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Ingresan todos sanos y salvos a la nave, ya se encontraba Clark, Cilian y Abraham en plena discusión:

“Créanme por Dios, cuando vean el video, lo entenderán, déjenme reproducirlo”

“Sub-comandante, pudieron regresar ¿Qué le sucede al astronauta Simpson?”-pregunta el capitán-.

“¿Dónde está la doctora Collins? Necesitamos atención inmediata” –ordena la sub-comandante-.

“Se encuentra en enfermería, llévenlo para allá” –dice Yuki-.

Richard y Sigourney sosteniéndolo cada uno por un brazo, llevan a Tom a la enfermería, mientras, los demás simplemente los miran atónitos. Emma arroja su casco y enfurecida decide acercarse al capitán:

“Capitán, me parece una falta de respeto lo que acabó de suceder en la nave, para empezar esta misión siempre fue ridícula, pudimos haber sido comidos por un extraterrestre y a ti no te hubiera importado”

“Esperen, ¿Vieron al alíen?”-dudando Cilian-.

“Casi, estaba sobre nosotros y decidió lanzarse hacia un contenedor de químicos inflamables, no logré verlo muy bien”

“Por cierto, tripulante Nolan –dirigiendo su mirada hacia él- ¿No escuché ningún traslado de los materiales?”-interroga el capitán evadiendo el tema-.

“Todo esto es una farsa de los gobiernos, están experimentando con humanos. Entré a la bodega y me crucé con un laboratorio, una especie de máquinas de tortura donde esos aliens los unían a hombres, mujeres e incluso niños”

“Y sigues con eso hermano”-se queja su gemelo-.

“No, escúchame, escúchenme, en este disco duro –lo saca de su bolsillo- esta una grabación de los astronautas del Apolo 18 que dicen la verdad de esta misión”

“Apolo 18 nunca existió, repetido”-se burla el piloto-.

“Eso es lo que nos hicieron hacer creer, el Apolo 18 fue el primer contacto con estas criaturas y lo ocultaron de todos, hasta que la Unión Soviética se enteró de lo que estaba haciendo el gobierno de los Estados Unidos, unas potenciales armas para ganar la guerra y seguir influyendo en sus políticas intervencionistas, sólo que firmaron un acuerdo en secreto con la esperanza de colonizar Marte”

“No entiendo, Clark. No se suponía que buscábamos los materiales para una planta energética y el tal motor terraformico”-está muy confundida Emma-.

“Son patrañas, nada de eso existe”

“Será mejor que nos muestres ese video o te expulsaré de esta tripulación”-dice iracundo Abraham-.

El gemelo conecta el disco duro y busca la cinta de video para reproducirla, afortunadamente, no se corrompió el archivo y pudo volver a escuchar el mensaje de aquellos astronautas. Las caras de todos cambiaron al instante, cada segundo que avanzaba la cinta, se miraban con horror, extrañeza, furia, sorpresa, era un mar de sentimientos y emociones revueltos ante tan hipnótica revelación:

“Ahora ¿Ya me creen?”

“Pónganlo aquí en la camilla, ayúdenme a quitarle el traje”-sugiere Abigaíl-.

Tom suspira de dolor y solo puede mantener sus ojos cerrados, sudorosos y con aspecto físicamente terrible.

“¿Qué le sucedió? ¿Qué es esta sustancia? –toca residuos de la baba verde adheridos al traje de Tom- recuéstate y relájate”

“Doctora, dígame que se va a recuperar, creo que tuvo contacto con la criatura”-dice intranquila la esposa del astronauta-.

“¿Tiene algún tratamiento para ello?”-consulta Richard-.

“De momento, le aplicaré morfina y verificaré si tiene alguna infección para recetarle antibióticos, tengo que hacerle un chequeo y ver a que nos estamos enfrentando, sugiero que me quedé solo con la esposa –fijando la mirada en el jefe de seguridad-.”

“Por supuesto, no hay problema. Iba de salida” –saliendo-.

“Espera –extiende su brazo- te agradezco enormemente por salvar la vida de mi esposo”

“No hay de que –se detiene y voltea- me cuenta como continúa”

“Dígame, ¿Usted se llama Sigourney?”-pregunta Abigaíl-.

“Sí, soy la esposa de Tom”-lo dice mientras con dolor acaricia la cara de su astronauta-.

“No sé cómo decir esto, pero, el corazón de su esposo no está latiendo”-lo dice aterrada-.

“No, por favor, no me dejes –llora desconsoladamente- vamos a tener un hijo del cual tú eres su padre, por favor, POR FAVOR”

“Linda, aunque no está latiendo, sus pulmones todavía funcionan, es decir, sigue con vida”-siente pesar por esta embarazada-.

“¡Ah! ¿Estará bien? –pregunta con lágrimas en sus mejillas y la voz débil- lo necesito a mi lado, no vuelo sin él”

“Cálmate, supongo que me equivoqué ya su ritmo cardiaco funciona a normalidad, le tengo que hacer un par de pruebas y a ti señorita ya que me enteró que estas en embarazo debo tomarte un control, aunque, no sé cómo tomarme este relato porque creo que eres la primera embarazada en el espacio”

Ambas sonríen.

“Debe ser otro estúpido montaje de esos conspiranoicos anarquistas de hoy en día”-insiste el capitán-.

“¿Por qué, diablos, te resistes a la verdad?”-lo ataca Clark-.

“Miremos el disco duro que extraje con el capitán”-aconseja Cilian-.

Conecta el disco duro y cuando intenta acceder a la información, se despliega el siguiente mensaje: “Información Corrupta” y el disco duro completamente vacío.

“No, ¿Qué carajos? Esto tenía las grabaciones y demás información de la nave”

“Eres un inútil”-lo insulta Abraham-.

“¿Vas a empezar?”-se arrebata-.

“A ver, los dos, sepárense –ordena Emma- Murph, por favor, ¿puedes analizar el disco duro que conecto Cilian?”

“Con gusto. Detecto gran cantidad de datos contenidos en la memoria, sin embargo, me resulta imposible salvarlos”

“¿Puedes extraerlos de la nave?”-pregunta Joe-.

“No, en la computadora central de la nave ya no se encuentra el disco duro”

“Esto está muy extraño, ¿no les parece?”-pregunta Emma-.

“Debemos largarnos inmediatamente de aquí y evitar contacto con la NASA y cualquier otra agencia aeronáutica y escondernos como fugitivos”-sugiere Clark-.

“Se puede saber, ¿Dónde está el Dr. Coleman cuando lo necesitas?”-interroga Cilian-.

“Debe estar trabajando en el laboratorio”-indica Yuki que había permanecido en silencio durante toda la discusión-.

En un segundo, se estremece todo el suelo de la nave y suena la alarma de emergencia, la compuerta de salida ya se encontraba cerrada pero aún seguían anclados a Spacefield, todos están sorprendidos de que es lo que pudo haber pasado. Un pedazo de Orion-7 había destruido los motores significaba que les resultaba imposible emprender vuelo a cualquier lugar. Estaban atrapados y rodeados por fragmentos de las otras dos naves que orbitaban alrededor de ellos.

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