Episodio 12

...☆ ~ Henry ~ ☆...

Necesitaba un motivo para cambiar, imaginé que nunca podría ir en contra de mis padres, no cualquiera puede enfrentar a los gobernadores de un imperio, yo podría ser un príncipe, pero no tenia derecho a nada, nada más allá que él Emperador y la Emperatriz hayan elegido para mí.

Si, vivía en un enorme palacio, tenía una gran habitación y nunca tendría problemas en ningún otro aspecto de necesidad o algo así, pero no había necesidad de vivir en un lugar tan grande, todo era tan innecesario, mi habitación ni siquiera podia utilizarla porque los debes del príncipe heredero eran demasiados como para lograr terminarlos en un día, incluso habían días en que no lograba comer nada para poder continuar con el trabajo que me impusieron.

Los nobles somos tan acomodados, no debemos pasar horas bajo el Sol para trabajar por una miseria de dinero, eso piensan la mayoría de las personas con bajo estatus. Todo el trabajo que debes hacer es opacado por nuestra "fina apariencia", No porque no trabajemos bajo el Sol significa que trabajemos menos que ellos, ¿saben lo difícil que es controlar un imperio de más de 170 millones de habitantes?

No creo que lo puedan imaginar.

No logró ver el lado bueno de haber nacido como alguien de la realeza, mis padres monopolizan mi vida como si fuera su títere y no puedo hacer nada al respecto, rechazar las órdenes del Emperador o la Emperatriz es estar dándole la espalda al imperio y eso solo provocaría más problemas en mi vida, pero aún así, a mis 17 años decidí escapar del título de príncipe heredero y con ese único cambio en mi vida es como logré conocerte.

—Aquí tiene su pedido, un licor del Sáhara.—Habló Stacy dedicándome una sonrisa amable mientras dejaba una copa y una pequeña botella.—Normalmente no servimos en copa, pero como es tu primera vez aquí deseo que la disfrutes.

Entiendo, es por eso que también dejo la pequeña botella aún lado, eso era para no estafarme con la cantidad de alcohol que debería entregarme.

—Gracias.—Respondí con una sonrisa.

Solo eh bebido el vino que me dejan a la hora del almuerzo, así que no sé exactamente cuanto es mi aguante con el alcohol, debería beber con cuidado para no emborracharme. Aún cuando dije eso, el licor del Sáhara estaba tan delicioso y dulce que inevitablemente pedí seis botellas de esto y me las bebí todas mientras contemplaba a Stacy sin disimulo alguno.

—No me quiero casar.—Murmure mientras apoyaba mi cabeza en la mesa y mi mano sostenía la copa vacía.—Ella es taaaaaaan maleducada y demuestra su desagradó hacia mí taaaaaaan obviamente.

—¿Hablas de tú prometida?.—Preguntó un joven mientras tomaba asiento en el taburete que estaba a un lado mío.

No pude ver su rostro porque al igual que yo, estaba utilizando una capa con capucha para ocultar su identidad, es muy común venir vestido de esa manera cuando vienes a estos tipos de lugares.

—Exactamente, mi prometida me detesta y yo que quería tener una gran y amorosa familia.—Dije lamentando mi situación, creo que también estaba un poco ebrio, normalmente no me quejo de Lissette en voz alta.

—Podrías simplemente cancelar el compromiso.—Respondió él joven desconocido mientras ordenaba su pedido a otra joven que atendia el lugar junto a Stacy.

—No puedo cancelarlo, es un matrimonio político.—Frunci el ceño al darme cuenta que nunca podría ir en contra de mis padres.

—Así qué eres un noble.—Dijo algo sorprendido.—No es común ver ha alguien de tu estatus en este lugar.

—Necesitaba un cambio de aire.—Respondí.

—Te entiendo.—Contestó.

Me pregunto si en verdad podría entenderlo, al menos gracias a la capucha nadie sabrá que soy él príncipe heredero, creo que debería marcharme antes de desmayarme en un lugar así, hoy por primera vez descubrí mi límite con el alcohol.

—Creo que volveré en otro momento.—Dije mientras intentaba ponerme de pie, pero estaba lo baste borracho como para poder mantener el equilibrio y por obligación tuve que tomar asiento una vez más, era eso o caer al suelo.

—No creo que puedas ir muy lejos en ese estado.—Habló él joven con tono de burla.

Me molestó un poco, pero era la primera vez que alguien sé burlaba de mí, así que más que enojarme, me dio gracia y me reí de mi patético estado.

—Jajaja, yo, realmente no quiero casarme.—Hablé mientras me reía de mi mismo.—Realmente, sinceramente, no deseo casarme con ella, no es su culpa, pero quiero poder elegir a la persona que será mi compañera en esta vida.

Lissette es una joven hermosa, pero no es para mí, no veo un buen futuro para nosotros, solo logró ver un destino lleno de arrepentimientos.

—Siempre hay una segunda opción, ¿cuál es la tuya?.—Preguntó el joven.

—¿Mi segunda opción?.—Me pregunté a mi mismo.—Mi segunda opción es ir en contra de los deseos de mi familia y abandonar lo que soy, estaría arriesgando mi vida por algo desconocido y que posiblemente termine lamentando.

Fui criado para ser él perfecto príncipe, él perfecto hijo y el perfecto esposo. Si abandonó esa vida, ¿qué me podría quedar?

—Pero solo en la segunda opción tienes la libertad.—Respondió.—Nobles, plebeyos o esclavos, si tienen la voluntad de perderle todo, entonces existe la posibilidad de ganarlo todo.

Siempre hay un precio que pagar, ¿acaso mi libertad tiene el mismo precio que mi vida?, yo no pedí ser parte de la realeza, pero lo fui y viví mi vida hasta ahora creyendo que no podría cambiar nada sin importar que lo yo realmente hubiera deseado.

—¿Cómo te llamas?.—Le pregunté al joven que abrió mis ojos con esa corta frase.

Tal vez solo necesitaba que alguien me lo dijera para poder tomar una decisión, no quería esta vida para mí, no quiero arrepentimientos en la hora de mi muerte y estoy seguro que si me convierto en Emperador y me caso con Lissette, no solo me voy arrepentir, también me odiare por no haber echo algo para cambiar ese destino.

—Mi nombre es Jaden.—Se volteo hacia mí y finalmente logré ver su rostro, me sorprendió ver que sus ojos era de un gris que nunca antes había visto en nadie más, tal vez no pertenezca a este imperio o tal vez sus orígenes podrían ser de algún reino alejado de aquí.

—Gracias por escúchame, Jaden.—Le sonreí, era la primera vez que alguien había escuchado mis quejas desde la vez que le dije a mis padres sobre el no querer casarme con Lissette.

Me siento algo alivio de saber que no muchos plebeyos tiene la oportunidad de ver mi rostro, porque si este joven supiera que soy él príncipe heredero, probablemente no estaría hablando conmigo.

—Yo me llamo..—Tenía planeado decirle mi nombre, pero pocos nobles tienen el nombre de Henry, así que para no llamar su atención sería mejor si me hago pasar por un noble de bajo rango, podría hacerme pasar por él hijo del Barón, si, eso haré.—Me llamo Daniel.

—Oh, así que eres él hijo del Barón Hugo.—Respondió Jaden mientras tendía su mano hacia mí para estrecharla con la mía y por supuesto que hice ese apretón de manos.

Estoy algo borracho, pero afortunadamente aún no pierdo los sentidos y sólo me siento mareado, pero aún si estuviera muy ebrio, dudo que pueda olvidar esta noche, la noche en donde un desconocido me dio un pequeño empujón para revelarme contra mi destino.

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