— Christian...— Le llama una voz ajena que rompe la concentración del lobo y del
hombre que gira la cabeza para encontrar una mirada risueña color miel.— Aquí
estás.
— Daniella...— Susurra Christian con ese acento inglés notorio y la joven castaña de ojos miel se acerca despacio y cautelosa, obedeciendo a su instinto omega.— ¿Cómo están tus padres?
— ¿No deberías preguntarles por ti mismo?— Pese a que ha salido el sol, el viento es fuerte y el cabello castaño lacio de la joven se agita con el viento frío.
— Tu madre se parece tanto a ella, apenas soy capaz de mirarte a ti a los ojos.— Christian musita en pequeña confesión y se cruza de brazos regresando la mirada al ventanal de la iglesia.
— Sé que ha sido una noticia muy dura para todos, pero no quiero que estés solo, sabes que siempre contarás conmigo.— Daniella hace un vago gesto en un intento desesperado de abrazar a Christian, quien está viendo que el alfa desconocido con ropa de cuero negro ha desaparecido de la vista, pero ella se frena y se cruza de brazos posándolos por debajo de sus bustos cuando ve el desinterés en él.— Y espero que yo siempre pueda contar contigo pues te has convertido en alguien importante para mí, Christian.
— Lo único que podía unirnos antes es que yo era tu cuñado y podías verme como un hermano mayor al estar comprometido con ella.— Susurra Christian con la mirada pérdida en el ventanal antes de que el viento agite las copas del árbol que están por debajo y arroje el rocío una vez más sobre ellos.— Pero ahora no deberías ni siquiera acercarte a mí, las paredes escuchan y hablan, eso no es conveniente para ti.
— Esto ha sido muy doloroso para ambos, eres lo último que me queda de ella, aún tienes
su olor.— Susurra Daniella con los ojos de color miel lleno de tristeza y las lágrimas surcando de sus ojos, pero Christian se mantiene serio e indiferente.— ¿Al menos podrías darme un abrazo de despedida?
— Lo siento, pero no, a tu prometido no le gustará que portes el olor de otro alfa, por muy que huela aún como tu hermana también.— Susurra Christian dejándose mojar por el rocío atrapado en las copas de los árboles mientras Daniella se cruza de brazos con una expresión de profundo dolor, ojos rojos y labios apretados.— Ahora que los términos entre nuestras familias acabaron, el prestigio de tu casta ahora posa en tus hombros, Daniella. Sé fuerte.
— Sabes fuiste el último que vio a mi hermana con vida, la última vez que yo la vi fue hace tres días así que al enterarme me dolió muchísimo, ya que me alejé de ella por tu culpa...—Destaca Daniella con voz ahogada reteniendo el llanto y viendo fijamente a los ojos a Christian quien gira a verla, su cabello castaño lacio se agita con el viento frío y húmedo mientras sus lágrimas resbalan de sus mejillas.— Me dije en consuelo que ella vivirá en ti, en el amor y el tiempo que te dio para que sanaras, pero perderlos hoy a los dos es muy doloroso y un gran golpe para mí.
Daniella solloza, se cubre la cara con las manos y se da media vuelta alejándose de Christian, que la ve marchar hacia la entrada de la iglesia, de donde sale su alfa prometido y destinado, quien la atrapa en sus brazos.
Christian traga saliva y siente el peso de la culpa, atorarse en su garganta como una piedra, pero no va atrás de ella, él no camina atrás de nadie, así que termina solamente apretando la mandíbula y alejándose de su escondite entre la maleza y la vegetación que rodea la iglesia volviendo a estar solo.
— Hueles como ella.— Una voz le ataca de repente haciendo a Christian girar la cabeza para ver a ese alfa desconocido peliblanco mirarle fijamente con una mirada llena de bravura.— ¿Por qué?
— No tengo por qué responder tus preguntas.— Dice Christian con cortesía siguiendo sus pasos elegantes de un joven culto y fríamente calculador.
— ¡Claro que sí! — Gruñe el tipo peliblanco apretando las manos con fuerzas haciendo a Christian tragar saliva, ya que es un poco intimidante, pero se mantiene firme ante el reto que le lanza esa familiar mirada plateada.— ¡Ella era mi destinada!
— ¿Qué?— Pregunta Christian estupefacto aún con voz en un susurro y él suelta sus feromonas causando que el ambiente se ponga hostil y agresivo entre los alfas cuando el tipo peliblanco le corresponde provocando una oleada de calor en ellos.— Ella era mi destinada también.
Un frío despiadado y una tensión filosa los atraviesa a ambos, Christian ve mejor a ese alfa, ahora que lo tiene de frente su aspecto es más descuidado que de motociclista rebelde, por supuesto que trae una chaqueta de cuero sobre esos anchos hombros, pero ese cabello blanco cae hasta por debajo de sus hombros y la única manera en que puede ver esos iris plateadas es cuando el viento frenético agita esos mechones blancos tan largos y lacios.
Christian se da cuenta de que ese alfa es de la misma altura que él, es por alguna extraña razón familiar, pero ese cabello revuelto y desarreglado, esa pinta de chico rebelde, esa tez morena y esa complexión alta de brazos fuertes no le hacen recordar nada, de haberlo visto antes no olvidaría tan inigualable ser de pecho grande y largas piernas.
Christian se aclara la garganta entre la fricción del momento, por supuesto que lo piensa así porque es evidente que ese es un alfa puro y dominante como él, aunque se siente extraño por estar mirando a un hombre de más.
Casi pareciera haberlo devorado con la mirada con un hambre extraña e insaciable que le hacen liberar unas feromonas que sus términos son indescifrables para ellos, pero por el momento tan punzante y tajante, el alfa peliblanco no reacciona bien, sino que frunce la nariz con desagrado y agita la cabeza de malhumor porque ha sentido las feromonas extrañas y eso le ha dejado entrar en calor.
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Comments
✈️~Hiii
Yo pensando que eran los dos alfas, Luna yo quería Alfa con Alfa
2022-01-03
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