CAPÍTULO 12

********Emma Rodríguez********

Después de haber terminado de hablar con Daniel, fui a recoger su cargador para dirigirme a la sala. Dado que, las habitaciones están algo ajetreados por los empleados, debido al traslado de nuestras cosas. Mientras caminaba por los pasillos pensaba acerca de lo que paso el día de ayer, siento que me estoy apoyando mucho en Daniel. Fuimos amigos por pocos meses en el pasado, pero quien iba a saber que aceptaría y tendría una relación por contrato.

Sé que es algo loco y descabellado, pero debo hacerles pagar por el daño que han causado en mi vida. Siempre he hecho todo lo que me decían, solo por ganarme su cariño. Pero lo que recibí a cambio fue insulto, humillaciones y maltratos, creí que si lo soportaba y actuara tal como me decían, algún día me iban a reconocer. Estaba tan hambrienta por sus afectos que fui cegada al punto de ser una idiota.

En cuanto llegue a la sala, me senté y conecte mi celular al cargador. Después de haberlo encendido vi que tenía como 120 llamadas perdidas y 40 mensajes. Las llamadas pertenecían de mi amiga Regina y las otras llamadas eran de Terry y David, a medida que iba deslizando las notificaciones con mi dedo, me detuve para leer el nombre de Marcos. Él me había llamado y enviado mensajes.

Me quedé pensando por un rato del, ¿Por qué me había marcado? Pero no quería ver el contenido del mensaje.

De seguro será para que saque mis cosas de la casa, en ese momento, mi celular sonó con la llamada de Regina. Al contestar lo primero que escuche de ella fue.

Regina: Emma ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Por qué no respondías mis llamadas? (enojada grita)- Sabe lo preocupada que estaba, ni siquiera pude pegar un ojo en la noche.

Emma: R-Regina. Tranquilízate, estoy bien. No respondí a tus llamadas porque me había quedado sin batería.

Regina: Uf (alivio)- Creí que habías cometido suicido e incluso está a punto de reportarte como desaparecida.

Emma: Oye, no iría a ese extremo.

Regina: ¿Dónde pasaste la noche?

Emma: En la casa de un amigo-

Regina: (dudosa)- ¿Amigo? Desde que estábamos en la universidad, nunca tuviste amigos. (seria)- tú te quedaste en un hotel.

Emma: no estoy mintiendo. Él se enteró de mi situación y me ofreció quedarme en su casa.

Regina: (preocupada)- Emma... Reunámonos en un café y hablemos.

Emma: Hum (duda)- ¿Por qué no en tu casa? Paso algo.

Regina: (incómoda)- Bueno… Marcos vino casi a media noche a buscarte y también tuvimos una pequeña discusión y, renuncie al trabajo.

Emma: (sorprendida)- ¡¿Renunciaste?! (se dio cuenta de que había elevado la voz, mirando en ambos lados si alguien la había escuchado, pero no había nadie a su alrededor aclarando su garganta, dijo) – Reunámonos al medio día en el lugar de siempre… (luego de pensar sobre Marcos que fue a la casa de su amiga, decidió cambiar de lugar)- no mejor encontrémonos en el parque que queda cerca de la empresa J&G.

Regina: Está bien. Nos vemos luego.

Luego de colgar, me quede reflexionando de lo raro que esta Marcos, nunca en su vida me fue a buscar a la casa de Regina. Hubo muchas veces que me alojaba en su casa, con la intención de que fuera a buscarme. Pero siempre era yo, la que regresaba disculpándose e implorando perdón, aunque no tuviera la culpa. Se podría decir que, era una rabieta para llamar su atención.

Luego de un rato de estar en el celular y enviarles mensajes a los chicos, diciéndoles que estoy bien y que me encuentro en la casa de mi amiga Regina. Pero es evidente que no lo estoy, no quiero generarle más inconveniente a Daniel, puesto que, ellos son un tanto protectores. Aún me da risa al recordar cuando los conocí, ellos eran perseguidos por unos perros callejeros cuando iban de camino a la casa de Marcos.

En ese entonces, estaba un poco triste por la partida de mi primer amigo Daniel y siempre iba a los lugares que solíamos frecuentar. Se dio la casualidad que ellos se toparán conmigo, mientras que, me arrastraron jalándome del brazo con ellos. Los caninos furiosos nos persiguieron como media cuadra del vecindario, hasta arrinconarnos a un callejón sin salida. Pero al ver bien a uno de los perros, me fijé que eran los mismos que personalmente me encargaba de alimentarlos. Saque de mi bolsa las croquetas y le lancé, hacía a un lado, mientras que, los fulminaba con la mirada regañándolos.

Pensándolo bien fue gracias a Daniel, que pude relacionarme con los hombres, porque siempre evitaba relacionar con el sexo opuesto. En cuanto a Regina la conocí en la universidad, teníamos todas las clases iguales. Así que inevitablemente nos volvimos amigas, bueno para ser más clara, fue ella quien, insistía en ser mi amiga. Su insistencia en acercarse tanto hacía a mí, duro como 2 semanas hasta que accedí.

Luego de estar perdida recordando las cosas del pasado, vi que Daniel estaba listo para irse a la empresa. Pero a su lado iba acompañado de un hombre de cabello rubio, con aspecto de modelo y un cuerpo bien fornido, mientras cargaba los portafolios. Bueno, si miramos ambos, Daniel le gana en aspecto como en la forma física. Daniel se acercó con el ceño un poco fruncido, mientras analizaba a su acompañante, me abrazo cubriendo la vista de aquel hombre.

Quería apartarlo porque me estaba apretujando fuerte, pero lamentablemente hay alguien aquí, así que debo fingir ser cariñosa. Abrazando a Daniel y para luego zafarme diciendo con una voz amorosa.

Emma: Cariño, suéltame, debes ir a trabajar.

Daniel: (sonrisa disimulada mientras, la soltaba de poco a poco, dijo)- no quiero ir… quiere quedarme contigo en casa.

- (Pero que caraj* le pasa sabe lo difícil\, que es decir palabras bonitas y afectuosa\, ahora me viene con empalagos que me pone la piel de gallina. Pero debo seguir actuando y hacer oído sordo)-

Emma: Estarás en problemas si no vas a trabajar. –(lo toma del brazo y actuando de manera tierna le dice)- Ca-Cariño, puedes acompañarme almorzar con mi amiga. Estaremos cerca de tu empresa.

- (Debo traerlo conmigo\, si no Regina no lo creerá. Me pregunto como reaccionara que su querido ídolo está comprometido conmigo\, quien lo hubiera imaginado que aquel hombre era él)-

Williams: Disculpe, señorita, pero el señor tiene una reunión a esa hora y-

Daniel: (lo fulmina)- Williams –(mirada asesina)- esa reunión este programa para esta mañana.

Emma: Bueno, si estás ocupado. No hay problema yo-

Daniel: (cariñoso) Claro que no, querida. –(se voltea amenazante) Williams mira bien el itinerario.

Williams: (sudando frío)- Es verdad. Señor, me disculpo, fue mi error. Señorita, el señor tiene razón, está despejado a esa hora. (nervioso y apresurado)- Bu-Bueno, si me disculpa, me retiro, debo realizar una llamada.

Emma: Está bien, nos vemos luego.

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