CAPÍTULO 1

----------Emma Rodríguez ---------

Soy Emma Rodríguez, tengo 23 años. Todos han mencionado que soy hermosa, con mucha suerte de haber nacido en una familia adinerada de alto prestigio en el país.

Desde siempre, en las generaciones anteriores de la familia Rodríguez han nacido hombres, pero en mi caso nací como mujer siendo hija única y heredera. No se me permite tomar el mando de la empresa de mi padre, porque solo los hombres pueden hacerlo.

Desde mi nacimiento estuvo planeado como iba a ser mi vida, que debía vestir, como debo comportarme, que cosa deben gustarme y adaptarme a lo que no me gusta, en otras palabras. Soy una muñeca viviente sin libertad de expresión, emoción y gusto. Me obligaron a adaptarme al gusto de mi prometido Marcos González, lo conozco desde que tenía 10 años, nuestras familias han sido amigos desde generaciones.

Se podría decir que, éramos simplemente amigos de la infancia, luego en la adolescencia nos convertimos en novios oficiales. Sin embargo, pensaba que era lo único bueno que me había pasado, desde el momento en que lo vi me gusto. Posteriormente, nuestra relación era la mejor, pero conforme el tiempo paso. Marcos se volvió distante y frío conmigo.

Soy unas de sus 4 secretarias de la oficina principal, mis padres me obligaron a trabajar en su empresa, para así poder ser cercana más a él y convertirme en la señora González. Es un hecho que Marcos es un hombre que cualquier mujer estaría bajo sus pies, es alto y tiene un cuerpo fornido que cualquier mujer babearía.

Actualmente, me encuentre dentro de su oficina escuchando y viendo una escena donde él está coqueteando con su secretaria frente de mis narices. Él nunca me ha mostrado una sonrisa, ni me a tratada con amabilidad como lo está haciendo con la secretaria o las demás mujeres.

(con voz seductora, dice)- CEO Marcos, que le parece si la siguiente reunión se realiza en el hotel “White S”- (inclinándose hacia él hasta deja ver su busto).

(la toma por la cintura haciendo que cayera en su regazo)- Me parece perfecto y adicional reserva una habitación para después poderme relajar – (luego mirar a su prometida y proporcionarle una mirada fría) – se te ofrece algo, no ves que estoy ocupado.

La sangre me hervía por tal ofensa, él sabía perfectamente que tenía sentimientos por él. Pero aun así me lastima de esta madera, apreté los diente y dije de la forma posiblemente natural sin que notara mi disgusto.

Emma: Estoy aquí para decirte que hoy en la noche debemos ir a la casa de tus padres.

Marcos: (arrogante)- Solo para eso viniste… sobre la cena de esta noche llegaré un poco tarde, deberías ir primero… (miro a la secretaria con una mirada coqueta) – voy a estar muy ocupado.

Emma: Pero ellos diji-

Marcos: (enojado)- Acaso no escuchaste. Dije que estoy ocupado, así que sal en este instante de mi oficina.

Emma: Lo siento… me retiro.

Me voltee aguantando las lágrimas, pero al cerrar la puerta apresure los pasos hasta llegar al baño para poder soltar mis lágrimas, no podía borrar la imagen de su sonrisa y amabilidad que le había dado a otra mujer. Mientras que, a mí me trata de la peor manera, siempre se enfada y cuando trato de tocarlo me proporciona una mirada fría e indiferente.

Solo es amable cuando está frente de sus padres o cuando estamos en vista de los medios de comunicación.

Había pasado 20 minutos y estaba un poco calmada, cuando de pronto me llega un mensaje de los padres de Marcos diciendo que no lleguemos tarde.

Porque mi vida está tan retorcida, no quiero que nadie me controle y que me diga lo que tengo que hacer. Porque no podemos ser unos amantes normales.

Sin embargo, Emma se preguntaba si algún día podía expresar todo lo que siente. Ella se incorporó para poder regresar a su puesto de trabajo. Las horas pasaban, a su vez, su prometido estaba encerrado con su secretaria en la oficina, después de varias horas la secretaria salió feliz y le proporciono una mirada de repugnancia a Emma, mientras se dirigía a su lugar de trabajo.

Ya eran las 9 de la noche, la oficina estaba oscura, por lo tanto, ella lo seguía esperando a Marcos que se encontraba dentro de su oficina trabajando.

Emma empezó a caminar de un lado a otro, porque ya era hora que él saliera para poder ir a la cena familiar, pero tenía miedo de interrumpir y que él de nuevo se enojara. Después de media hora él salió para encontrarse con ella sentada en su escritorio durmiendo, se acercó para despertarla, pero su celular que se encontraba a lado de ella. Vio un mensaje de sus padres diciendo que donde se encontraba y que lo estaban esperándolos. Él frunció su ceño para luego despertarla con un grito.

Marcos: OYE LEVANTATE…

Emma: Mmm… (frotándose los ojos y mirándolo le dijo)- M-Marcos lo siento, me quede dormida.

Marcos: Eres una molestia, te dije que no me esperaras… te dije que te adelantaras.

Emma: (bajo la cabeza)- lo siento… pero tus padres dijeron que debemos llegar juntos.

Marcos: (chasqueo la lengua)-Tch… que molesto. Apúrate y vamos.

Ambos se fueron al estacionamiento, pero los pasos de Marcos eran demasiados largos y apresurados para que ella pueda igualarlo, con dificultad ella trataba de alcanzarlo con sus tacones. Ambos subieron al auto, pero Marcos nunca la miro, ni se dio cuenta de que ella estaba lastimada en su tobillo y tenía apoyas en sus pies que le hacía fruncir el ceño de dolor.

Al llegar a la entrada de la puerta de los padres de Marcos, él tomó su mano y cambio su expresión fría a una dulce mirada para Emma, esta actitud a ella no la sorprendida porque sabía perfectamente que él estaba actuando para que sus padres no lo regañen o lo critique.

Todo iba bien en la cena, nos reíamos y charlábamos alegremente, no me importaba que su actuación de ser amable conmigo fuera falso, estaba feliz de que él me mirara. Pero de pronto le llego un mensaje en su celular y se excusó que tenía que volver, diciendo que había dejado unos documentos importantes en la empresa. Me planto un beso en la frente y se despidió de sus padres para poder ir a la empresa.

Luego de un rato me despedí de los señores González, pero la Sra. Romina me tomo de las manos y me dijo.

Romina: está todo bien con Marcos

Emma: no se preocupe… nuestra relación es la mejor, nos llevamos bien y como pudo ver él me trata con amabilidad.

Romina: bueno… no dudes en decirme si Marcos está siendo grosero contigo.

Emma: Por supuesto. Adiós.

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