El joven tenía unos ojos azules intensos, sus labios eran gruesos, su espalda y sus brazos eran grandes. La manera de bailar y expresarse me hicieron darme cuenta de que estaba con alguien de la realeza. Su voz era seductora.
Mi mano tembló al tomar la suya. Sentía un cosquilleo en mí.
Amira: ¿Cómo se llama?
Estaba intrigada por saber quien de mis invitados podía ser. Los había estudiado minuciosamente.
Desconocido: ¿No es más divertido si no lo sabe?.
Este hombre sabía como dejarme expectante. Tenía razón era muy divertido, pero no podía salirme de mi papel de Reina y tenía que recordar mi deber.
Amira: Lo siento, pero no puedo perder mi tiempo con juegos, debo darle una oportunidad a cada uno de mis pretendientes.
Desconocido: ¿Quién dijo que no soy un pretendiente?
Mis mejillas se sonrojaron y mi corazón salto de la emisión.
Amira: Invitado misterioso ¿Le gusta la fiesta?.
Pregunto con frialdad tratando de disimular el efecto que causaba en mí. Con su sonrisa me desarmó completamente.
Desconocido: Mucho más ahora que bailamos juntos- sentía su susurró suave acariciar mi oído.
Justo en ese momento apareció mi Tío Ernesto. Un hombre cruel y ambicioso que me odiaba. Había intentado destruirme y apoderarse de mi Reino. Su Reino era tres veces el mío, pero aun así su ambición podía más. Tristemente, había heredado los enemigos de mi padre.
Estaba intentando mantener la calma, pero su presencia me inquietaba. Sabía que algo tramaba, todos mis guardias empuñaron sus armas y estaban atentos a mi señal. Pero aunque tuviera muchos enemigos infiltrados tendría que ser un tonto para hacerme daño ahí, sería un suicidio.
Ernesto: Una estupenda fiesta, aunque el vino deja mucho que desear. Algo que no ocurriría si fueran mis tierras. Solo envidio una cosa y son esas hermosas doncellas en especial la Rubia.
Sabía que intentaría intimidarme, pero no dejaría que tocara a mis hermanas. Me había estado estudiado todo este tiempo. Antes de que pudiera decir algo aparecieron Astrid y Sofy.
Amira: Les presento a mis doncellas son Astrid y Sofia. Una de ellas está a punto de comprometerse con un Duque. Mentí pero no quería que se acercará a Sofy.
Ernesto: ¿Sofia me permite este baile?. Al final de cuentas un Rey es mucho mejor que un Duque.
Amira: Si fuera joven, pero a su edad sería una carga cuidar a alguien tan... mayor.
Su cara estaba roja y parecía que en cualquier momento saldría humo. Sofy intento calmarlo aceptando su invitación.
Le debería un favor muy grande a Sofy después de esto.
Con la discusión perdí de vista a mi invitado desconocido. Mientras lo buscaba tuve que bailar con varios candidatos. Tantos nombres y caras, pero solo una persona había robado toda mi atención. Intente escapar de todos ellos, así que me aleje junto con un guardia que parecía estar cuidandome por órdenes de Astrid.
Podía notar su cara roja y su incomodidad al estar cerca de mí.
Amira: ¿sería este soldado él que me miró desnuda? (pensé).
Amira: ¿Cómo te llamas?- dije mirándolo fíjamente.
Soldado: Me llamo Darell- titubeó.
Este soldado era como los otros, pero me inspiraba confianza. Con esa armadura solo podía ver sus ojos color chocolate.
Salí a respirar aire al jardín y al fin lo encontré. Estaba perfecto observando la luna sentado en el Laberinto, un lugar creado por mí. Era uno de mis escondites favoritos.
Perdí a Darell quien tampoco estaba muy interesado en vigilarme al parecer.
Me senté en una banca junto al invitado desconocido y nos quedamos mirando las estrellas. Necesitaba saber quien de todos los candidatos había ganado y saber que podríamos estar juntos. Me quede callada por unos minutos para sentir que simplemente éramos dos personas comunes. Tenía miedo que en ese silencio se pudiera escuchar mi corazón, una cosa era segura ya no habría nadie más, tenía que ser él.
Amira: ¿Vas a decirme quién eres?
Desconocido: Es hermoso este lugar.
Dijo ignorando mi pregunta. No pude evitar sonreír, él no hacia lo que yo quería y me sentía encantada.
Amira: Que absurdo es todo esto. (pensé en voz alta).
Sus ojos me observaron y esa sonrisa perfecta se asomó.
Desconocido: ¿No te gustan las estrellas?.
Dijo apuntando al cielo. Tenía razón el cielo estaba lleno de estrellas y la luna se veía tan hermosa. Estábamos solos y todo a nuestro alrededor era perfecto. Lo mire disimuladamente y note que me observaba.
Desconocido: Felipe.
Dijo en un susurro suave. Me giré y su cara estaba tan cerca de la mía que podía sentir su respiración y su perfume. Temí por mí, nunca había besado a nadie antes, pero quería hacerlo desde que lo vi.
Sus labios eran tan cálidos y suaves.
Amira: ¿Qué es lo que buscas?
Dije interrumpiendo nuestro beso y corrí la cara. Felipe dejó escapar una risa.
Felipe: Eres divertida, solo quería conocerte.
Con una de sus manos arranco una flor y la dejo sobre mi vestido. Sabía que no era ninguno de los candidatos porque conocía el nombre de cada uno de ellos y nadie se llamaba Felipe.
Felipe: ¿Por qué solo príncipes que no heredan una corona?. Me dejaste afuera.
Sus palabras rompieron mi ilusión. Tenía la esperanza de olvidar algún reino.
Amira: La alianza entre dos reinos sería algo bueno en el futuro, pero no tengo deseo de más poder. Ahora solo busco hacer mi Reino más fuerte y un Rey solo me llevaría con él y mi pueblo me necesita.
Su mano toca suavemente la mía.
Felipe: Te entiendo. En un futuro me tocará tomar las mismas decisiones.
Mis ojos buscabas los suyos. Sus ojos no eran azules solamente, ahora todas las estrellas cabrían en ellos.
Sus labios acariciaba suavemente los mío, en un beso tierno.
Sofy: Cof cof. Amira.
Interrumpe nuestro beso y estaba acompañada de Darell.
Sofy: Solo quería avisarle que hay un infiltrado. Un futuro Rey y hijo único, pero creo que ya lo ha encontrado.
Dijo con sarcasmo. Mis mejillas estaban hirviendo y Darell sonreía mientras trataba de disimular una risa.
Nos miramos con Felipe divertidos. Él tomó mi mano, la beso y se retiró.
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