Me estoy enamorando.

Me levanté temprano para salir a correr, me ayudaba. Realmente no era tan atlética últimamente. Fumaba al desayunar y bebía mucho. Pero recuerdo que al divorciarme empecé a correr y eso me ayudó a enfocarme en mi carrera. Creo que después de todo si necesitaba este cambio, me estaba estancando. El tener una hija y fingir que soy otra persona me volvía ansiosa.

Lo único bueno es que Hanna me acepta tan bien, ella me encanta, es todo lo que soñé, una hermosa niña. Es tan dulce y obediente no entiendo por qué mi otro yo nunca se le acercó, me hubiera encantado mirarla de bebé. Cuando estoy con mi hija siento que la conozco desde siempre, por ella podré soportar estos meses.

Me subí a mi recámara para ducharme y el estaba sentando en la cama con un traje muy fino, se miraba tan guapo.

- Charlotte, lamento mucho lo que dije.

Se que tú no lo provocaste, lamento ser un idiota, disculpame.

El me pedía disculpas, si que ella lo tenía muy bien trabajado.

- Si no te preocupes, voy a ducharme.

Me encerré en el baño, no quería una despedida con beso. El era mucha tentación.

Estuve nadando con Hanna y al llegar a la cocina, mire a mi mamá.

- Hola cariño, es raro verte en la casa , veo que el tratamiento si funcionó.

- Si mamá funcionó. Quiero recuperar este tiempo con Hanna, por qué no se si en unos meses pueda recaer y ser como antes.

Yo sabía que me tenía que ir. Me sentía culpable de engañar a todos. Pero mirar a mi hija, me encantaba.

En las tardes Hanna y yo jugábamos a tomar té. Peinaba a las muñecas.

En la noches cenamos solas, el siempre está trabajando, lo que agradezco, el tenerlo cerca me pone nerviosa y ya no se que decirle para que no me toqué.

Extraño mucho pintar eso me ayuda a no pensar en deseos carnales, pero necesito ser ella, la Charlotte que le encanta salir, ir de compras.

Sus amigas no paran de llamar, quieren salir conmigo, pero no sé nada de ellas, necesito guardar el secreto, le dije a las niñeras que si hablaban que les comentaran que me fui de vacaciones, que no estoy en la ciudad.

No necesito ir de compras, todo lo tiene, disfruto pasar tiempo con Hanna, tiene una gran imaginación. Disfrutamos de ver películas y comer palomitas, tenían una habitación con una enorme pantalla que simulaba un cine, vaya que si tenían todo para no salir de casa.

Mi mamá me preguntó que cuando tendría mi fiesta de bienvenida, por qué salí de rehabilitación, le dije que no quería nada. Ella me miró asombrada, cariño pero a ti te encanta hacer fiesta, cada fin de mes realizas una reunión con tus amigos.

Era increíble ella tiene fiestas en su casa, la verdad es que hace lo que quiere, no entiendo por qué quiere dejar esta vida.

Es solo por su esposo y su hija. Que cruel el la ama y su hija es un ángel.

Cuando Hanna tenía clases, salía a caminar cerca de la mansión, me sentaba a fumar y apreciar el paisaje, era idéntico a mi dimensión.

No se por que Hanna no va a la escuela, pobre niña encerrada en este castillo. Ella se sentía prisionera pero si nunca estaba en su casa, me imagino que se la pasaba con su amante. Que asco ese tipo era horrible, pero Ben es guapo, sexi, atlético, con labios perfectos. Su mirada es tan hermosa y tiene un gran corazón, a veces me gusta observarlo cómo se dirige a sus empleados es muy respetuoso y también soporta al vago de mi hermano.

Es todo un caballero, me encantó cuando me cargo, ese día que me tuvo en sus brazos, me sentía tan segura, me estoy enamorando de él, no quiero pero tenerlo en las noches tan cerca, me está volviendo loca.

Que suerte tiene mi otro yo, tiene una vida tan perfecta.

Extraño a mi amiga, quisiera contarle de Ben y Hanna.

Me siento tan inspirada que me estoy muriendo por pintar. Tengo tantas ideas para a mi nueva colección. Que ya quiero que termine el tiempo en esta dimensión. Regresaba a mi casa caminando. Al menos estos pantalones son cómodos, pensaba.

- ¿Que haces caminando?,gritó.

No lo esperaba se supone que no llega tan temprano a casa.

lo miré

- Estaba tratando de encontrar otra ruta para correr.

- ¿Súbete?, me ordeno

- disculpame amor, no sabía que te molestaba que caminara.

No sabía que estaba haciendo mal.

El me miraba extraño

Es que tú jamás caminas, siempre sales de casa en auto.

- Pero necesito correr por otra ruta, la que tengo ya me aburrió. ¿pensé que tenías una junta?

- la cancelé, quería cenar contigo y mi hija.

Me abrazó.

- ¿cambiaste de perfume?

- olvide ponerme perfume.

me besó con suavidad, lo aleje de mi y sonreía.

- Tu siempre tan lindo.

El se reía.

- Jamás me habías dicho que era lindo.

carajo, pues que le dice, pensaba.

- Siempre hay una primera vez.

- No te gustaría hoy decirme esas palabras cuando te tenga entre mis piernas, decía en mi oído.

Me estremecí de escucharlo, Creo que mis entrepiernas se están humedeciendo.

- hoy estoy cansada, la caminata me agotó.

- Pero tú no vas hacer nada, todo lo voy hacer yo, decía besando mi cuello.

- ya llegamos, vamos Hanna estará feliz de verte, baje rápido del auto.

Hanna nos miró cuando llegamos.

- ¡papá, estás en casa!, gritaba saltando a sus brazos.

- Hola princesa, ¿te divertiste hoy?

- Si mamá y yo nadamos y jugamos con las muñecas.

El me miraba y me sonreía.

- Voy a ver si ya está la cena, dije caminado a la cocina.

Destape una botella de vino.

Respira profundo cariño, podemos decirle a Hanna que duerma con nosotros, así no te tocará, gracias conciencia, no se que haría sin ti, me reía y bebía.

El bajo con una playera blanca y un pantalón deportivo.

Hanna y yo estábamos en la cocina, preparando la mesa.

Mi madre estaba con nosotros. Mi hermano estaba en una fiesta.

Cenamos juntos, creo que era la primera vez que el cenaba con conmigo.

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