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...En estos años he conseguido obtener una fortuna fuera de la de mi abuelo, nadie lo sabe pero soy dueña de la casa de subastas de la ciudad....

...Después de que mi padre se fue me encontraba sin dinero, y sin comida por lo que opté por vender mi reliquia, unos aretes de esmeralda bañados de oro negro, me lo dio mi madre, ahora se que fueron un regalo del abuelo. Lo subaste, claro está quisieron arrebatarmelos con míseras, pero mi intelencia, me hizo sacarle un montón de dinero. Después de aquello el dueño de la subasta me invitó a ser su socia, por lo que le enseñaría algunos trucos para que su negocio creciera. Era pan comido, cada fin de semana habrían subastas gigantes, muchos millonarios acudían al lugar y los porcentajes por trabajo eran muy buenos, por lo que me compré la casa de subastas y lo arreglé a mi manera. El señor que que el dueño en ese entonces se hizo mi socio y ahora es mi mano derecha, aun mantiene a flote el negocio y sin duda hay mucho dinero de por medio. Nadie sabe quien es el dueño y no lo sabrán hasta que se me dé la oportunidad....

—Mi señora. El dinero ha sido depositado a su cuenta.

—Gracias Arnorld, ya sabes que hacer con el siguiente porcentaje.

—No puedo aceptarlo señora. Es mucho dinero.

—Arnorld eres mi único amigo y deseo que así sea, ve a tu casa y disfruta de tu familia, dile a uno de nuestros hombres que te lleve de regreso. Y dile a Martha que estaré de visita muy pronto.

—Si, mi señora. Con su permiso.

...Me encuentro en despacho, obligándome a no tocarme de nuevo pensando en él, en lo apuesto que se ha hecho, esos hermosos pectorales, y ese cabello rebelde y descuidado que lo ha traído. Carien, estoy harta de tenerte solo en sueños. No estabas en mis planes. Desearía que todo hubiese sido diferente. Seguir viéndonos, seguir siempre juntos y conquistar el mundo y destruir a esos malditos. Pero preferiste a mi hermana. Sin duda, yo lo provoque, te arroje a sus brazos, ahora ella estará en tu cama cada noche....

...Maldita sea....

...Salgo de inmediato hacia la cocina, y me preparo una taza de café bien cargada. El dulce de sus besos aún los tengo en mi memoria....

...La media noche, y mi puerta suena. No tenía vistas al menos que sea Arnold por una emergencia....

—Arn.... Que haces tu aquí?

—Me permites pasar?

—Adelante.... Si es por el compromiso, mi hermana ya me ha dado aviso de ello.

—No es eso....

—Entonces...

—No me casaré, he roto el compromiso.

—Oh, ¿y quieres que me alegre?

—Tampoco. Yo solo....

—Tu que Carien. Estoy cansada, quiero dormir un poco. Dilo rápido para poder irme a la cama.

—Vine por ti...

—Por mi... Que te hace pensar que yo te aceptaré. Viví sola todos estos años, no necesito a nadie a mi lado. No necesito a un hombre a mi lado al menos que sea para otra cosa.

...Mi comentario lo ha puesto tenso, ha hecho un puño. Su cuerpo me arincona contra la pared y siento su peco contra el mío, contra mi escote muy pronunciado que deja ver el inicio de mis pesones. Esta claro que se ha enfadado. Lo miro directamente a los ojos, retandolo....

—Nadie me ha visto tan directamente como lo has hecho tu.

—Ah si, mira que miedo.

...Atrapa mis labios con los suyos y me hace notar lo tan excitado que está. Suelto un gemido entre nuestros besos, y eso lo prende aun más. Debo recuperar la compustura pero no puedo. No lo haré con él a menos que me pida matrimonio....

—No, basta. Sueltame. No lo haré.

—Lo deseas al igual que yo.

—No Carien, estás muy equivocado conmigo, no soy una mujer fácil. No soy como mi hermana que ha caído en tus encantos.

—Que quieres de mi.

—Casate conmigo y veremos.

—¿Estas dispuesta a casarte conmigo?

—Tampoco es un imposible. Es tu decisión.

—Me amas. —Me aprisiona contra la mesa del comedor y me hace sentir su ereccion nuevamente, no lo soportarme más. Lo quiero.

—Carien.... Espera.

—Eres una mujer dulce, muy instigadora, pero sobre todo tan sexy que todo el mundo quiere domarte.

—Ah—Pego un gritito ante su pequeño mordisco en mi cuello.

—Quiero saborearte, quiero sentirte, quiero todo de ti. Pilar, hoy mismo te haré mi esposa. Desde mañana eres parte de la familia Dorado.

—Aún no he firmado nada.

—Te equivocas, hace unos días envié un documento, pero al parecer no lo leíste. Tu firma y sello están allí, eres mi esposa desde hace 3 días.

—Tu... Debiste poner algo en el.... No recuerdo nada de ese día. Solo un chupeton en mi seno. Eres un maldito.

—Ahora mi amor. Es hora de consumar nuestro matrimonio.

—No te atrevas. No te lo perdonaré.

...Me alza entre sus brazos y me lleva a la que es mi habitación....

—Tu... Como sabes.... Maldito, me estabas vigilando.

—Cuidándote cariño, cuidándote.

—¿Cuanto has visto?

—Lo suficiente como para masturbarme.

...Me sonrojo al darme cuenta de que puso haber visto las veces que me tocaba hasta tocar el cielo solo pensando en él....

...Las luces se apagaron y con ello, nuestras prendas también. Si ya era su esposa, porque lo estaba negando tanto. Soy su esposa pero no hemos intimado tanto como para estar así. Me refugio entre las sábanas de mi cómoda cama para que no me alcance, pero es muy tarde, su torso desnudo me roza la espalda....

—Vamos cariño.

—Lo siento, pero hay algo que no sabes.

...Se quedó quieto un momento. Como le digo que no soy virgen....

—Carien yo... Yo no...

...Sube por mi pecho y acaricia mi cabello....

—Eres hermosa desde todas las perspectivas. Tu padre me lo contó. Lo sé desde hace un año.

—Carien.

—También sabe que eres mi mujer y lo aprobó, he estado al pendiente de todo. Jamás dejé que los Demian se metieran con mis asuntos. Y menos contigo. Eres una mujer maravillosa. No lo olvides.

—Si, pero...

—Eres mi mujer. Y mi mujer no es débil.

...Las lágrimas me caen, jamás nadie me reclamó como suya, con amor, con nobleza....

—Ahora, descansa, me iré a primera hora mañana. Debo manejar unos asuntos en la fábrica.

—Esta bien.

—Desde cuando haces caso.

—Desde hoy.

...Sus brazos cubren mi torso y sus piernas las mías, siento su ereccion y sin duda como esta conteniendo su lujuria. Estoy indefensa ante su gran cuerpo, pero el no hará nada hasta que este lista. Pero si, lo deseo tanto....

—¿Cuanto has visto?

—Si te refieres a. Tus noches de calentura, pues todo. Dime.... ¿Pensabas en mi?

—No... Solo deseaba satisfacer mis necesidades.

—si, como digas. Descansa.

...A la mañana siguiente ya no sentí su cuerpo junto al mío....

—Estas loco — y sonrío ante lo que pudo haber pasado anoche. —Soy tu esposa, pero nadie lo sabrá. Tenlo por seguro. Primero debo recuperar lo que me pertenece.

...Tomó un baño rápido, y me pongo lo primero que encuentro en el armario, un vestido largo ajustado hasta mis caderas, en tiras. Un abrigo blanco y mis botines negros. Debo ir a la casa de mi padre, debo saber como se encuentra....

...Jack me espera en el auto, abre la puerta y solo con un gesto sae a donde quiero ir....

—Señora, el señor Carien dijo que almorzaria con usted.

—Cancelarlo. Tengo otras cosas que hacer.

—Si mi señora.

...Mientras dura el viaje me pongo al tanto de algunas transacciones del negocio, la mercancía que pronto llegará y un buenos días de Carien entre mis papeles....

Llegamos a la entrada principal, las puertas se abren de inmediato. Mi padre sale a saludarme.

—Papá.

—Mi niña. Estas radiante, estas hermosa.

—Gracias.

—Solo una cosa más. Carien esta dentro.

—No puede ser.

—Vino a ver a tu hermana. Ella está enferma últimamente.

—Si como no. Enferma.

—Pilar, Carien es tu esposo. ¿Por que no quieres anunciarlo?

—Prácticamente me obligó. No es concensuado.

—Vamos, entra. Por cierto ese vestido se te ve espectacular.

—Papá, no me cambies el tema. Mejor entremos.

...Todos estaban en la sala, con la linda pareja de enamorados. Marían y Carien abrazados demostrando el amor que se tienen. Me quito el abrigo, y lo dejó al sirviente que se lo lleve. Hay un invitado más. El joven Darién, de la familia Romanov....

—Oye vulgar, tapate. —dice mi hermana aun en el regazo de mi querido esposo.

—Y bueno como están todos. Supongo que me extrañaron tanto como yo a ustedes.

—Pues estuvimos mejor de cuando llegaste.

—También te amo Joseph.

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