Lady Wittgenstein

— como será la señorita  Wittgenstein

Dice Dhalia mientras recuerda a las mujeres caballeros de las películas que se había visto  y se emocionó más

— la señorita le gustan los caballeros desde niña

— claro ahora imagínate si este caballero es mujer  je, je, je.

— ya veo, estaré bien vestida para la ocasión

Lía miró a su señorita, llevaba un vestido de cola de pato de color morado, zapatos de tacón plateados, su cabello estaba recogido en un moño simple dejando algunos mechones sueltos que adornaban su rostro y llevaba unos guantes blancos con pequeños diamantes.

— mi señorita está hermosa, las personas no podrán quitar los ojos de mi señorita

— tienes una lengua muy dulce, te aumentaré el sueldo

— es un honor mi señorita

— deberías de tratar de ser humilde

— eso es imposible, a quien no le agrada el dinero y más  si se lo aumentan

— bien, bien

El carruaje llegó a la mansión de duque, cabe decir que era mucho más grande que la de un marqués, los carruajes eran muchos porque le tardaron en ingresar a la mansión, pronto llegaron y Dhalia salió del carruaje.

— quien es ella

— no la he visto nunca

— se dice que estuvo en la fiesta de té de lady prim, ella es... Si ella es la hija de la marquesa pier

— la mujer horrible

— si

— que hace ella aquí

— ja no le da pena salir con ese rostro

— pero no les parece extraño, que no sea  gorda como decían

— puede ser.

Los ojos de lía estaban rojos.

— Señorita iré y los callaré

Dhalia extiende su mano evitando que se vaya

— déjalos, luego les mostraré una lección

— pero

— ya basta  pero gracias por preocuparte por mi

Lía bajo su cabeza, quería callar a esos nobles, pero sabía que solo dañaría a su señorita y podía perder su vida.

Una doncella se acercó y la saludo

— lady prim bienvenida, mi señorita quiere hablar con usted

— tu señorita es...

— lady clarisa Wittgenstein

— guía el camino

La doncella empezó a caminar y Dhalia la siguió

— es ella la doncella de lady clarisa

— piensa hacer lo mismo que siempre hace.

— te refieres a eso

— supongo, no puedo creer que con esa personalidad de hombre quiera que uno sea amiga suya

— silencio y si te escuchan

— todos piensan lo mismo

— eso es cierto jajajá

Dhalia fue guiada a una espaciosa sala dorada, si todo era dorado.

— mi señorita vendrá pronto

—bien

La doncella salió del lugar, Dhalia tomó asiento y llevó un muffin a su boca.

— porque crees que me llamó

— quien sabe, se dice que la hija del duque no tiene amigos

— siendo hija del duque no tiene amigos

— se dice que a ella no le gusta la gente doble cara.

— bueno es de esperarse los caballeros tienen un sentido muy estricto sobre Las personas

— eso.

Lía no terminó de hablar, ya que la puerta de la habitación fue abierta, entró una chica de cabello rojo y ojos color plata, llevaba un vestido enorme de color amarillo brillante y se notaba que no estaba acostumbrado a él.

Dhalia se levantó y saludo

— saludos a lady Wittgenstein

— lady pier un gusto conocerla, tome asiento por favor

— gracias

Dhalia se sentó y miró a la chica que estaba frente a ella.

La habitación estaba en una situación muy incómoda ninguna de las dos dijo una palabra, las doncellas tenían la tez pálida, se les había dicho que contuvieran a la señorita y que lograrán que hiciera amigos, pero su señorita era muy diferente, temían que explotara en cualquier momento.

— yo... Yo me gusta la moda

Dice lady Wittgenstein

— también me gustan mucho los diferentes tipos de té, he además

Dhalia miró a la chica frente de ellas y suspiro, su visión de la dama caballero perfecta se arruinó.

— lady yo…

— ahhh ya no puedo más con esto

El grito de la chica resonó en la sala, y se escucharon suspiros de las doncellas, su señorita no aguanto

— mira lady pier, en realidad me gustan las espadas y estar en los campos de batalla, me gusta montar a caballo y esa cosa que a ustedes les parece deshonroso para una dama, si no te gusto por favor márchate

— jajajá

Lía empezó a reírse, la tez de todos palideció, como se atrevía una doncella burlarse de su señorita

— jajajá lo siento, lo siento, es solo que si lady Wittgenstein no se mostraba como era ni señorita se iría sin mirar atrás

Las demás doncellas estaban en estado de shock, no podían creer lo que escucharon

— lía, lo que has hecho es muy irrespetuoso

— lo siento señorita, es solo que

— olvídalo cierra la boca

— si señorita

Dhalia miró hacia clarisa y sonríe.

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