Agresión

5:43 p.m.

Londres, Inglaterra

Alessandro

Entonces. ¿Por qué te quedas callada Madisson?

¿En serio pensaste que era un maldito maricas como tu amigo el gordo?

- No señor.

(ríe) ¿señor? Ahora me tratas con respeto luego de haberme ofendido un par de veces.

¿Crees que te dejaré pasar esto?

- No me haga nada por favor. Se lo suplico.

(Me decía ella aferrada a su propio cuerpo)

No te tapes tanto, quiero verte. Hoy te enseñaré que si me gustan las mujeres.

- No por favor no lo haga. No me haga daño, juro que no me volveré a meter con usted. Juro que no volverá a saber de mi.

(Alessandro ríe a carcajadas)

Me encanta que supliquen, eso me excita. Te haría mía en esta maldita camioneta, pero al ver todos esos sucios andrajos que llevas puesto, lo que me inspiras es asco.

(Madisson se sintió muy avergonzada y de inmediato sus lágrimas comienzan a caer)

Deja de lloriquear, debiste pensarlo antes de meterte conmigo.

__ Le dice con su voz baja y gruesa, mientras pasea su mano por sus mejillas y baja alrededor de su cuello __

(Madisson en ese momento no podía sentir más que asco y desesperación. Cerró muy fuerte sus ojos con la esperanza de que al abrirlos, esto no estuviera pasando)

* Señor Santorini, ¿Lo llevo al palacio oh a su chalet?

Llévame al Resort Athena.

De seguro que mi abuelo llega hoy de Italia, y en casa no podremos divertirnos libremente.

Le digo a mi chofer mientras miro fijamente a esta chica, la cual se desespera un poco y sigue ahogada en llanto.

Llegamos, me bajo de mi camioneta, y camino a la entrada del Resort.

Llévenla a mi suite por la puerta trasera.

Informo a mis hombres y me quedo un rato en el bar de la piscina, tomando un poco de tequila

Al subir ya estaba demasiado ebrio

6:22 p.m.

Entro a la suite y esta chica está haciendo una cuerda con las sábanas y cortinas de la habitación

(Río) ¿De verdad crees que puedas bajar cinco pisos y esos malditos nudos soportarán tu peso?

¿Quieres que te enseñe a escapar?

- Se lo pido por favor déjeme ir.

Lo haré. Después de hacerte mía unas cuantas veces.

__ La tomo por los cabellos y la acerco a mí, luego comienzo a arrancar su ropa. Mientras que ella luchaba para que no lo hiciera logré quitarle el saco y su camisa, dejando a la vista su brasier __

¿Esto es una maldita broma? ¿En serio usas ese brasier estampados con tantos lazos y pelotas?

(Ríe a carcajadas)

Déjame adivinar, ¿los pantis son más tiernos que Winnie Pooh?

__ Continúa burlándose de ella __

- Hay lo siento por no estar preparada para una violación. A la próxima me pongo algo más discreto.

(dice con sarcasmo)

A la próxima que me hables así te lanzare a la jaula de kiara para que seas su almuerzo almuerzo.

Me le voy encima y trato de arrancar sus pantalones, pero esta pequeña Demonio tiene una fuerza increíble en sus piernas.

Me empuja y me hace perder el tiempo.

Voy a enseñarte que no se deben irrespetar a los hombres.

(desabrocha sus pantalones)

- No por favor no lo hagas. Yo no... Nunca

Cállate y colabora.

Termino de quitarle esos incómodos pantalones Y la empujo sin querer, ella queda cerca de la mesa de noche y me da un fuerte golpe en la cabeza con una lámpara .

De momento quedo aturdido.

Ella corrió y se encerró en el baño.

Yo me levanté rápido y tocaba fuertemente la puerta.

Si no me abres esa maldita puerta ahora, juro que te mataré.

...

Madisson

Me encierro en ese baño, asustada comienzo a buscar lo que sea que me sirva para defenderme pero es inútil.

Este hombre abre la puerta de una fuerte patada y me apreta del mentón.

- ¿Qué mierda crees que estás haciendo? ¿Aquí también pretendes burlarte de mí?

Yo como puedo paso a las duchas y con un rociador corporal lo golpeo en la frente muy duro.

La sangre corría poco a poco por su rostro y este hombre se molestó mucho.

- Que bueno que estés aquí en el baño, Así podrás asearte antes de que te haga mía.

Me da asco pensar siquiera en tocarte sin antes haber limpiado tu lindo y asqueroso cuerpo

(Abre los rociadores y me deja empapada de agua)

Yo lo empujé con fuerza y cayó sobre la bañera.

Salí corriendo de ese baño, abrí la puerta e intenté escapar, pero afuera estaban sus gorilas de seguridad, quiénes me detuvieron de inmediato.

* Jefe, ¿Qué hacemos con ella?

Traela.

(le dijo aquel miserable. Mientras se limpiaba la sangre con alcohol frente al espejo)

Nuevamente me hicieron pasar y recordé que en mi llavero tenía un poco de gas pimienta.

Al tener mi ropa sobre mis manos, escondí el gas entre ellas y me quedé paralizada.

- ¿Qué estás tramando ahora? ¿Porqué te quedas callada?

(va acercándose a mí)

Déjame ir, no quiero lastimarte. Disculpa por golpear tu frente, solo traté de defenderme.

(Alessandro sonríe ampliamente)

- Tú disculpándose ahora. Por favor. No me hagas reír.

Se acerca poco a poco como cuando un cazador acecha a su presa

De pronto se me lanza encima una vez más y yo le rocío el gas en sus ojos y nuevamente salgo corriendo.

Al igual que con sus dos escoltas. Le aplico una buena cantidad de gas pimienta en sus ojos y salí corriendo del lugar con mi ropa en brazos.

Iba casi desnuda en su totalidad, solo llevaba puesto mis pantis

No conocía otra salida sino la de la puerta de atrás. Misma que esta vez no era custodiada por sus guardias y afortunadamente pude salir.

A lo lejos veo un pequeño bosque y decido adentrarme en él.

Rápidamente me coloqué mi pantalón y camisa.

Seguí corriendo hasta no escuchar sus voces.

Llevaba los pies tan maltratados que cada paso se me hacía casi imposible de dar. Esto era muy doloroso para mí, de igual forma estaba tranquila, porque sabía que no iba a entregar mi primera vez a un hombre que solo buscaba venganza y diversión conmigo.

Ya estaba oscuro en su totalidad y únicamente veía lo poco que la luz de la luna podía iluminar.

Estaba agotada y muy asustada, mis lágrimas no dejaban de caer.

A lo lejos podía escuchar el sonido de unos vehículos y sabía que me estaba acercando a la carretera, me daba mucho miedo pensar que estos hombres me encontrarían de nuevo, pero estaba segura de que al subir a esa carretera alguien podría ayudarme

Subí una empinada colina y llegué a la carretera. Cansada, sedienta y con los pies llenos de ampollas y sangre. Comencé a caminar por la orilla.

Unos diez minutos después se detiene un coche al otro lado de la vía y escucho que comienzan a llamarme por mi nombre.

Estaba tan asustada de que volvería a ser este hombre que salí corriendo.

El coche da la vuelta y se detiene un poco más adelante de mí.

Veo que se baja Teo del vehículo y de inmediato corro a sus brazos, llorando.

- Maddy ¿qué te hicieron? ¿Por qué estás así?

__ Yo me encontraba sucia, despeinada, con el maquillaje regado sobre mi cara de tanto llorar y descalza __

Eso era por lejos el peor momento para verlo a él

Me secuestraron Teo, querían abusar de mí.

(Le digo entre lágrimas)

- Ven preciosa (Me abraza) Voy al chalet de mi abuelo, ¿Quieres venir conmigo?

(Negué con la cabeza)

Debo ir a casa, mi padre va a matarme por no llegar a tiempo.

- Deja que te lleve princesa. Vamos y compraste algo de ropa y zapatos para ti.

No, descuida, prefiero llegar así a casa.

- Entiendo, para poder explicar la situación.

¿Sabes quién pudo haber sido tu agresor? Debes denunciarlo.

¡No! Es un hombre adinerado y poderoso, Volverá hacerme daño si lo denuncio. Me buscará por todas partes.

- ¿Logró tocarte?

No, Pude escaparme a tiempo.

...

Llegamos a mi casa y bajo un poco antes para que mi padre lo se dé cuenta de con quien llegué.

Teo se queda esperando a que yo entre y con él allí me sentí más segura.

* ¿Dónde diablos estabas? Debiste estar aquí hace más de dos horas. ¿Quieres que vuelva a llevarte al maldito sótano?

No padre, disculpe, deje que le explique lo que me pasó.

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