La Señorita Solo Quiere Al Sirviente
—¡¡Princesa!!, ¡¡¿dónde estás?!!.
Mi visión fue tapada por unas pequeñas y suaves manos que provenían detrás de mí.
Conozco esas manos.
—Él Duque esta preocupado, no puedes escapar de esa manera.—Me di la vuelta y la vi a los ojos mientras ella se encontraba haciendo un puchero con su boca. Que linda es pensé en ese momento, mis ojos la veían con respecto y admiración. No entiendo cuando cambio eso, me hubiera gustado seguir observando a la princesa de esta forma tan pura e inocente.—Es peligroso ir sin su escolta, princesa.
—Pero no me gustan las clases de la señora Rosemary, es gruñona y se enoja cada vez que doy un paso en falso.
La señora Rosamary es la esposa del Conde de Astal y es la encargada de enseñarle los principales pasos de baile a la princesa.
—La princesa cumplirá los 8 años muy pronto y sus padres desean llevarla a un baile para ingresarla a la sociedad.—Me crucé de brazos e hice una mueca.—Necesitas aprender al menos un baile antes de tú cumpleaños.
—¿Por qué necesito hacerlo?, mi debut no será hasta en unos años más.
—Así es la nobleza.
—Odio ser noble.—Ahora ella es quien se cruza de brazos, es tan adorable verla con el ceño fruncido.
—Ve el lado bueno de las cosas, eres una princesa y estas destinada a casarte con él príncipe. ¿No es eso lo que la mayoría de las niñas quieren?.—Lo eh escuchado de las demás señoritas, todas desean un príncipe azul y vivir una vida de ensueño. Mi princesa no debería ser diferente a ellas.
—Yo no quiero a un príncipe, yo me quiero casar contigo.—Lo dijo con un tono tan serio que me sorprendió, pero me hizo feliz. Pensar que la princesa me prefiere por encima del príncipe heredero, me hizo feliz.
Solo somos unos niños actualmente, no sabemos las verdaderas consecuencias de nuestros actos. Pero al menos ahora, ¿se nos tiene permitido soñar?.
—Princesa, solo soy un sirviente.
—No eres solo eso, eres mi mejor amigo, eres él único que me escucha y eres él único que es amable conmigo aún cuando no me comportó como se me tiene ordenado.—La señorita sostuvo mis mano y mantuvo su mirada en la mía.—Si no eres tú, entonces no lo quiero.
Su hermoso cabello castaño y esos ojos color rosa me dejaron cautivado, su mirada, su voz, su piel. ¿Está bien esto?, mi corazón acelerandose sin control, ¿qué significa todo esto?.
Soy feliz a su lado.
Soy feliz si ella es feliz.
Soy feliz cuando se trata de ella.
Pero creer que yo soy una mejor opción que él príncipe heredero es un error, incluso yo sé eso.
—¿Tú no quieres casarte conmigo?, pensé que ambos estaríamos juntos por siempre.—Su tono de voz tenía una pizca de tristeza.
—Por siempre es demasiado tiempo.—Al instante me arrepentí de mis palabras.—Pero si en un futuro aún deseas a este hombre sin apellido, prometo hacer lo que este a mi alcance para impedir tu boda con él príncipe heredero.
—¿Lo prometes?.
—Tú felicidad es mi prioridad, nunca lo dudes princesa.—Soy él sirviente de la familia del Duque, pero mi lealtad no es hacia la familia en sí, mi lealtad es hacia la única princesa de esta casa.
La señorita Lissette es la única hija del Duque y es la única princesa de este imperio. Aunque en un futuro debe casarse con él príncipe heredero, el destino aún no está escrito, ni para ella ni para nadie.
—Si tú fueras mi compañero de baile, estoy segura que lograría memorizar mucho mejor los pasos que la señora Rosamary me intenta enseñar.
—¿Quieres tener tu primer baile conmigo?.—No puedo negar que su oferta es tentadora, pero normalmente una señorita de su clase social debería tener su primer baile con un hombre de su familia o con su prometido.
Pero, no es como si esto fuera oficial.
—Si no sabes bailar, yo te podría enseñar.—Ella sonríe dulcemente mientras balancea su vestido al ritmo de alguna música que esté pasando por su mente.
Es hermosa, es lo que pensé.
—Pensé que no sabías bailar.—Le sonreí y me crucé de brazos al mismo tiempo.—¿Cómo podrías enséñame algo que aún no sabes?.
No necesito que me enseñes, princesa, soy hijo de una simple plebeya, pero ella tiene conocimientos entre los bailes nobles y de los de la baja sociedad.
Tengo confianza en mis propias habilidades, pero es lindo verte actuar nerviosa y avergonzada enfrente mío.
Mi querida y adorable princesa.
—Tú ganas, no sé bailar, así que me será imposible enseñarte.—Dijo ella con una pizca de tristeza.—Supongo que mi primer bailar con un hombre será con mi padre o con él príncipe heredero.
Sería un pecado que yo le robará su primer baile con un hombre, pero aún soy demasiado joven como para no caer en mis propios deseos egoístas.
La princesa con 7 años de edad y yo, un simple sirviente sin apellido de 8 años.
—Vamos a tener nuestro primer baile no oficial, mi princesa.—Ella levantó su mirada y la fijo en mis ojos grises mientras yo tomaba sus manos para acercarla a mí.
—¿Bailaras conmigo, Jaden?.
—No podría decirte que no, Lissette.
Solo por hoy, olvidemos nuestro estatus y disfrutemos de un baile inocente como los niños que somos.
Porque en un futuro, ya no podré sostener tú mano y verte como lo hago ahora.
Porque en un futuro, ya no podré verte con la misma inocencia y respeto como lo hago ahora.
Porque en un futuro, serás mi perdición y salvación, porque si hubiera nacido bajo un título noble, definitivamente te haría mía.
—Me gustas, princesa.—Nuestras manos se mantenían juntas y aunque no había música al cual seguir, nuestros cuerpos se movían en sincronía.
—Tú también me gustas, Jaden.—Contestó con una gran sonrisa en su rostro.
Si pudiera detener el tiempo, lo habría dejado en este tiempo, aquí, dónde no hay sufrimiento, ni deseos que van en contra de este mundo.
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Comments
Joselyn Andrea Venegas Malbran
buen comienzo
a ver qué sigue en esta hermosa novela
2024-04-11
1
Analia Veronica
hermoso y dulce comienzo
2023-11-12
0
Jack Mtz
Muy buena tu novela, bastante entendible tu redacción, me encantan las novelas de este género
2022-10-11
1