Max fue a la compañía, a la mañana siguiente, como religiosamente lo hacía. Sin embargo, debió apañárselas a solas sin André. El chico se había quedado descansando en la nueva casa, recuperándose aún de una fiebre alta que no parecía querer ceder. Max tenía pensado regresar pronto, preocupado por él, pero al mediodía hubo un alboroto en la oficina que excedió por completo su control.
El impacto fue suficiente para desestabilizarlo momentáneamente.
A la empresa había llegado un arreglo floral de sus familiares llenos de malicia, felicitándolo por contraer nupcias. Y, para empeorar las cosas, el nombre suyo y el de André brillaban casi malignamente frente a todos sus empleados que no tenían idea alguna de lo que sucedía.
Le fue imposible ocultarlo más.
Aunque lo peor no fue aquello finalmente, sino los rumores que empezaron a surgir casi de inmediato.
La ausencia de André la mañana siguiente luego de la boda decía mucho para ellos. Al parecer, y sin querer, Max asumió un rol en la relación que ponía a André en desventaja.
Ahora sí, André iba a despellejarlo vivo.
"Está enfermo, resfriado y con una fiebre realmente alta", les repetía hasta el cansancio; pero sus subordinados, todos nerds raros con las cabezas llenas de datos, números y poca experiencia real, se mantenían sonrientes sin creer una sola palabra.
Además, había signos evidentes de agotamiento en su rostro que asociaron a una noche de bodas agitada. Sin saber que, en realidad, se pasó la noche en vela intentando bajar pacientemente la fiebre de André.
Mientras él pasaba por aquellas dificultades, André en casa no estaba mejor.
Había despertado sin sentir demasiada mejoría, y la nota a un lado de la cama sólo lo hizo querer patear con fuerza a cierta persona, pero también se sintió inmensamente agradecido y las emociones complejas lucharon en él hasta extenuarlo.
La nota no era extensa, pero era increíblemente molesta:
¡Buenos días bebé!
Intenta comer algo y no olvides tomar mucha agua. Iré a arreglar algunas cosas en el trabajo y regresaré enseguida. Si quieres algo especial para cenar envía un mensaje, te lo buscaré en el camino. No quieras hacer las cosas por tu cuenta, ya desempacaremos juntos al volver.
Pd: Realmente fue una larga y agotadora noche.
Tuyo, Max
Sus movimientos se habían detenido a la vez que la marcada vena en su sien palpitaba de forma peligrosa. La elección de palabras era simplemente demasiado para procesar.
Sin saber cómo reaccionar y sin ningún deseo de pensar, se levantó a buscar agua con la nota aferrada fuertemente en la mano.
Max era increíblemente irritante y, de alguna forma estúpida y molesta, considerado a la vez.
Su nota de mal gusto iba a ir directo al cesto de basura, pero el sonido del timbre lo desconcentró por un instante y olvidó que lo iba a hacer mientras atendía el llamado sin haberla arrojado finalmente.
Deseó inmediatamente haber fingido sordera o incluso decidido hacer de cuenta que no estaba en casa. Ver el rostro de la persona tras la puerta enseguida le hizo dar dolor de cabeza.
Frente a él estaba una de las herederas indirectas que esperaban que el matrimonio fuera una completa farsa para poder exponerlos y así cobrar una parte de la sucesión.
André le sonrió con la más falsa de las sonrisas y fue recompensado de la misma manera, como si la joven compitiera alegremente con él.
¿Cómo podría André ganar ante una profesional? Derrotado, retrocedió.
Con un suspiro interno y sin entusiasmo, la invitó a entrar. No podía dejarla afuera o patearla a la calle por más que su corazón lo deseara con fuerza. Sin embargo, mientras le servía un café a su invitada no deseada, tuvo una pequeña y maliciosa idea. Agradeció no haber botado la nota y la dejó caer, como sin querer, junto al café de la molesta niña que, al ver el rostro de pánico de André -en una actuación increíble de su parte debía decir- abrió con prisa la nota llena de malintencionada curiosidad.
Inmediatamente su rostro perdió color, luego explotó en un fuerte rubor y balbuceó algo incoherente a la vez que se disponía a coger su costosa y fea bolsa para marcharse rápidamente.
Su pequeño cerebro no parecía poder asimilar la información y huyó con prisa.
André rió sin diversión sopesando fuertemente si valía la pena todo aquello por el dinero del viejo, pero apartó todos aquellos pensamientos con una sacudida de cabeza. Aunque, rápidamente se detuvo porque el movimiento solo le trajo un fuerte dolor.
Desanimado, André desayunó algo mientras pensaba en qué debería hacer luego. Quería desempacar algunas cosas e intentó hacerlo a pesar de la advertencia de Max, pero volvía a sentirse afiebrado y desistió sin haber progresado mucho. En su lugar, tomó la medicina y se fue nuevamente directo a la cama.
Max llegó, no mucho después, con la mente todavía revuelta luego del caos en la empresa y al entrar inmediatamente se sintió intranquilo. No era tan tarde, pero el apartamento estaba a oscuras y no había signos de movimiento en el interior. Sintiéndose algo acobardado se dirigió hasta la habitación y su corazón saltó en su pecho, aún más asustado.
André estaba allí, pero no parecía encontrarse mejor que en la mañana.
Se acercó con todas las alarmas encendidas en su cabeza. Tocó su frente y se preocupó aún más. André ardía por la fiebre nuevamente.
Se sintió asustado, pero también atormentado porque un pensamiento intrusivo pasó fugazmente por su mente y lo desestabilizó por un momento. «Lo sabes, ¿verdad? Hazlo sudar y la fiebre bajará más rápido» El eco risueño de la voz de uno de sus empleados se deslizó susurrante como un pequeño demonio que estaba instándolo a movilizarse.
Hazlo sudar.
El aire se le quedó atorado en el interior. André se encontraba delirante por la fiebre alta y sus ojos empañados no parecían enfocarlo bien, pero le sonrió con débil calidez al verlo, como si fuera un pequeño cachorrito que estuviera dándole la bienvenida a casa.
Se acercó más a su lado en la cama y de inmediato el chico se apresuró a abalanzarse familiarmente sobre él en búsqueda de su calor. Atrapándolo bajo las cobijas y comprimiéndose contra él. Temblaba de frío, mientras Max, en cambio, temblaba con una emoción indescriptible que apenas podía contener.
Hazlo sudar.
Repudió a aquella voz insistente mientras intentaba confortarlo y lo sostenía en brazos intentando darle algo de calor. No parecía ser suficiente y André se apretaba a su cuerpo con más necesidad. Su respiración era fuerte y pesada. Tenía el cuerpo increíblemente caliente.
Hazlo sudar.
No supo si fue él o tal vez André, solo se dio cuenta un tiempo después y ni siquiera allí comprendió exactamente qué sucedía. Ambos, en algún momento, habían comenzado a besarse profundamente y sus manos inquietas le recorrieron el cuerpo al chico que jadeaba trabajosamente contra su boca.
Esa noche fue como un borrón que Max quiso pero no pudo eliminar jamás de sus pensamientos. Una noche que André no recordaba y una que Max no podría olvidar en su vida.
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Comments
Mix Mix
/Chuckle/ el chistoso
2024-06-29
0
Mix Mix
jajJajajaj /Facepalm//Facepalm//Facepalm/
2024-06-29
0
Lala González
jajaja 🤣 ahora resulta que le hizo caso a un comentario
2024-01-28
1