CAPÍTULO 20

********Emma Rodríguez ********

Antes de salir del cuarto para ir a la casa de sus padres, me abrazo porque estaba nerviosa. Me dijo que no tuviera miedo y me hablo un poco como son sus padres. Victoria, su madre, es una persona muy agradable, pero con un carácter fuerte. Su padre Martín es callado y tranquilo, siempre está de acuerdo con cualquier cosa que su esposa diga.

Daniel se fijó que Emma aún no se calmaba, se apartó un poco para tomar su rostro y poderla besar hasta hacer que se olvidara un poco. Una vez calmada se separó de sus labios, besando su mejilla, le pregunto.

Daniel: ¿Qué es lo que te preocupa?

Emma: (frunció el ceño con preocupación)- Que debería decir, si me pregunta sobre el matrimonio… no quiero casarme todavía –(desvió la mirada)- pero tampoco quiero entregarte a otra.

Daniel: - (sonrío al escuchar la última frase, tratado de fingir seriedad, dijo) - Mmm… entonces, que tal casarnos en el cuarto mes.

Quiero mucho a Daniel, al principio no me di cuenta de que me había enamorado. Porque mis pensamientos solo se concentraban en Marcos y las cosas que estaban pasando a mi alrededor. Pero conforme estos dos meses y medio fue imposible no quererlo, me negaba constantemente diciendo que solamente éramos amigos sin darme cuenta de que lo lastimaba cada día con mi frialdad. Aaahh… lo que sea no pienso entregarlo a nadie.

Emma: Entonces - (con voz baja sonrojada dijo mirando hacia un lado)- casémonos.

Daniel: (fingió no escucharla diciendo)- ¿Qué? - (acercando su oído)- no escuche. ¿Qué fue lo que dijiste?

Emma: TÚ - (apretó los dientes y la mano, mientras avergonzado grito a todo pulmón)- Dije que nos casemos.

Daniel: Ji ji ji (risa contenida)- Pero no tenías que gritar fuerte, de seguro todo el personal saben que te estabas proponiendo.

Emma: - (molesta dijo)- ¿Quién se estaba proponiendo? Solo conteste … - (se dio cuenta de que él estaba fingiendo)- Ugh… Idiota, fingiste no escucharme.

Daniel: (Cariñoso entrelaza su mano para luego decirle)- Vamos, mis padres no están esperando.

Al salir de casa nunca soltó mi mano durante todo el trayecto del camino y me mantenía apoyando mi cabeza en su hombre con los ojos cerrados.

Mientras que, mi mente estaba divagando en el tiempo que estaba con Marcos. Nunca sentí esta tranquilidad y seguridad que me hace sentir Daniel. Él siempre descargaba su ira y enojo hacía mi persona, cada vez que íbamos a la casa de sus padres con frecuencia iba con un humor de perro. Su actuación amable hacia mí delante de todas las personas, me hacía sentir feliz, pero a su vez náuseas.

Sin embargo, quien hubiera imaginado en ese, entonces que, nuestro destino cambiaría y estaría con Daniel en estos momentos. Jamás había previsto mi vida con tanta libertad y sin que nadie me esté obligando hacer cosas contra mi propia voluntad.

Al bajar del auto, los padres de Daniel, junto con dos personas más, nos estaba recibiendo en la entrada.

Uno de ellos era el secretario general Williams, pero la otra persona se parecía un poco a Daniel.

Primero Daniel me presento hacia sus padres, para luego decir que aquel chico era su primo Leo por parte de madre. Después, su madre les dijo que ingresaran, pero repentinamente su primo tomó de la cintura Emma atrayéndola.

Daniel estaba mirando a su primo enojado, mientras que, Emma estaba sorprendida. Él se acercó hacía Leo empujándolo y tomando a Emma del brazo rápidamente hacía a él, la beso delante de todos, como suele hacerlo cuando están solos.

Por otro lado, su primo estaba aguantado la risa por la reacción de Daniel, mientras que, sus padres asistían de forma de satisfacción y aprobación. No obstante, Williams, que se había puesto tenso, pero se relajó porque las cosas no se salieron de control. Dado que, su jefe es muy posesivo cuando se trata de Emma, que incluso al principio tuvo pequeños problemas si ella era más cercana a él.

Daniel, al separarse, cubrió el rostro de Emma con su pecho, porque estaba colorada y tenía una expresión que no quería mostrarle a nadie.

Leo: (soltó la risa)- Ja, ja, ja… lo siento Daniel, pero teníamos que probar que tan cierto era

su relación.

Williams: (serio)- les dije que su relación era real, pero ustedes no lo creyeron.

Victoria: Bueno, ya no hay duda… entremos la comida se enfría.

Al entrar al comedor comenzaron a sentarse, pero Daniel estaba posesivo y en alerta con Leo. Aunque fuera una pequeña broma, a él no le asentó nada bien. Mientras comían y dialogan en armonía, Victoria le pregunto directamente a Emma.

Victoria: Dime querida, ¿Cuántos años tienes?

Emma: Tengo 23 años.

Victoria: Tienen una diferencia de 5 años al igual que nosotros - (mirando su esposo para luego mirarla)- ¿Cómo se conocieron?

Daniel: (mira a su madre diciéndole todo aireado)- No somos igual que ustedes. Nos conocemos desde 10 años atrás.

Todos menos Emma abrieron los ojos en par, estaban sorprendidos con la boca abierta por la respuesta de Daniel. Dado que, antes, siempre se alejaban de las mujeres e incluso decían que le gustaban los hombres.

Daniel: (alzo la ceja)- que hay con esa reacción.

Leo: Bueno- (aclarando la garganta)- pensé que tenías preferencias por los hombres –(miro a Emma)- pero al parecer, ya veo por donde va este asunto.

Victoria: Mmm (asistió con la cabeza)- llegué a pensar que te gustaba Williams, porque siempre estaban juntos.

Daniel y Williams: (reaccionaron con asco diciendo)- ¡¿Qué?!

Emma se estaba aguantando la risa al escuchar lo que decían de Daniel y las reacciones de los demás. Le agradaba el ambiente familiar, ella siempre había soñado estar con sus padres de esta manera.

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