Afrodisíacos

7:43 p.m

Londres, Inglaterra

Restaurant Gran Marqués

Madisson

Escucha Alessandro Santorini, sáquese de la mente esa retorcida idea que tiene de querer tenerme así sea una sola vez.

Creo que preferiría mil veces tener que casarme con un desconocido que tener que entregarme a usted para tratar de saldar una deuda que no es mía. Me da igual los negocios de mi padre

Él se metió en esto, es él mismo quien debe salir.

- Mocosa asquerosa ¿crees que la persona que le ganó su apuesta aceptara solamente una disculpa?

Ya comenzamos con las ofensas...

- Lo siento, pero es que sabes bien como sacar lo peor de mí.

Deja de burlarte de mí Alessandro. Está bien, te ofendí, te pido disculpas por eso. Pero tú también me has ofendido y humillado demasiado. Así que de esta manera estamos iguales.

Ya quiero llevar una vida tranquila, sin tener que esconderme de ti.

- Bien, creo que puedes hacerlo. Pero no podrás esconderte de tu padre y su propuesta. Mucho menos de quien apostó por ti. Si no cumplen pueden matarlos a los dos.

Suerte con eso.

Bien gracias.

- Cuando te arrepientas de tu decisión no vengas llorando arrepentida, yo suelo perder el interés rápidamente.

No creas que me voy a vender sexualmente para complacer las necesidades de mi padre. Si es lo que él quiere entonces que venda a Eloísa.

- Entiende que no solo es la deuda de una hipoteca, de lo que estamos hablando, se trata de obtener tu libertad.

Yo me encargaré de pagar tu hipoteca y a su vez de cancelar el compromiso que tienes pendiente.

¿Cómo harías eso?

- Soy un hombre respetable en la sociedad, nadie se atreve a desafiarme.

Pienso que es solo labia tuya.

(dice encogiéndose de hombros)

- Eso también es beneficioso, ¿no crees?

Eres insoportable. Yo me largo.

- Escucha niña ya me estás hartando, vas a ir conmigo ahora si oh sí.

Vamos Zachari. Llévatela.

Y tú, mugrosa, procura portarte juiciosita, ya que tus amigas esta vez si van con nosotros.

...

Un rato más tarde llegamos al chalet.

Cada una de ellas suben a una habitación, la misma que al cerrar la puerta no se abren más hasta que se coloquen algunas huellas dactilares.

La mía, por supuesto y la de mi jefe de seguridad.

Las habitaciones contaban con aislantes de sonidos así que cualquier cosa, cualquier ruido oh gritos, nadie oiría nada.

Paso a Madisson a mi habitación y me quedo un rato en el comedor, conversando con Zachari.

Al entrar nuevamente a esa habitación la veo diferente, está callada y en silencio, Sentada sobre mi cama con sus piernas cruzadas.

Su respiración estaba acelerada y sentia como su sangre hervía por dentro.

10:17 p.m.

Alessandro

¿Te sucede algo Mady?

- No lo sé, de repente comencé a sudar y a sentirme un poco extraña. ¿Me prestas tu baño? Quiero asearme

Por supuesto, adelante. Ve. Esta vez te tengo una pijama más discreta para ti, llévala

Un momento más tarde sale la chica nuevamente, vistiendo una hermosa pijama roja.

¿Estás bien?

- No. ¿Qué le pusiste a la bebida?. ¿Qué me has hecho? ¿Me has drogado?

A la bebida no le puse nada. Tu comida estaba cargada con un poco de afrodisíaco.

Lo que te hace sentir ese fugaz deseo de que te toque, y que con solo el roce de mis manos puedo sentir como tu piel se eriza.

- Aléjate de mí. Esperaré que se me pase solo. Eres un abusador, un ser despreciable. No tenías que hacerlo. ¿Piensas abusar de mí?

De ninguna manera, sé que será voluntario.

Ven, deja que te ayude. Puedo acariciarte y hacer que tu piel deje de sentir calor. Puedo aliviar esos deseos sexuales que sientes ahora.

- Déjame tranquila. Eres un ogro malvado. No sé por qué te empeñas en traerme aquí. Ya te he dicho que no quiero nada de ti.

Ven a mis brazos. Haré que tu respiración se normalice y que esas ganas que tienes desaparezcan.

- Lárgate. Ogro asqueroso no me toques.

Ahora eres tú quien me insulta...

Iré a darme un baño, puedes ponerte cómoda, no tardo.

__ En el momento en que pasé al baño, esa chica se quedó sobre mi cama, con ambas manos sobre su entrepierna retorciéndose un poco, todo eso producto de los afrodisíacos que había comido __

Al salir de la ducha dejo mi cuerpo húmedo y apenas me tapo enrollando una pequeña toalla en mi cintura y salgo de inmediato.

Al verla así un poco desesperada creo que logró inspirarme algo más que simples deseos sexuales.

Esta chica de verdad que era una niña, Era tímida e inocente.

Yo comencé a acercarme poco a poco y la sostuve en mis brazos.

Esta vez ella no se alejó ni me hizo berrinches.

Yo poco a poco comencé a besar su cuello, sus clavículas y su pecho.

La recuesto poco a poco en el piso sobre aquella alfombra.

Continúo besándola y veo que cierra los ojos, y pone una cara de placer que me fascina

Aprieto un poco sus grandes senos y ella se retuerce un poco.

Voy besando su abdomen plano y bien definido y ella de inmediato me hala del cabello y trata de detenerme.

- Ogro, no lo hagas. (Dice asustada)

Yo solo la miro y sonrío.

"Deja que este egoísta te ayude a sentirte bien"

(Le digo mientras coloco mi cabeza en su entrepierna y comienzo a besarla cuidadosamente en su lugar prohibido)

Ella entrelaza sus dedos en mi cabello y deja escapar unos ricos gemidos. Mientras que la calidez de mi lengua hace que ella comience a retorcer sus piernas de placer.

Paso un buen rato ahí, ella disfrutando del de lo que le estoy haciendo, y yo no podía sentirme mejor en este momento.

Creo que en poco tiempo esta chica podría convertirse en mi adicción

Continúo acariciando y apretando su cuerpo entero mientras sigo dejando ricos besos plasmados en su lugar secreto

De momento siento como ella logra llegar a su clímax.

Entierra sus uñas sobre mi hombro derecho y con su otra mano hala muy duro mi cabello

Extasiada y dejando escapar esos sonidos que me inspiran a seguir dándole más placer.

De pronto tocan la puerta bien duro y ella se sobresaltó, mientras yo trataba de seguir en lo que estaba haciendo. Pero de ninguna manera ella quiso.

Me apartó rápidamente y se levantó, se sentó sobre mi cama y tapó su rostro con una almohada.

"Eres mucho más perversa de lo que crees, Ahora no puedes decir que aquí no ha pasado nada, porque esto cuenta... Y mucho"

Salgo abrir la puerta y es Jacob.

* Jefe su abuelo está aquí. Si no baja en 5 minutos dijo que vendría personalmente.

Demonios. Dile que en seguida bajo. Que estoy con alguien así que ni se le ocurra subir.

Y envíame una ropa decente para esta mujer ya mismo.

* En seguida jefe.

Y tú, vas a bajar conmigo y vas a portarte bien delante del abuelo.

- ¿Y si no lo hago?

Mando a que te ejecuten y te den como alimento a mis leones.

_ Llega la ropa para ella y la recibo de inmediato _

Ten, debes vestirte rápido.

Le entrego tres cajas y yo entro en mi vestidor, me coloco un traje gris y camisa blanca.

Al salir esta chica viste un hermoso vestido blanco, largo hasta los tobillos y sandalias doradas a juego con las joyas que le entregaron…

Diablos mujer. No pareces la misma.

- No vas a empezar con tus insultos. Oh te digo de una vez que no salgo a conocer a tu abuelo.

Te voy a pedir el favor de que te comportes frente a él y me sigas la corriente a todo.

- No sé te ocurra hacer nada estúpido.

No sé te ocurra a ti negarte ni hacer algo de lo que te puedas arrepentir.

Tengo a tus amigas bajo mi dominio, si se te ocurre escapar, piensa en que esta vez si las estás dejando abandonadas a su suerte.

No querrás que se topen con la furia del ogro ¿Oh si?

(Le digo y abro la puerta, vamos caminando hasta el gran recibidor)

Tú solo sígueme el juego y no dejes de pensar en tus amigas y mis leones.

__ le digo y le lanzo un guiño __

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