Vanessa

Lady Vanesa observó su alrededor y su frente se arrugó, al escuchar los murmullos, se giró y grito en toda la sala.

— De que tanto hablan si ustedes también piensan lo mismo.

Luego miro a Dhalia y dijo mientras apretaba sus dientes.

— Es normal que apartemos a los que no saben cómo comportarse en la sociedad.

Dhalia tomo del vino en su mano y dijo

— En realidad tampoco sabes comportarte, aún eres una niña y los niños deben quedarse en casa

— Zorra crees que te tengo miedo

— Quien sabe lo debes sentir en tu corazón, que no lo demuestres es otra cosa.

La pequeña cara de Vanessa se tornó totalmente roja que parecía un tomate Cherry.

“Debo dejar de estarme acordando de comida en estas situaciones”

Apresar de lo molesta que estaba Vanessa Dhalia solo tenía su mente en el tomate Cherry que había visto en su mansión.

“Sin jugosos la verdad”

— No me ignores, no te creas mucho que, una marginal como tú con tu rostro desfigurado tampoco debería aparecer en la sociedad.

Dhalia puso los ojos en blanco y una burla apareció en sus ojos.

— Pues verás que está marginal con el rostro desfigurado puede llamar la atención sin mostrar su rostro, pero tú con tu rostro no atraes ni a una mosca, te huyen querida, dime el secreto para espantarlas, son molestas cuando hacen calor.

Todos estaban muy confundidos con la última frase, no sabían si se refería a las moscas los insectos o a los pretendientes que tenía.

Vanessa miró a Dhalia con desprecio, solamente quería ponerla de su lado y que la siguiera, una chica con un rostro como tal día autoestima debería estar por los suelos, por lo que dio el primer paso quien diría que era más terca de lo pensado.

Al escuchar la burla de todos su tez no era muy buena, ella corrió hacia Dhalia lista para golpearla jamás había sentido tanta humillación.

“Oh no está es de las que roban acción”

Dhalia retrocedió y cuando las manos de Vanessa iban a tocarla, fueron tomas y está no pudo moverse.

— Quien fue….

Vanessa estaba enojada en este momento pudo haber golpeado a lady pier, pero alguien la detuvo quien era el entrometido.

Ella miró hacia la persona que la sostenía y se calmó.

— Lady Wittgenstein

— Aún sabes que soy la anfitriona y te atreves a armar un escándalo en este lugar.

— Yo… No quise yo….

— No solamente arruinas mi fiesta, también atacas a mi amiga

Dhalia asintió

— Gracias por rescatarme caliente caballero

— No se preocupe la protegeré

— Ja, ja, ja

Ambas olvidaron que estaban rodeadas y solo bromearon entre sí.

Pioli sacó un pequeño aparato de su bolso y miro atreves de las ventanas.

Después de que había llegado de la fiesta de té alguien se había movido contra su familia, y no era nadie más que el joven marqués pier, toda su riqueza se fue en picada, solamente pude vender mis joyas para este movimiento, si yo pasaré mal mi vida por qué no llevarme a la causante de todo.

Estuvo observando todos los movimientos de Dhalia, para buscar el momento correcto y ese momento era ahora que ella estaba desconcentra.

El pequeño aparato era un portal portátil, podía transportar a varias personas, las mansiones tenían un antisistema para defenderse de ellos, además se necesitaba una fuente de maná estable por qué si no tenía sería un suicidio pasar por el portal.

Pioli agotaría su poder y su fuente de vida.

— Preferiría morir antes que vivir en la pobreza.

Ella movió su maná al objeto y pronto todo su cuerpo empezó a palidecer.

Su cabello que era brillante quedó opaco y sus ojos sin vida, solo quería asegurarse de que Dhalia muriera antes de dejar el mundo.

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Erick Wittgenstein

mi primer amiga

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