Capitulo : Devuelta a los entrenamientos.

Amy esta preparadandose para comenzar, otra vez, con el entrenamiento. Se viste con su ropa termica habitual y se dirige a la pista de patinaje.

Su pista de patinaje, el regalo que le hizo su padre cuando cumplió los 10 años y decidió que quería convertirse en patinadora profesional. Su lugar mágico en el mundo, donde todo stress, dolor y amargura no existen.

Al llegar se encuentra con Max, quien la está esperando, impaciente en la pista, acompañado de una persona desconocida, seguramente es el nuevo empleado.

Amy se acerca patinando hasta el centro de la pista.

—Hola Max—saluda. Sin inmutarse por la persona que esta a su lado.

—Hola Amy, te presento a Alex Rodriguez, es el nuevo encargado de la pista — el joven hace un movimiento con los patines y cae al suelo, nunca en su vida había estado en una pista de patinaje, esto va a ser más difícil de lo que pensaba.

—Un encargado de pista que no sabe mantenerse en el hielo—exclama burlándose, a Alex no le cae bien.

—Aprenderá, no te preocupes—lo defiende Max. Sabe que nadie quiere trabajar con ella por su humor y por su forma de tratar a la gente, debe aprovechar a este chico, que se presentó solo a trabajar.

—Señorita Amy es un gusto trabajar con usted —se presenta, intentando fingir su incomodidad, sabia que ella era una persona arrogante y de muy mal humor, pero no se imagino que tanto.

—Muy bien Alex, ¿sabes lo que tienes que hacer? — le pregunta.

—Si señorita lo se, no se preocupe aprenderé enseguida.

—Espero que así sea—contesta con desagrado.

Amy se olvida de él y se pone a entrenar. Pero rápidamente el dolor en su tobillo es insoportable, sin embargo, decide continuar, no puede darse por vencida, debe recuperarse antes de las nacionales.

Mientras tanto Alex limpia con la maquina pulidora de hielo la pista sin molestarla, no puede creer lo persistente que es, a pesar de que se nota en su cara el dolor que siente, no deja de entrenar, podrá no tener talento como dicen los periodistas, pero tiene mucha perseverancia.

Ella sigue patinando, durante varios minutos más, hasta que en un momento intenta hacer un triple salto, el mismo truco en el cual se lesionó, y a lo lejos, Max la observa sorprendido por su exigencia, no quiere que empeore más su situación.

—¡Amy no lo hagas, puedes hacerte daño! —grita Max, pero es demasiado tarde, porque Amy lo intenta y cae al suelo golpeandose muy fuerte —¡Amy! ¿estas bien? —pregunta Max, preocupado, acercándose al medio de la pista donde está Amy lesionada, sin poder levantarse—¡Alex ayúdame! —el joven también se acerca al lugar.

—Estoy bien, estoy bien —exclama Amy intentando levantarse.

—Eres muy arriesgada, no puedes hacer un triple salto, ¿estas loca? ¿en que estabas pensando?

—Se lo que hago Max, eres mi entrenador, no mi dueño.

—Como soy tu entrenador tienes que hacer lo que yo te digo y te prohíbo que hagas un triple salto hasta que no te recuperes, ya demasiado estoy permitiendo que estés entrenando–la regaña con dureza, pero ella lo desafía.

—Yo hago lo que quiero —le responde Amy que intenta levantarse y vuelve a caer al suelo, su tobillo se volvió a inflamar y no puede seguir patinando.

—¡No seas tan testaruda mira como estas! Alex ayúdame a llevarla.

—¡Si! —ambos toman a Amy de un brazo y del otro y la llevan a tierra firme, allí se quita los patines y ve su tobillo inflamado.

—Mira lo que has hecho, Amy, no voy a permitir que sigas entrenando esto puede ser el final de tu carrera y lo sabes.

—Mañana vendré bien temprano a entrenar y tu no vas a impedirlo—vuelve a desafiarlo.

—¿Sabes que? haz lo que quieras, ¡renunció! no voy a seguir viendo como te haces daño tu sola—exclama muy enojado yéndose del lugar, dejandola sola con Alex.

—Señorita ¿se encuentra bien? ¿quiere que la ayude? — pregunta Alex preocupado, el dolor se refleja en su mirada—usted necesita un doctor.

—Por favor dime Amy, me aburres llamándome señorita, solo necesito un calmante, iré a urgencias.

—Yo la llevo, usted no puede manejar en ese estado—Alex insiste y ella acepta.

Amy con la ayuda del joven llega hasta el auto y allí se acomoda en el asiento del acompañante, mientras Alex toma el asiento del conductor, llevándola a la sala de urgencias de la clínica donde ella se atiende

En el lugar, es atendida por su médico, que le realiza una infiltración en el tobillo y le exige reposo absoluto, pero ella no acepta.

—Mira Amy si no haces reposo no podrás seguir patinando necesitas descansar tu tobillo —el doctor Robert intenta hacerla entrar en razón, sin éxito.

—Escúchame Robert, todo el mundo me dice lo que tengo que hacer, pero me conoces y sabes muy bien que no lo haré, no dejaré de entrenar y menos en este momento, necesito llegar a las nacionales, aunque de eso dependa mi carrera.

—Se muy bien lo testaruda que eres Amy. Así que tomate esto y no te exijas tanto, comienza poco a poco—le aconseja el doctor entregandole un analgésico y antiinflamatorio muy fuerte para aliviar sus dolores.

—Gracias Robert, sabia que tu me entenderías.

Amy se despide del doctor y Alex vuelve a subirla al auto, para llevarla hasta su casa.

En el camino Alex no resiste más y le pregunta

—Amy, ¿por que eres tan testaruda? ¿Por que pones en riesgo tu salud? —Sabe que no es de su incumbencia, aun así, le da mucha pena, además es información que necesita para el informe.

—No me entenderías, nadie lo hace, ni siquiera Max,.

—Inténtalo, quizás logre hacerlo.

—Nadie entiende el amor que yo siento por el patinaje, e ir a las nacionales es lo que siempre soñe, y no voy a permitir que una lesión me arruine la carrera.

—Eres muy perseverante, pero puedes hacerte daño.

—Además... quiero demostrarle a los que hablan de mi que no es verdad lo que dicen.

—¿A que te refieres? — pregunta Alex.

—A los periodistas, ¿no escuchas lo que dicen sobre mi? Que no tengo talento, que todos mis premios los compro mi padre con su dinero.

—No creo que sea así —exclama Alex sintiéndose culpable por ser un periodista— tienes mucho talento, por lo poco que vi en el entrenamiento tienes talento y perseverancia, serás la mejor patinadora del país, una vez que te recuperes—lo dice con toda sinceridad.

—¿Tu que puedes saber sobre el patinaje? ni siquiera sabes mantenerte en el hielo.

—Aunque no lo creas, amo los deportes, miro mucho los canales deportivos y puedo darme cuenta cuando estoy frente a alguien que tiene talento.

—Alex llévame a mi casa y guarda silencio ¿si? Me duele mucho la cabeza —Alex le hace caso, no habla en todo el camino y finalmente la deja en su casa, sin recibir ni siquiera un gracias, no puede creer que sea tan arrogante, sin embargo, puede ver, por lo poco que la conoce, que ella es como el hielo, fría y dura, pero también muy frágil, a punto de romperse.

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Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Amy no expongas tu salud te puede ir peor es tu sueño ya tendrá otra oportunidad por más duro que sea tienes que afrontarlo

2023-10-13

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