Historia del arte es la clase más aburrida que puede haber. Cuando por fin termina, lo único que quiero hacer es dormir, y son apenas las diez de la mañana.
—¿Te sancionarán por lo de ayer? —pregunta Libi.
Los rumores de mi pleito con Rebeca llegaron a sus oídos. Lo del auto no se ha sabido, esa no tendrá cara para contárselo a nadie.
—Mi conducta ha sido intachable hasta ahora y mi padre es mecenas de la universidad ¿Qué crees tú?
—Que debes controlar tu ira, no puedes ir por ahí golpeando a la gente, esa pobre chica…
—Esa pobre chica se lo merecía por perra. No la defiendas, Libi, no se merece tu simpatía. ¿Qué harás esta tarde?
—Tengo turno en la tienda.
—¿Y después?
—Estaré muy cansada como para hacer cualquier cosa.
—Pero es viernes, juntémonos a ver una película al menos.
—¿No tienes ninguna cita?
Me acuerdo del bombón de café y le cuento lo que pasó después, cuando nos fuimos juntos.
—¡¿En serio no te acostaste con él?!
Su asombro es insultante.
—Apenas y lo conocí ayer, Libi ¿Qué clase de mujer crees que soy?
La muy infame se ríe.
—¿Qué pasó? Pensé que te gustaba.
—Me gusta, pero se hace el interesante.
Dijo que me respetaba, así que nada pasaría entre nosotros tan pronto. Como si yo estuviera necesitada de sexo, como si él fuera el único hombre del mundo. Qué insultante.
—Tal vez le gustas de verdad y quiere algo serio contigo.
—Yo no quiero algo serio, yo quiero pasarlo bien.
—No todo en la vida es diversión, Lucy. Amar a alguien te haría bien.
—Amo a mi familia, amo a mi dinero y te amo a ti, no necesito amar a nadie más.
Ella suspira, cambiando de tema.
Yo no necesito un novio que se crea dueño de mi cuerpo, de mi tiempo, de mis ideas o de mis sueños. Las relaciones amorosas se basan en engaños y mentiras, yo no soy buena para ninguna de los dos. Fingir para agradar a los demás nunca ha sido lo mío, ni siquiera por amor. Yo jamás me he enamorado y no creo que pueda hacerlo.
...〜🍓〜...
Leo un libro en la terraza de mi casa. El jardín ya empieza a vestirse de otoño, el aire ya huele a melancolía. Pronto el verdor dará lugar a la aridez de las hojas muertas y las hermosas flores morirán también. Sus pétalos se esparcirán por el suelo, sin que nadie pueda evitarlo. Acurrucada en el sillón, me sumerjo en el frágil sueño de una vida que ya no existe, que ha muerto junto con las flores y, por breves instantes, siento que nada me falta, que por fin vuelvo a estar completa.
Mientras sueño con ella.
―Lucy, eres tan bella, eres una verdadera princesa ―dice mi mamá, cepillando mi cabello.
―Entonces, si soy una princesa ¿Por qué no vivo en un castillo?
En los cuentos, las princesas siempre vivían en enormes y hermosos castillos, donde esperaban a que alguien llegara. Nuestra casa era un pequeño cuarto y todo lo que teníamos estaba ante mis ojos, iluminado por una vela.
―Algunas princesas no necesitan castillos ni riquezas porque lo más valioso está aquí dentro ―dice ella, posando su mano sobre mi cuerpo.
―¿En las tripas? ―pregunto, con asco.
Mamá ríe, su risa es lo más hermoso del mundo.
―No, cariño, en el corazón. Ahora ven aquí, es tarde y debemos dormir. —Ella apaga la vela.
La abrazo en la oscuridad, envuelta en su tibieza y el aroma de las rosas. Mi cumpleaños número cinco será al día siguiente, apenas y podré dormir de la emoción.
—Lucy, querida, despierta. Ya es tarde y te vas a resfriar —dice Doris, sacudiéndome.
Vuelvo a estar despierta.
—Cariño ¿Por qué estás llorando?
Toco mi mejilla húmeda, la seco.
—No es nada, Doris. No te preocupes.
Busco mi teléfono para enviarle un mensaje a Libi.
Yo: ¿Vemos unas películas?
Me responde al instante.
Libi: estoy muerta, Lucy. Dejémoslo para otro día 🙏🏻
—Doris, ¿Papá dijo si vendría a cenar?
—Viajó fuera de la ciudad, volverá la próxima semana.
—¿Sabes dónde está madre?
—En África, con una fundación de activistas por las mujeres víctimas de violencia.
Eso significa que no tiene para cuando volver.
Busco en mis contactos alguno que me pueda ser útil esta noche.
—¿Qué quieres para cenar, Lucy?
—Nada, comeré afuera.
Llego hasta el departamento de un chico que conocí en un bar hace un tiempo. Es actor o eso intenta. Tiene una voz grave y profunda, muy agradable de oír. Debería hablar más.
—Cuánto tiempo, Lucy —dice al abrirme la puerta.
Tiene un vaso con alcohol en la mano y no tarda en servirme uno también. Le gusta el ron. Es el bombón de ron.
Su departamento es tan silencioso y tranquilo como lo recuerdo, siempre a media luz. Huele a romero. Recuerdo que tenía unas macetas en su balcón. El viento que se cuela por su ventana llega cargado de su fragancia.
—Estás muy callada hoy —dice, rodeando mi cintura por detrás.
—Vine para que me animes ¿Crees que puedas hacerlo?
—Claro que sí, Lucy.
Con un beso sella su promesa y vamos hasta su habitación. Desnuda entre sus sábanas de seda siento que vuelo. Es un hombre hábil, sabe perfectamente cómo acariciar a una mujer en la cama, cómo mirarla, qué decirle. Entonces recuerdo que es un actor y mis pies vuelven a la tierra.
En cuanto nuestros cuerpos exhaustos se apartan, en cuanto el mío deja de temblar de placer, el oscuro vacío me invade junto al frío. Un frío que me hace imposible permanecer desnuda y ya vestida, no hay necesidad de seguir aquí.
—Ojalá y alguna vez te quedaras conmigo, Lucy —dice Noah, sentado en la cama—. Ojalá y alguna vez desayunáramos juntos.
Eso sería toda una novedad. Entonces recuerdo que es actor y que sus sábanas de seda olían a perfume de mujer.
Llego a casa invadida por la noche que me ha caído encima. No me molesto en encender la luz. Tomo el cuadrito que está en mi velador y la aferro contra mi pecho, dejándome caer en la cama. Se siente cálida y añoro tanto esa calidez.
La ansiedad me despierta primero que a mamá. Me pongo mi falda rosa y mi polera rosa. ¡Me encanta el rosa! Muevo una silla y la trepo para verme en el espejo. Mi cabello está enmarañado y horrible, no quiero esperar a mamá para que me lo cepille. Hoy soy un año más grande, debo cepillar mi cabello yo misma. Me hago unas coletas y voy hasta la ventana para correr la cortina. El radiante sol lastima los ojos. ¡Es un día perfecto! ¡El mejor día de todos los días del mundo!
Corro a la cama y me subo de un salto. Mamá despierta por fin.
Se restriega los ojos, incorporándose.
—Buenos días, princesita... ¿Qué te hiciste en la cabeza?
―¡Buenos días, mami! Me peiné yo sola ¿Sabes qué día es hoy?
―Hmm, déjame pensar ¿El día de la independencia?
―¡¿Qué?! ¡No! Intenta otra vez.
―Hmm. Entonces debe ser... ¡El día de los enamorados!
―¡Noooo! Mami, vamos.
¡Qué desesperación! Quería arrancarme el cabello.
―¡Ah, ya sé! Un día como hoy nació la princesa más bella del mundo.
―¡Siiiii! ―Me lanzo a sus brazos y me llena de besos.
Amo el olor de mamá, es como el de las hermosas rosas que le vendemos a la gente en la calle.
―Hoy la princesa Lucy cumple cinco años y recibirá lo que tanto quería.
―¡Sí!
Mamá sacó una pequeña caja del velador. ¿Allí lo guardaba? Tan cerca y tan lejos a la vez.
Tomo la caja con las manos temblorosas, cierro los ojos y la abro. Busco con mi mano hasta encontrarlo, es pequeño, rectangular y al apretarlo se siente blando. ¡Este es el mejor día de mi vida!
Salimos de casa minutos después. Vamos por la avenida para buscar las flores.
―¿Te gustó? —pregunta mamá.
―Me... en...can...tó ―logro decir con la boca llena, sin poder evitar que se me escurra la baba.
―Pero Lucy, cariño. Te dije que dejaras para después.
―No...pude... evitar...lo... ―Epiezo a reír y mamá también.
Al pasar por una tienda, me detengo a contemplar mi reflejo. Mi falda está bien, mi blusa también. Mi cabello está perfecto porque mamá lo arregló y falta ver lo más importante. Me pongo seria, empujo la goma con mi lengua y soplo. Con admiración veo cómo una pequeña burbuja rosa comienza a crecer desde mi boca. Es redonda y perfecta y lo logro al primer intento.
Había querido tener goma de mascar desde que vi a unos niños en el parque haciendo burbujas rosas. No sé qué es mejor, que sea rosa o que sepa a fresa. Agito los brazos para que mamá la vea, pero no está por ninguna parte. Intento sacar la burbuja de mi boca sin que se desinfle, pero no lo logro. Vuelvo a meter la goma a mi boca y grito llamando a mamá.
Por fin la veo en la acera de enfrente ¿Por qué cruzó sin mí? Está discutiendo con un hombre, él le grita y creo que mamá llora. ¡No hagas llorar a mi mamá!
Quiero cruzar, pero la luz verde no aparece. ¡Mami no llores! ¿Por qué nadie la ayuda? De pronto, el hombre la coge de los brazos y la empuja. Ella cae. Cae hacia la calle. Nadie puede estar en la calle cuando está la luz roja.
Su cuerpo no alcanza a tocar el suelo cuando un auto la golpea. Cierro los ojos y aprieto mi cabeza. Oigo gritos, oigo ruidos de autos, oigo personas corriendo. Abro los ojos y ya está la luz verde. Corro hacia donde corre todo el mundo. No puedo ver nada, los empujo y paso por entre sus piernas. Mi mami está en el suelo, hay sangre saliendo de su cabeza y por su boca. No me gusta la sangre, es roja, pero no huele a rosas.
Tomo su mano. Ella abre los ojos y me busca. Está llorando y yo lloro también.
―Mi... princesa... ―dice.
Suelta mi mano y sus ojos nunca más vuelven a mirarme.
Este es el peor día de mi vida.
En el cuadro no hay una foto, no tengo ninguna foto de ella. En el cuadro hay un dibujo de una rosa, es la rosa más hermosa del mundo.
—Ojalá y estuvieras aquí conmigo, mami. Cambiaría todo lo que tengo para que tú vivieras.
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La soledad a veces es absoluta 😔
Y los corazones se vuelven fríos 💔
¿Cómo podrá salvarse Lucy de sus garras?
¡Gracias por leer!
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Comments
Amelias
😭😭este capítulo me hizo llorar mucho 😭😭
2024-05-07
0
Sandra Robles
ese hombre seguro era su padre que malvado /Frown/
2024-02-09
1
Rosita Abundio Severino
😢🥺🥺
2023-10-18
0