Matrimonio

Ya listo bajo a desayunar con su familia como si nada hubiera pasado, terminó y se despidió de todos para salir al establo sin embargo al llegar, el lugar donde siempre estuvo su caballo estaba vacío…

.........

Ivy volvió a su casa yendo hasta sus padres para gritar con bastante preocupación.

“NICODEMUS DESAPARECIÓ!”

Su madre y padre estaban sentados en la sala bebiendo un poco de té tranquilamente ignorando las palabras alteradas de su hijo.

“¿Están escuchando? ¿Donde esta Nicodemus? ¿Que hicieron con el?”

...• • • • ❁ • • • •...

Ivy había buscado en todas partes de la capital por su caballo, no podía ser muy difícil pues era un caballo azabache pura sangre, era de los pocos que había en todo el mundo, corrió desesperado por todas las calles, sin embargo; no pudo encontrarlo, con el corazón aún más lastimado volvió a casa, necesitaba hablar con sus padre quien se habían atrevido a vender su caballo sin decirle absolutamente nada.

Entro a la casa pensando en buscar a sus padres pero ellos ya lo esperaban en la entrada con una expresión seria y algo escalofriante.

“¿Qué pasa?”

“Deja de buscar, ese caballo ya no está aquí” mencionó su padre dejando su taza en la mesa.

“Ahora hay algo más importante de lo que tenemos que hablar contigo” su madre se escuchaba tétrica.

Esas palabras habían dejando un mal sabor de boca de Ivy quien algo temeroso los siguió hasta la sala, yendo a sentarse en el sofá frente a sus padres.

“Ustedes… ustedes vendieron a Nicodemus ¿no es así?” Se atrevió a hablar primero pero su madre lo callo de inmediato.

“Shh…” su madre se sentó junto a su padre antes de volver a hablar “Recibimos una carta bastante interesante del señor Lamper” comenzó a contar mientras su padre los veía en silencio.

“¿El duque? ¿Sobre que?” Preguntó un poco dudoso el menor sin entender a dónde iban.

“Espera y verás” afirmó su madre dejando un sobre en la mesa de centro vaciando su contenido y colocando un contrato matrimonial frente a Ivy.

“¿Y esto?” En cuanto leyó el título Ivy sintió que algo no estaba bien, sintió sus manos temblando un poco mientras veía a sus padres.

“Cariño, el señor Lamper nos ha pedido tu mano en matrimonio, y hemos aceptado, solo nos pidió que firmes este contrato prenupcial”

La voz de su madre había cambiado a una alegre mientras le extendía una pluma con la tinta, con esas solas palabras los ojos de Ivy se abrieron con sorpresa ¿había escuchado bien?

“¿Que dicen? ¿Casarme? ¿Con ese fenómeno? ¿Están bromeando verdad?”El terror creció en el rostro del

¿Estaban hablando en serio? Estaba consciente que sus padres eran adictos al dinero pero ¿lo iban a obligar a casarse con un anciano solo para seguir viviendo en la opulencia? Ese fuerte dolor en su pecho que sintió la noche anterior volvió a presentarse ¿porque le estaban haciendo eso?

“No seas exagerado, esos son solo rumores” reclamó su madre restándole importancia a los rumores.

Ver la crueldad en sus padres al aceptar casarlo con alguien del que se decía le triplicaba la edad, tenía fetiches extraños y había desaparecido a varios jóvenes era algo que pudo esperar de cualquiera menos de ellos.

“Por favor … no me obliguen” suplicó el menor con un leve temblor en la voz.

Por primera vez en su vida les pidió algo a sus padres, a pesar de que siempre hacía todo para complacerlos y ser el mejor hijo nada parecía ser suficiente para ellos.

“¿Quien te está obligando? Eres menor de edad y nosotros decidimos lo que es mejor para ti”

El rostro de la madre de Ivy pasó de tener una sonrisa a una expresión de molestia.

“¡JAMÁS! Nunca me casaré con ese anciano desfigurado”

El grito del chico de cabello rubio y ojos violeta se escuchó por toda la mansión O’Brian. Su madre y su padre observaban a su hijo menor el cantante más famoso de la capital conocido como el Ángel de la ópera que para ellos solo era solo un niño mimado que en esos momentos estaba haciendo un berrinche por el arreglo de su matrimonio que los salvaría de la ruina.

“No está a discusión Ivy, te casarás con el señor Lamper en un mes” Respondió su padre con un tono frío.

“Pero… pero escuche que tiene un fetiche raro con los jóvenes y una vez que entran a su casa nunca más se les ve, no quiero casarme con alguien así… papa… mamá por favor” los ojos del menor comenzaban a arder ligeramente por las lágrimas que querían salir.

Quería tratar de hacerlos entrar en razón nunca les había levantado la voz o había negado alguna decisión que le impusieran así que esperaba que solo esta vez le escucharan pero lo qué pasó después lo dejó helado.

Harta de las quejas del menor su madre se levantó del sofá donde estaba sentada y le propinó una fuerte bofetada al menor, y sin esperar a que Ivy saliera de su shock le sujeto del cuello y lo acercó a su rostro, la expresión de su madre era intimidante y estaba deformada por la ira.

“Escúchame bien niño berrinchudo de mierda te hemos consentido demasiado, tenías la libertad de hacer lo que quisieras y te solapamos todo a cambio de que nos dieras el dinero por tu éxito ¿y cómo nos pagaste? MINTIÉNDO!”

El menor estaba en shock veía a su madre con una expresión de sorpresa en su rostro, sentía el ardor en su rostro y las inmensas lagrimas bajando por sus mejillas, Un vacío se instaló en su pecho con la sensación de que estaba siendo abandonado.

“El director nos mando una carta, ¿cuando ibas a decirnos que tu supuesto don era falso y te despidieron? ¿COMO PIENSAS PAGAR LA CASA O LAS DEUDAS DE TU PADRE?”

“¿Deudas…?”

“Aposté por un negocio que salió mal y me endeude con el banco, al principio no me importó porque sabía que tu lo podrías pagar” su padre quien hasta ese momento se dedicó a beber de su taza de café levantó el rostro para ver a su hijo con una expresión seria y fría mientras le decía aquello.

“Si no hubieras estropeado tu oportunidad de ganarte al príncipe no tendríamos porque vernos en esta situación” reafirmo su madre con una sonrisa de sorna.

Su mente estaba en blanco ¿hacían todo eso solo por qué lo habían despedido? ¿Porque seguían perdiendo dinero como si fueran de la realeza?

El menor sintió un escalofrío recorriéndole la espalda, se quedó mudo solo manteniendo su cabeza agachada mirando las pequeñas gotas de sus lagrimas que caían en la mesa de centro.

“Ivy, perderemos la casa… y todo lo que nos pertenece sino te casas con el duque” la voz de su padre sonaba tranquila pero también preocupada.

“El señor Lamper está dispuesto a pagar toda nuestra deuda, así que sirve de algo y solo cásate con él”

Su madre por fin soltó a su hijo y lo empujó para que volviera a sentarse en el sillón. El menor cayó de senton al sofá quien apretó sus manos sobre sus rodillas, podía sentir como sus padres solo lo estaban utilizando para salir de un problema.

Mordió sus labios hasta hacerlos sangrar un poco y aunque quería gritarles qué simplemente no lo haría, quizá salir huyendo de ahí y dejarlos con su deuda sabía que no podía hacerlo. Con resignación y un enorme nudo en la garganta al final relajo sus manos y firmó ese contrato sin siquiera leerlo ¿que caso tenía?

En solo unas tres semanas se casaría con el duque Christopher Lamper, un hombre con mucho poder aunque bastante misterioso…

De la nada había aparecido en los círculos sociales pero nadie sabe cómo luce exactamente, empezó a correrse el rumor sobre sus quemaduras graves como resultado del accidente donde su hogar se incendió misteriosamente pero de ahí a su apariencia física no muchos podrían describirlo.

.......

.......

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...Continuará ...

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