Mi corazón late un en sincronización con el de Elías, mientras aún me mantiene abrazada, ¿cómo lo se?, fácil, lo puedo sentir y estoy segura de que el también siente el mío
--Señor -escúchanos- Su padre lo busca
Elias me aparta de su pecho con delicadeza y se acerca a la ama de llaves quien se mantiene aún cerca de la entrada de la habitación
--¿Qué necesita? -pregunta
--Necesita hablarle del negocio familiar -dijo al mismo tiempo que me miraba por encima del hombro de su jefe
--Enseguida bajo
la ama de llaves asiente con la cabeza, luego se da media vuelta y se aleja de la habitación dejándome sola con Elías en un silencio incómodo
--Regresa a tu habitación -me ordena antes de acercarse a mi y tomar mi rostro con ambas manos- Te veré luego
y dicho eso acorta la distancia entre nosotros y besa la comisura de mis labios haciendo que me aleje de él dando pasos lentos evitando que vuelva a besarme
él suelta mi rostro y sus ojos se vuelven a oscurecer como aquella noche en que me golpeo por primera vez, sus manos se cierran nuevamente con fuerza y furia haciendo que sus nudillos se pongan rojos, temía lo peor, seguramente me volvería a hacer daño, pero está vez, para mí sorpresa, solo soltó un suspirar, relajo sus manos y salió de la habitación sin tocarme ni un cabello
pensé que todo había pasado, pero el aire me empieza a faltar, un dolor en mi abdomen empieza a surgir provocando que me encorve al instante y un mareo intenso hace que se me nuble la vista a tal punto que tengo que sostenerme de una de las cunas para no caer
poco después el mareo disminuye, pero el dolor no
camino con una mano sobre mi vientre y con otra sobre la pared para mantenerme aún de pie, pero aún así caigo sobre mis rodillas en el suelo
joder, duele tanto, nunca había sentido un dolor así de agudo
--¡Señorita Parker! -grita la chica de la limpieza cuando entraba a la habitación
--Ayudame por favor...
fue lo último que pude decir antes de que cayera por completo al suelo desmayada
***
Despierto en mi habitación la cual es iluminada solamente con la tenue luz de la luna que traspasa la ventana
aclaro mi vista frotando un poco mis ojos y logro visualizar una silueta parada frente a la cama
--¿Cómo te encuentras? -pregunta una voz dulce
--Me duele todo, incluso respirar -asegure tratando de levantarme de la cama
--Quedate quieta -dice aquella silueta al mismo tiempo que se acerca a mi y me toma de los hombros- Necesitas guardar reposo
--¿Quien eres? --pregunte al fin
--¿No me recuerdas?
me quedo callada
--Soy Sara -responde- Tu amiga
cuando al fin logro recordarla me abalanzó hacia ella y la abrazo
--Te extrañe tanto -comunique recargando mi cabeza sobre su hombro cálido
me separó de ella y me vuelvo a recostar entre las almohadas de la cama
--¿Qué me pasó? -cuestione llevándome una mano a mi vientre- Solo recuerdo que me dolía demasiado el vientre
--El doctor que te examinó dijo que solo era uno de los cólicos que se dan cuando el útero se está adecuando y expandiendo para albergar al bebé
--¿Solo eso? -levanto una de mis cejas aunque ella no lo noté
algo me dice que lo que sentí horas atrás no era "solo un cólico", creo que fue algo más fuerte y grave que eso
--Si -afirma
--¿Y Elías? -pregunto mirando a mi alrededor tratando de ver si había una silueta más entre nosotras
--Esta afuera con su padre -respondio
--¿Cómo supiste que...
--El me habló -dijo interrumpiendome- Al principio dude en venir, desde que Elías me despidió por lo que pasó la otra noche me jure a mi misma que nunca más volvería a esta casa, pero cuando supe de tu situación no me pude negar
--¿Por qué te hablo a ti? -volvi a interrogarla
--De alguna manera el descubrió que nos convertimos en amigas, así que penso que mi presencia te serviría para que te recuperarás
cómo le presentía, Elías si despidió a Sara después de que me defendiera, y aún así, a pesar de su orgullo, él la llamo para que estuviera conmigo
--Gracias por estar aquí -la tomo de la mano
unos ligeros golpes en la puerta de la habitación llaman nuestra atención, Sara se acerca al interruptor y enciende la luz
--Pase -indica mi amiga
--Señorita Parker, el señor Elías le manda estos regalos -dice la ama de llaves quien trae las manos repletas de bolsas
Sara se apresura a ella y la ayuda un poco haciendo que la chica suelte un suspiro de alivió al sentir menos peso en sus manos
--¿Dónde ponemos esto? --me pregunta Sara
--En el sofá está bien -indique con gentileza
Sara y la ama de llaves dejan todo lo que cargaban en sus manos sobre aquel pequeño sofa ubicado en la pared cerca de la ventana
--Si necesita algo más no dude en llamarme -dice el ama de llaves antes de salir de la habitación
mi amiga se acerca a una bolsa rosada, la abre y saca unas preciosas prendas de ropa
--Parece que alguien quiere llenarte de lujos -dice sonriendo
cuidadosamente me levanto de la cama dejando a un lado la manta que cubría mis piernas y me acerco al sofá
--Pero que haces -trata de detenerme- Tienes que estar en cama
ignorando por completo a mi amiga tomo una pequeña bolsa y saco una caja color gris que traía en su Interior
al abrir la caja ambas nos miramos asombradas
un hermoso anillo de oro brilla bajo el reflejo de la luz de la bombilla que ilumina la habitación
--¿Es oro puro? -toma el anillo y lo examina
--Creo que si -dije sin estar convencida
miro el resto de las bolsas sobre el sofá, deben haber más de 15 regalos aqui esperando a ser abiertos por mi
--Regalos inesperados --susurre con una ligera sonrisa
--¿Cómo dices? -pregunta fruncido el ceño
--Nada -respondi retractadome de mis palabras- Ignora lo que dije
entre ambas vaciamos todo lo que las bolsas de regalo contenían sobre mi cama, en cuestión de minutos todo se saturó de ropa de marcas como Gucci, Luis Vuitton, Prada, entre más marcas las cuales sus preciosos no son nada bajos
no me esperaba que Elías me regalará cosas como estás, y aunque se que no debo aceptar sus regalos tengo que hacerlo, no puedo vivir los nueve meses que me queden aquí solo con dos prendas de ropa diferentes que estaban en el closet de la habitación cuando llegué y que porsupuesto tuve que usar pues no tenía más ropa, pero ahora estoy segura de que necesitaré un segundo clóset.
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Updated 59 Episodes
Comments
Teresa Roy Massaro
Cuando uno sierra las manos con fuerza, no se ponen rojos los nudillos, se ponen blancos porque al ajustar no hay circulacion de la sangre.
2023-11-09
8
GiovannaXchelMayaCejudo
ay mi Dios esto cada vez esta más complicado
2023-05-10
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Gladys Ramirez
mía se está dando cuenta de que hay algo raro ahí, no es ninguna tonta
2023-05-07
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