Inspirada

Esa noche, estaba con Hanna contándole una historia. Se quedó dormida. Salí del cuarto en silencio. Caminaba a mi recámara, cuando la nana se me acercó.

- Señora Charlotte.

- ¿Qué paso?, nana

- Si necesita platicar con alguien, yo la escucho

- Gracias nana, estoy bien.

- ¡Se que usted no es la señora!, dijo sería.

Yo me gire y la mire con asombró.

- ¿Qué dices?

- Tengo años trabajando para ella, la conosco muy bien y usted es otra, es idéntica. Pero no es esa Charlotte.

Me reí

- Ok, si tienes razón

- Tu Charlotte está en otro lugar, disfrutando mi vida y yo estoy aquí sufriendo la suya. ¿Me crees?

Ella se quedó callada.

- Sí, eso pensé, descansa nana.

Me quedé dormida, estaba muy cansada. No me di cuenta cuando Ben llegó.

En la mañana sentí una mirada. Abrí mis ojos, el me miraba detenidamente.

- ¿Sucede algo? le pregunté

- ¿Dibujas? Preguntó

- Si desde los 10 años, le dije dormida.

- ¡Nunca me dijiste!

- Cuando escuché sus palabras . Sabía que tenía problemas.

El me gritó

- ¿Charlotte, te estoy hablando?, Muéstrame un poco de respetó, decía enojado

Me levanté y lo mire.

- Ok, ¿qué pasó?

- ¿Qué pasó?, a ver deja ver. Cocinas, amas a tu hija, dibujas como una profesional, tu aroma es diferente, no me dejas que te toque. Sales a correr, cuando jamás haces ejercicio. ¡Es como si fueras otra!

- No se supone que el tratamiento era transformarme.

El me miraba enojado, respiro profundo, se lanzo hacia mí, me abrazo.

- ¿Dime qué sucede?, me estoy volviendo loco.

El me miraba triste, no podía seguir así.

- Ben, no soy tu esposa, tu esposa y yo hicimos un trato, nos cambiamos, vimos el parecido. Yo quería saber qué era ser madre y ella quería viajar por el mundo.

Ben me soltó, me miraba confundido, tratando de entender, lo que decía.

- Yo no quise tener nada contigo, no quería lastimarte, pero siento una atracción por ti que me hace perder la cabeza, dije llorando

El me jalo del brazo, me llevó a la salida de la mansión.

- ¡Lárgate!, me gritó.

Me cerró la puerta en la cara. Me solté a llorar, sabía que lo merecía.

Me levanté y caminé por las calles. Llegue a la clínica, me acerque a la recepción.

- necesitó hablar con el anciano.

El anciano se me acercó

- ¿qué quieres?

- Necesito regresar no respeté el contrato, le dije la verdad. No se si me va creer. Pero necesito ir a casa , decía llorando.

- No puedes regresar, es un contrato por siete meses, apenas tienes pocos días, pero puedo darte un préstamo, para que tengas a dónde vivir. Encuentra un trabajo, es la única opción que te puedo ofrecer.

- Ok, muchas gracias.

No podía creer, tengo que iniciar de cero, pensé que el llegaría a sentir algo por mi. Pero solo era una tonta, yo no soy su esposa.

Pero ya no soportaba mentirle, prefiero olvidar todo y iniciar de nuevo. Mi hija va sufrir al no verme, mi hermosa niña.

Rente un departamento muy pequeño, compré material para pintar, me cambié el look, compré ropa de mi estilo. Me mire al espejo y dije

- Bienvenida Charlotte Santin.

Todos estos sentimientos me inspiraron, me pase encerrada día y noche creando. Tenía ya tres cuadros terminados en una semana.

Me sentía bien, me encanta mi trabajo, cuando cenaba me acordaba de Hanna, mi princesa hermosa lamento tanto mentirte, pero daría mi vida por que fueras mia. Mi hermosa hija.

A veces cerraba los ojos y recordaba el día que los conocí, el besando mi hombro y mi hija aferrando sus manos a mi pierna.

Me desvelaba pintando para no recordar sus caricias, para no recordar sus besos.

Quería olvidar mis tardes corriendo con Hanna y reír con ella a carcajadas, me solté a llorar mi alma me duele tanto.

La odio, me utilizó y ahora estoy sufriendo tanto, en qué momento acepté, quise jugar con fuego y ahora mi alma está consumida.

Ya quiero que esto termine, quiero regresar a mi vida.

Vamos Charlotte Santin no dejes que te consuma el dolor, hemos salido de peores.

Voy a dejar mi huella en esta dimensión, quiero que todos conoscan el arte de Charlotte Santin.

Fumaba mientras trabajaba, parecía que estaba poseída, todo mi dolor, mi rabia, mi odio y mi amor se reflejaba en mi arte.

No podía parar estaba tan inspirada, dormía solo una a dos horas.

Tenía mis manos y mi rostro lleno de pintura, miraba mis manos, como extrañaba verlas llenas de pintura.

Llegue a una galería, vendí todos mis cuadros por un excelente precio. Conocía tan bien el negocio que me era fácil hablar y ofrecer mi arte, en mi dimensión todos quieren comprar mis cuadros y se que aquí también llamaran la atención.

Seguía trabajando, otros tres y pagaría mi deuda.

El anciano se reía conmigo por qué le regrese la mitad de lo que me prestó.

- Muchas gracias, eres una gran persona, lo abrace.

- señorita Charlotte, por favor no estoy acostumbrado a que mis clientes me abracen.

- bueno, seamos amigos.

Me extendió la mano.

- soy fan de su trabajo en su dimensión, claro que me gustaría ser su amigo.

- Pues será un placer invitarte a uno de mis eventos, cuando regrese.

- Muchas gracias, he tratado de entrar a sus eventos pero son muy exclusivos.

- Pero en el siguiente serás mi invitado especial, jamás me olvidó de un amigo que me dio una mano cuando más la necesitaba.

- un placer ayudar a una gran artista.

- nos vemos el siguiente fin de semana con el resto de tu dinero.