda callado. Volteo a verlo y tiene la mirada clavada en el escote de mi vestido.

(Yo coloco mis manos sobre la parte descubierta de mis senos y lo veo fijamente con mi cara seria y él sonríe)

- Debo aceptar que me encanta lo que estaba viendo. Son bonitos.

Deja de decir estupideces y concéntrate. Si no quieres que vaya a estudiar a la facultad.

- ¿Estás desesperada por ir a ver al flacucho desteñido ese? Oficialmente, eres mi novia ahora, puedo prohibirte que lo veas.

No te atrevas.

- Pues si me atrevo, así que no me retes.

Él se llama Erick. No flaco desteñido, abusador.

- Deja de defenderlo. Y sé perfectamente bien cómo se llama, sé dónde vive y también sé que pasaste una noche en la casa de sus padres junto a él y tus amigos.

__ Me quedé atónita con lo que me dijo __

¿Sí sabías donde estaba porque no fuiste a por mi?

No te creo nada.

- Solo esperaba que tú bajaras la guardia y decidieras hacerme las cosas mucho más fáciles.

Dime una cosa ¿Este hombre se atrevió a tocarte?

¡Por supuesto que no! Erick sí es un caballero.

De inmediato el ogro se puso agresivo, me tomó del cuello y me pegó fuerte contra su escritorio.

_ Podría pensar que soy muy masoquista, pero me encantó como me tomó así a la fuerza... Y sus celos me parecen divertidos __

- Que sea la última vez que me comparas con ese maldito imbécil.

(Me dice muy cerca de mis labios, y yo paso mi lengua por el borde de su mejilla)

El ogro cierra los ojos un momento y me dice:

- "Deja de jugar con fuego, maldita niña pervertida, te di mi palabra de que no te pondría un dedo encima, pero no te firmé un puto contrato de eso, así que puedo hacer lo que se me plazca"

(Le digo mientras paso la mano sutilmente por su zona v y ella cierra los ojos)

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