Tu lo provocaste.

Entre a casa, mamá y Hanna estaban en la cocina.

- ¡Hola chicas!

- Hija ¿saliste a correr?

- Si má, tratamiento de la clínica.

- Vas a desayunar, prepare huevos con jamón.

- Si claro.

Odio los huevos con jamón. Pero los puedo tolerar.

Me senté con Hanna

- mami, ¿me vas a enseñar a nadar?

- Claro que sí cariño

- Terminamos el desayuno y nos ponemos nuestro trajes de baños.

- si mami.

Acariciaba su cabello y besaba sus mejillas.

Mi hermano se levantó borracho.

- ¿Oye no trabajas?, le pregunté

- No, ¿por qué trabajaría?

- Bueno ya eres mayor de edad y vives aquí.

Se volvió a ir y mi mamá me miró molesta.

- ¡Lo siento!

Hanna y yo subimos a nuestras recámaras.

La nana de Hanna estaba limpiando.

- Nana, me ayudas a ponerme un traje de baño

- Si cariño

Entre al clóset, era enorme. Mire sus vestidos, sus zapatos y bolsos. Sus joyas. Tiene tantos trajes de baño. Si que es una princesa.

- Ok, este negro se ve bien, lo bueno que me depile permanente, decía en voz alta.

Me puse un pareo negro. Hanna me esperaba en su recámara.

Estaba dibujando en un cuaderno.

-Mira mami, aquí estamos jugando a la aventura de los dinosaurios.

- Es hermoso cielo. Me dejas dibujar.

- Claro mami.

Tome un lápiz, mire a Hanna, dibuje su hermoso rostro y los ojos de su padre. Era tan bella.

- Listo cariño, ¿te gusta?

- Mami es hermoso y se parece a mí.

- ¡Vamos a nadar!

- Si mami.

Me metí a la alberca, la nana tomaba a Hanna

- ok amor ven. La tomé entre mis brazos. No te voy a soltar, ¿confías en mí?

- Si mami

- Primero vamos a la orilla. Aquí ya te puedes parar. Le explicaba a Hanna. Mire a la nana que me miraba extrañó.

- Ya es tarde señora, Hanna tiene clases de inglés.

- Ok, llévala.

- Mami, ¿mañana practicamos?

- Claro cariño.

Me quedé un rato en la alberca, esto no va funcionar, no puedo actuar como ella. Nadaba sola quería despejar mi mente. Entre a la cocina. Como no le gusta el vino, tiene muchos. Me serví una copa, extraño mi casa qué hago aquí. Señora, ya está el menú para la comida, quiere checarlo.

- Si claro

- Esta bien.

Subí con mi copa de vino y la botella a la recámara principal. Me acosté en la cama, tratando de pensar.

- Señora, el señor Ben le habla por teléfono.

- Gracias

- Hola.

- Hola cariño, paso por ti a las 8 para cenar, recuérdalo.

- Si ya sé, dije cansada

- ¿Te sientes bien?, Preguntaba preocupado.

- Si algo cansada, te veo a las 8

Debajo de la regadera, suspiraba.

Yo puedo con esto, solo serán unos meses solamente, tranquila Charlotte, me decía.

Baje a comer con Hanna.

- ¿Vas a salir con papá?

- Si nena. Pero no quiero ir, prefiero quedarme contigo. Le bese su cabeza.

La nana, tomó a Hanna y se la llevó a estudiar.

Salí de la casa, mire al chófer que fumaba en el patio trasero.

- ¡Oye tú!. Camine hacia el.

- Perdón señora, se que no le gusta que fumemos, pero es mi receso y yo.

- ¡Cállate! y regálame un cigarro.¡Dame fuego! El me miró sorprendido.

- ¿Que?, si fumo pero en reuniones.

Terminé mi cigarrillo, entre a la casa molesta. Esa loca no me dijo que no fumaba. Ahora lo voy a tener que dejar.

- Señora la maquillista profesional, está esperando en la sala.

- Ok.

- ¿Qué suba como siempre?

- si por favor

Me peino y maquillo durante dos horas.

- ¿En verdad siempre te tardas tanto?

- Disculpe señora, pero usted siempre lo pide perfecto.

- Si lo sé

Mire todos sus vestidos, todos eran escotados y provocativos. Dios no tiene algo decente. Mire uno negro se miraba bien, no tenía escote eso era bueno.

Me miraba en el espejo, cuando su perfume inundó la habitación. Me gire estaba parado observando. Mira te compre algo ayer, pero no te lo pude dar. Era una hermosa gargantilla

- ¡es bella!

- ¿Te la pongo?, decía con esa mirada que me encanta.

Cuando iba a responder, ya tenía sus manos en mi cuello, beso mi cuello. Respire profundo.

- Gracias. Camine rápido. Nos subimos al auto.

Llegamos a un elegante restaurante, una mujer muy delgada y un hombre con gran cabellera. Nos saludaron. Nos sentamos. El hombre no me dejaba de mirar. Platicaban, yo solo reía. No decía nada. No tenía idea quienes eran.

- Amor voy al baño, le dije a Ben

Llegue al baño, quería salir de ahí, de pronto el tipo de gran cabellera entro.

- ¡Amor te extrañe! y se me acercaba rápidamente.

Lo empuje tan fuerte que cayó lejos.

- ¿Qué te pasa?

-Charlotte si tú yo tenemos algo, me miraba confundido.

- ¡Disculpa!, le coloque la zapatilla en el pecho y se la estaba enterrando. Mira amigo la Charlotte que te cogías, se fue.

Esta es la última vez que te me acercas, la próxima vez te sacaré un ojo con la punta de mi tacón. ¡Idiota!

Salí del baño enojada, esa yo, es una Put*

- Nos vamos, por favor, no me siento bien, miraba a Ben molesta.

- Si cariño.

- Me despides de tu marido, le dije a la mujer.

Me senté apartada de Ben. Y él no me dijo nada.

- Cariño ¿estás bien?

- si solo necesito dormir.

Me quite el vestido, me puse una pijama que cubriera todo mi cuerpo. Ben estaba leyendo unos papeles, me metí a la cama, él se giró y me abrazó.

- Me encanta tu aroma, es diferente pero me gusta. Ben me metió su mano bajo mi pijama y sentí sus manos rozar mi piel, me quede inmóvil

- Ben, no me siento bien.

Ben acercó su pelvis a mi, sentía a su amigo, respiré profundo era mucha tentación.

- Ben, por favor, hoy no fue un buen día. Necesitaba decir algo que lo alejara de mí.

El me empezó a besar el cuello, tenía que detenerlo

- Ben, hoy tu socio trato de tocarme, le enterré el tacón en el pecho y lo amanece, te lo cuento por qué no me siento bien. Separó su cuerpo del mío y me alzó la voz.

- ¡Tu lo provocaste!

Me enoje

- yo tengo la culpa. Esa es la razón por la que no quería contarte.

El se levantó y se marchó.

Yo sé que mi otro yo, sí lo provocó, pero al menos se fue. Me quedé dormida.

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