Bienvenida

Bienvenida a mi dimensión, dijo riendo el anciano.

- ! y ahora!

- Tu esposo te va recoger por la noche. Toma estas pastilla aliviará tu dolor. Ven, acuéstate en este sillón.

-¡Me drogaste!. Escuché como se reía.

Me desperté, miré la habitación, pensé que era un sueño, seguía confundida.

En la cama estaba un hermoso vestido negro, mis hombros quedaban descubiertos, unas chicas entraron, me maquillaron y peinaron mi cabello. Me mire en el espejo, era otra. Aún me sentía desorientada, no recordaba que hacía ahí.

- ¡Estoy soñando!, dije en voz alta

Una chica que me maquillaba me dijo

-si, se reía.

Salí de la habitación necesitaba aire fresco. Mire los árboles a lo lejos, tenían hermosas luces blancas que se reflejaban en el agua de la gran fuente. Tenía la mirada perdida, trataba de recordar que estaba haciendo ahí.

Sentí unos brazos rodeando mi cintura, besaron mi hombro.

- ¡Te extrañe!, dijo esa hermosa voz. Me estremeció. Estaba en shock. Me gire para mirar el rostro del que me tocaba como si me conociera.

Era alto, muy guapo, sus ojos azules, su cabello negro, con una hermosa barba, su aroma era exquisito, me mareaba. Después sentí unas manos pequeñas abrazando mi pierna. Mire a esa niña hermosa tan parecida a mí. Al verla aferrada a mí, me baje, la mire y la abrace.

- ¡Eres hermosa!, le dije al oído

- ¡Mami, te extrañe!, decía con dulzura.

Me desmaye.

Desperté en una hermosa recámara, con un enorme ventanal, la cama era enorme y sus sábanas suaves. Con ese perfume que me mareaba, me encantó.

Él se acercó, yo me levantaba mareada.

- Charlotte mi amor, ¿estás bien?, dijo abrazándome, besando mis labios.

Sus labios eran tan cálidos. No pude evitar abrir la boca. Metió su lengua en mi boca y yo lo atraje hacia mi, estaba excitada. Era increíble un beso me ponía tan ardiente. El rápidamente me quitó la ropa, se bajo sus pantalones mientras yo besaba su cuello con deseo, sabía tan rico, su piel era tan suave jamás había probado algo así, el besaba mi piel con dulsura y yo no pude evitar gritar. Mi mente estaba en blanco, sentí mi cuerpo hirviendo, estaba tan excitada, el me tocó con pasión y yo me volví loca, jale su pelvis hacía mi, nos unimos, mi primer orgasmo explotó, el se movió tan rápido que sentí todo dentro de mi.

Se acostó a mi lado, mientras recuperabamos la respiración. Recordé a mi otro yo, su vida. Mierda me acabo de coger a su marido. Carajo, pensaba en mi mente

El me abrazo, se acercó a mi oído

- te amo Charlotte.

Escuchar su voz, me hacía desearlo.

- Ben, quiero ver a mi hija, dije antes de que esto se volviera a repetir.

- Claro, se arregló su camisa. Y yo me vestí rápido para que no me viera.

Bajamos las escaleras. Mire a mi madre, mi hermano, la niña hermosa jugando con las niñeras.

Mamá me abrazo

- ¡cariño te extrañamos!

Era extraño mi madre jamás me diría algo así, reía en mi mente.

- Yo también mami

Me acerque a Hanna, se parecía tanto a mi, bueno a mi otro yo. Por qué no la iba a querer. Que tonta.

La abrace tan fuerte, sabía que su madre jamás la había abrazado. Sabia lo que era que tu madre no te quisiera.

- ¿A qué juegas amor?, le pregunté tocando su hermoso cabello.

- Es una aventura de dinosaurios

- Puedo ir a la aventura contigo, dije riendo

- Si mami, su voz me doblaba el corazón.

Esa hija de perra, sabía que quería ser madre. Sabía que esto me haría dudar en regresar a mi dimensión. Pero no puedo cogerme a su marido. Es la última vez, decía en mi mente, mientras corría con Hanna.

Hanna me llevó a su cuarto, era hermoso, la niñera saco su pijama.

- Hanna ya es hora de dormir, decía mandando a mi hija.

Yo mire a la niñera.

- ¿Disculpa?

- Perdón señora, es que sus horarios dicen que Hanna tiene que dormir.

- Ok, le arrebate la pijama, yo puedo cambiar a mi hija y arroparla. ¡Ya te puedes retirar!

Cambié a Hanna, platicabamos de aventuras. Me acosté con ella. Le conté una hermosa historia.

- Mamá, mañana tengo clases de natación, pero me da miedo el agua.

- No te preocupes cariño, yo te voy a enseñar.

- Lo prometes.

- Lo prometo.

Me quedé dormida con Hanna.

Sentí una mano rozando mi mejilla, abrí los ojos y era él. Dios era tan guapo.

- Amor, estás incómoda, ¿por qué no vienes a la cama?

- Estoy bien

Él se reía tan lindo. Me cargó y me llevo a la cama. Me quedé inmóvil. No dejaba de mirar sus hermosos ojos.

Me acostó en la cama, su pijama se desabrochó por cargarme, tenía un hermoso pecho, su abdomen marcado. Su amigo se movía con libertad. Me gire para no mirarlo, fingí dormir. El comenzó a tocar mi trasero. Yo trataba de no moverme, cuando sentí su mano que tocaba mi entrepierna, me moví.

- Amor, por favor, dije suavemente.

Él me besó la cabeza y se giró. Respire profundo.

Me levanté temprano me duche y el seguía dormido. Salí a correr, necesitaba respirar era mucha tentación.

En que mierda te metiste Charlotte. Era lógico que el iba a querer coger, es su esposa.

Regrese a casa y mire que ya se iba. Perfecto. El se quedó parado en la puerta de la casa supe que me esperaba.

- ¿No sabía que corrías?

- Si en la clínica nos ponían a correr para aclarar nuestros pensamientos, dije nerviosa

- Vamos a cenar con unos amigos. Te veo en la noche

Me besó

- Adiós.

- Adiós.

Bueno permitiré besos, así no sospechara. ¿amigos?, Carajo ella no dijo nada de amigos.

Bueno fingiré que me duele la cabeza y así me los quitaré de encima.

Creo que regresare lo antes posible a mi dimensión esto me da dolor de cabeza.

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