mi primer amiga

Vanessa estaba tratando de explicar y clarisa y Dhalia solo estaban bromeando entre ellas.

Varios hombres aparecieron asustando a la multitud, los gritos se extendieron en el salón.

— Como entraron.

Dice clarisa mientras esconde a la asustada Vanessa.

— No revisaron a todos antes

Dice Dhalia mientras observa a los intrusos

— Eso pensamos

Clarisa las pone debajo de la mesa y corre y desenvaina su espada atacando a los hombres, varios caballeros también llegaron y empezó una completa batalla.

— Vamos a morir, vamos a morir.

Dhalia mira a Vanessa que está haciendo tanto ruido mientras llora en voz alta

— Cierra la boca si continúas haciendo ruido nos encontrarán

— Vamos a morir wuaaaa

“Si me quedo en este lugar moriré por esta mujer”

— O te callas o te sacaré de aquí.

Vanessa miró a Dhalia y dejo de llorar, ella estaba satisfecha y cuando se giró para volver haber la pelea, un llanto más fuerte vino de su lado atrayendo la mirada de varios de los hombres que interrumpieron en el castillo.

— Mira lo que has hecho.

Dhalia salió de debajo de la mesa y trato de correr, pero una mano la tomo del cabello y la tiró al suelo.

— Pioli

— Adónde vas he pier, como puedes irte si estos hombres vienen por ti.

— Que te pasa no te hice nada por qué quieres matarme

— No hiciste nada, pero tu hermano acabo con mi familia.

Dhalia frunció el ceño y dijo mientras se ponía de pie.

— No sé de lo que hablas, pero puedo decirte, que esto no será fácil para ti.

— Ni para ti tampoco pier, por qué morirás muy pronto.

Pioli se giro lista para gritar.

— Aquí está su…

Ella no termino de hablar, ya que Dhalia la dejo inconsciente.

— Yo no quería llegar a esto.

Miro a Vanessa.

— Esconde la contigo

— No es la psicópata que trajo a esos tipos.

— Pero tú hiciste que nos encontrará

Vanessa se mordió el labio y luego acepto.

— Bien.

Los hombres al ver que el portal se cerró, entraron en pánico y empezaron a atacar locamente.

Dhalia se giro y entre medio del caos, clarisa brillaba como una flor roja en una montaña llena de nieve.

— Ahhh que genial te ves clarisa enséñales quien manda.

Mientras era consumida por la emoción ella gritó animando a su nueva amiga.

Pero pronto su sonrisa se tensó y su cuerpo se movió por si solo.

Uno de los hombres atravesaría a clarisa si hiciera eso sería un golpe mortal para ella.

En la distancia los ojos verdes de un hombre miraron la acción suicida de la pequeña chica que antes animaba a su amiga.

Obviamente, él no dejaría que le pasará nada a lady Wittgenstein mientras estuviera en esta Mansión, solamente que como no vio que corriera peligro no intervino, cuando vio a lady Wittgenstein en peligro se puso de pie, pero la chica reaccionó un poco antes.

La espada fue clavada en su estómago, su pequeña boca soltó una bocanada de sangre.

Los ojos del hombre se tornaron oscuros y rápidamente movió su poder y los intrusos murieron en el instante.

Clarisa recibió el cuerpo de Dhalia temblando, sentía como si tuviera algo enorme en sus manos, su primera amiga sin pensarlo se lanzó a salvarla. Sus lágrimas cayeron en el rostro de Dhalia.

— ¿por qué? Por qué hiciste esto.

Dhalia sonríe y niega con su cabeza.

— Me creerás si te dijera que tampoco lo sé, cerro que tomo mi vida un poco a la ligera, si salgo de esta el hermano me regañara mucho, aunque no creo salir.

Sus ojos empezaron haber todo borroso

— Dhalia escúchame, Dhalia

— Soy demasiado buena je, je, je.

Sus hermosos ojos violetas se cerraron y su cuerpo empezó adornarse frío.

— Un doctor llamen a un doctor

Grito clarisa con pánico y miedo en sus ojos, al fin conoció a alguien que le agradará y la perdería el mismo día, no quería ver eso.

— Lady Wittgenstein permítame

El hombre se arrodilla junto a Dhalia y su poder recorre su cuerpo, Dhalia sintió como si una corriente cálida llenará su cuerpo y se quedó dormida, su respiración fue estable.

— Listo

— Ella estará bien

El hombre no le respondió y se giro y se fue, se encontró con Erick y este le agradeció.

— No tienes que hacerlo, la chica será una buena amiga, que no la desperdicie

— Muchas gracias archiduque

El hombre no le prestó más atención y salió del lugar, los pasillos estaban muy silenciosos, una sombra salió y doblo una rodilla frente al hombre.

— Maestro todo está listo para partir

— Andando.

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