Adiós

Bueno sigamos con esto.

Era el primer día de clases y fui por inspección, que se encontraba en el edificio principal del colegio, iba a ver la lista de alumnos, para ver en que curso me tocaba, fue ahí cuando me la topé, enseguida supe que había algo raro en ella, sentí que ella no era común, no tenía nada de común no sólo por su hermosura si no por sus dones, por su talento.

¿Cómo se los explicó? Ella tenía algo diferente, sentí que podía ver cosas que los humanos normales no podían, tal vez ella puede ver espíritus, pero sus dones no están bien desarrollados, de lo contrario me hubiera detectado de inmediato.

Nuestras miradas se cruzaron momentáneamente y enseguida salí de ahí, pasé semanas espiandola, nunca sintió mi presencia, hasta que por fin nos conocimos y comenzamos hablar, ella no tiene muy desarrollada sus habilidades es un diamante en bruto para mí, un juego, una tentación, con la que me divertire mucho o eso pensaba.

Eran mis planes iniciales, ¡Maldición! Yo tengo la culpa de todo, no supe disimular ni actuar bien, ahora estoy encerrado en un manicomio, pero no será por mucho tiempo se los aseguró.

(Suelta una risa macabra)

Isabel

Abuela debo confesar que al principio su actitud para mí era demasiado, era muy coqueto y atrevido cosa que me parecía rara, la gente lo seguía era como su séquito, el establecía la moda en el colegio, lo que decía era ley, a muchos no le agradaba incluso intente alejarme de él, pero el siempre permanecía cerca, además conocí un lado diferente. Un lado bondadoso, gentil y romántico fue de quien me enamoré. Poco a poco nos acercamos, de amigos, a mejores amigos y a novios, pero fue ahí cuando todo terminó o cuando todo empeoró. Se volvió loco te lo juró comenzó a portarse extraño y por eso estamos aquí.

- Hija él... Abusó de ti?

- No sexualmente abuela, pero...

- Isabel conmigo puedes hablar sobre cualquier tema, no soy una vieja anticuada que no entiende. Querida yo te amo y estoy contigo.

- Una vez me golpeó, quería terminar con él, fui hablar con él y me cogió de los brazos y comenzó a sacudirme, quería que con eso cambie de opinión y que nada cambié entre nosotros - comienza a caer algunas lágrimas-, no sucumbí ante sus amenazas me dio un puñete en la mejilla me solté como pude lo golpe, lo empujé hice todo lo posible para escapar de ahí, me agarró del brazo, le grité le dije que terminamos y salí corriendo del lugar.

- Querida no fue tu culpa te lo aseguró, tú no eres culpable de nada, tranquila ya no llores. Me siento orgullosa de ti, no te quedaste ahí, lograste salir.

Su abuela la abraza, tratando de calmarla.

- Estoy contigo mi niña, jamás de dejaré, eres mi vida y lo que me queda de ella te cuidaré, te protegeré lo prometo.

- Mi mamá abuela está loca, me odia y nunca me deja las cosas fáciles, estoy arta abuela, arta de cuidarla, a veces pienso que yo soy la madre, ella es tan inmadura y sus novios son una porquería. Ya no puedo más, te juró que intenté entenderla, estar con ella, pero nunca fui suficiente para ella.

- Eso es mi culpa debía ir a visitarlas y no confiar en tu madre, me decía que todo había mejorado que estaban bien, nunca debí creerle, nunca superó que tu padre la dejará.

- Padre abuela yo no tengo padre, ni se acuerda que existo.

- Querida tu padre te manda la pensión cada mes y siempre me llama a preguntar por ti, cada vez que va a buscarte nunca te encuentra, tu mamá siempre dice que no estás y nunca te encuentra, por eso me llama a mí y yo estúpidamente creí en la palabra de mi hija, si hubiera sabido cuanto estabas sufriendo te aseguró que tu padre de inmediato te iría a buscar.

- Si me quiere abuela, me quiere...

- Claro que te quiere, creo que tienen que hablar personalmente, no te preocupes voy a llamarlo.

Cuando por fin Isabela deja de llorar entra a su cuarto Aurora furiosa.

- Mis felicitaciones Isabela, parece que convenciste a tu abuela de todo. Ojalá y esa carita de inocente te duré mucho. Porque eres un demonio, un lobo disfrazado de oveja.

- ¿Qué quieres? - dice Isabel

- Solo les vine a visar que me voy.

- Te vas, ¿a dónde se van? - dice la abuela.

- jajaja no entendiste mamá, me voy, me voy en singular no plural. Querías que me vaya, eso voy hacer.

- ¿Qué pasará con tu hija?

- Mamá mi hija es un estorbo, siempre fue un estorbo, no lo entiendes.

- Nunca fue un estorbo. No hables de esa forma te podrías arrepentir.

- Tal vez no fue un estorbo cuando la llevaba en mi vientre y los pocos años que sirvió para mantener a su padre a mi lado, ahora ya no me sirve.

- Ya no te sirvo y el...

La abuela le aprieta la mano a su nieta para que no diga nada más.

- Tranquila querida, te vas a quedar conmigo, si tu madre tiene algo mejor que hacer dejala ir.

- Claro que tengo algo mejor que hacer, tengo que recuperar a mi novio.

Escuchame bien mocosa, no quiero saber nada más de ti, arruinaste mi vida y esperó que desde ahora ya no existas para mí ¡Entiendes!

- Me queda muy claro Aurora. Y no te preocupes me haces un favor - dice Isabel.

-Por último mamá tienes que enseñarle a Isabel como manejar sus dones, eso es especialidad tuya.

Adiós.

...

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