4 Una Noche

—Rayos Lía, eres una tonta como puedes pensar que este hermoso hombre sea un asesino serial 

—no pude dormir pensando en esos ojos tan profundos y esa voz tan sensual, quién será, se ve fino educado —ya Lía deja de quebrarte la cabeza y piensa en cómo ayudarlo —un delicioso aroma me hizo levantarme como resorte salí de mi habitación y el aroma provenía de la cocina, ahí estaba mi Dios cocinando se veía tan hermoso más hermoso de lo que recordaba.

—Buenos días, espero no te moleste que preparará el desayuno, es una forma de agradecerte la ayuda, sin ti no sé qué habría hecho anoche, fuiste mi ángel guardián, sus palabras penetraron mi corazón y en ese momento reaccione, acababa de levantarme y estaba más fea de lo habitual, él no hizo ningún comentario al respecto, solo le dije dame un momento y ya regreso —corrí a mi habitación y me arregle como el rayo para aparecer frente a él de una forma un poco más agradable, claro mi aspecto no es el mejor soy una bruja amargada, ya estoy de regreso, disculpa la tardanza —muy bien Lía desayunemos —sirvió el desayuno y me regalo una sonrisa perfecta y hermosa esos ojos me hipnotizaban y me transportaban al cielo — ¿ya recordaste algo?, tú nombre o donde vives, que hacías anoche a esa hora, en esa avenida, tal vez eres un hombre importante de negocios, en esa zona hay muchos hoteles lujosos, deberíamos ir y preguntar —Si no es así, si soy un don nadie o alguien que hizo algo malo y estaba huyendo por eso no vi la luz verde del semáforo —No digas eso, debo ir a trabajar, si no mi jefe se parará de pestañas, haré lo posible por estar aquí temprano para ayudarte a recordar iremos a ese lugar a caminar tal vez algo te haga recuperar la memoria, es lo único que se me ocurre

—está bien Lía, me permitirías usar la ducha, —Claro puedes disponer de la casa entera, están el ordenador, el televisor y el refrigerador a tú disposición, soló no abras la puerta o contestes el teléfono si habla mi madre y le contestas pensara que enloquecí y me robe a un hombre, llegara en un suspiro y estará preparando la boda.

— El ver su cara de confusión me puso de buen humor, si abres la puerta las arpías de mis vecinas te interrogarán igual, así que eso es lo único que no puedes hacer por favor  —Claro eso haré —bien, debo irme ya es algo tarde y no quiero complicaciones, Skar cuidas la casa y de nuestro invitado.

—Todo el camino al trabajo fui pensando en algo para encontrar a alguien que lo conociera pero cómo, no es un perro o un gato para hacer carteles y pegarlos, me quede con muy pocas ideas, por supuesto no podía pedir ayuda, ya que me podría acusar de algo grave, llegue a la oficina y me apresure a terminar mis labores pues tenía que salir temprano para ayudar a ese Dios del Olimpo a encontrar el camino que lo llevará a casa.

— El día paso sin más, salí a las seis de la tarde bajo la mirada de todos ya que siempre era la primera en llegar y la ultima en irme, cuando llegue al estacionamiento el vigilante me sonrió como nunca lo había hecho, me apresure para llegar a casa solo que recordé él llevaba la misma ropa, eso debía ser incómodo, pare en una tienda de ropa para caballeros, un joven muy amable me atendió solo que no tengo una talla, le compre una pijama que creí  le ajustaría.

—mañana regresare a comprarle algo más de ropa, pensé — Lía, Lía igual y mañana el ya no está, tal vez cuando llegues ya se ha ido porque recobro la memoria, llegue a casa y tenía un séquito de mujeres chismosas esperándome

—oye ¿quién es ese hombre que tienes en tú casa? —anda dinos que hiciste para tenerlo así —cuando estaba a punto de mandarlas a un lugar muy lejano se abre la puerta y una voz dice —cielo por fin llegaste, se me hizo una eternidad, ya está lista la cena, pasa, no tardes, aquellas mujeres se les cayó la mandíbula, estaban tan atónitas y con los ojos en blanco, que habría pagado por tener mi cámara lista para tomarles una foto, aquella escena fue memorable, con nada le podré pagar a mi Dios del Olimpo este placer, las deje ahí aun pasmadas y entre a casa sin más

—que ha sido eso Ángel ¿por qué lo has hecho?

—pensé que necesitabas ayuda, esas brujas son de cuidado, gracias por advertirme que no abriera la puerta estuvieron insistentes y ahora lo entiendo, son mujeres sin oficio y con un vicio muy malo —solté una carcajada y el hizo lo mismo, tenía muchos años que no me reía así casi puedo decir que estaba feliz

—te traje esto, es una pijama espero te quede ya que no se tu talla, como pasaste el día imagino que aburrido, —gracias, no deberías tomarte tantas molestia, pase todo el día tratando de recordar pero no pude, no sé quién soy ni de dónde vengo, es tan angustiante

—Lo entiendo no te preocupes encontraremos una solución, tomé su mano y una electricidad recorrió mi cuerpo, fue una sensación tan confusa era agradable pero a la vez excitante me miro y dijo —tengo plena confianza en ti Lía y sé que me ayudarás —su voz, sus ojos me hicieron tocar el cielo no sé qué me pasa este hombre está pasando barreras —Lía deja de imaginar cosas te ve así porque en este momento eres lo único que tiene, el no recuerda nada solo a ti que lo ayudaste —si lo retengo para siempre total nadie sabe que yo lo tengo

—no digas tonterías y mejor busca una solución —Pasa algo Lía, te noto nerviosa

—No, nada solo estaba buscando una solución, debemos ir al lugar donde te encontré y ver si algo te da pistas sobre quien eres y claro pasáremos a comprar ropa, —no te preocupes por mi Lía, estaré bien así, ya te has tomado muchas molestias, —No es molestia Ángel acabas de hacer que el séquito de arpías se quedaran mudas y eso no tiene precio así que iremos a comprarte algo de ropa y a buscar pistas sobre quien eres

—salimos de la casa las arpías desde sus ventanas solo observan a mi Dios del Olimpo, me abre la puerta como todo un caballero y se sube al auto, llegamos al centro comercial y todas las miradas se dirigen a nosotros y claro no a mí si no a este hermosos ejemplar que a más de una la hace tener malos pensamientos

—supongo que pensaran que el chico está loco por estar con alguien como yo, no me importa en este momento soy lo más importante para él ya que no recuerda nada  —entramos a la tienda de ropa y el solo se me queda viendo y me dice

—siento que ya he estado aquí pero no recuerdo más —se lleva las manos a la cabeza y se pone pálido, —estas bien, vamos a buscar un lugar para que te sientes, tranquilo ya recordaras —Es tan terrible no saber quién eres y tratar de recordar y no poder —su rostro estaba afligido había tristeza, un impulso en mi me hizo abrazarlo, fue tan mágico, sentí tanta paz, fue un abrazo diferente al que alguna vez me hubieran dado el sentir su respiración casi podía escuchar latir su corazón

—Gracias, eres mi ángel, sin ti no sé qué haría me susurro —el escuchar su voz tan cerca me hizo ver las estrellas, él está agradecido conmigo y dice que soy un ángel no me la creo aun es un sueño del que despertaré pronto seguramente el recordará y yo no seré más que la bruja estúpida que lo atropello, el regresara su mundo y yo al mío

—recorremos las calles cercanas a donde fue el accidente sin éxito, no recuerda nada ni sabe nada, noto la preocupación en sus ojos y aunque sonría sé que no está bien y eso hace que mi corazón por primera vez sienta esa necesidad de proteger a alguien

—Todo irá mejor ya lo veras, mañana seguramente te acordaras de algo y lograremos encontrar el lugar a donde perteneces  —si eso no pasa que haré, seguramente te cansaras de tenerme en tu casa y me quedare en la calle —No digas eso estamos juntos en esto y sé que lograremos tu recuperación.  

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