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...Mantenía mi cuerpo quieto y en clama, de inmediato llegó a mi mente la imagen de hace un momento. Que ternurita, aunque él es un hombre apuesto, de músculos bien definidos y de piernas largas, aquella figura era todo lo opuesto, con cachetes rosas, ojos redondos, un regordete. Me imagino si mi primer hijo se parecerá a él....

—YAAA—Estoy pataleando como loca fantaseando a mi primer bebé. No puedo controlar mis emociones, deberé estar roja como un tomate.

...Escucho voces en la planta baja, escucho a alguien subir por las escaleras a toda prisa y recojo la caja que abrí y lo abrazo, intento esconderlo, pero él ya está en mi puerta....

—Mujer, dame lo que tienes allí.

—Eh, no... Es mio ahora..

—No.

—Vamos Carien, la señora Margarita hizo bien en enviármelo. Es un hermoso regalo de bienvenida y no se de que tienes vergüenza, nuestro primer hijo podría parecerse a ti.

—De qué hablas?

—En la cárcel... Yo... Me entere de que estoy..

—No... Digo... Espera... Estas diciendo que estas, em - embarazada?

—Si... Lo estoy.

...Su rostro cambió a una de felicidad, de mucho amor el cual pude ver que quería llorar y al verlo así también. Mis emociones estaban al cien desde un principio y tenerlo aquí junto a mi era mucho más que una felicidad normal....

—Nadie lo sabrá.

—Estoy de acuerdo. En estos momentos nadie debe enterarse de mi bebé. Debo mantenerlo a salvo.

—Muy bien. Debes descansar. Pediré que te traigan la comida y no me esperes debo salir a ver algunas cosas de la casa de subastas. Vendré pronto.

—Esta bien cariño.

...Estamos viviendo juntos desde hoy, se siente bien. Parecemos recién casados, aunque quisiera que ya fuera oficial....

...La noticia de que sería padre a Carien lo tenía algo nervioso, por lo que al estar en el trabajo, no se podía concentrar. Jack y los demás trabajadores del lugar se dieron cuenta de ello y la curiosidad era tan grande que tuvieron que preguntar. A lo que Carien dijo que estaba cansado, se había mudado tan repentinamente y su abuelo lo había tomado mal. Ellos entendieron pero eso no era motivo suficiente para estar en ese estado....

—Señor, el joven Dominic, desea verlo.

—Que pase.

Dominic de Argan, venía con malas noticias.

—Siéntate.

—No, así está bien. Solo vine a decir que mi hermana fue apuñalada y esta en estado crítico en el hospital carcelero.

—Como es posible?

—Ayer, recibió visitas de alguien. Aún están investigando. Mi padre está enfurecido y acaba de hacer una contrademanda contra Pilar.

—No puede ser.

—Venía a avisarte, por lo que tendré que ayudar a mi hermana.

—No te preocupes. Pilar es inocente, y tengo pruebas, solo me interesa eso. Además estoy investigando otras cosas, que espero salgan a la luz muy pronto, y eso incluye al verdadero culpable.

—Que así sea. Que tengas excelente día.

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—David, por que no has venido a casa?

—...

—Hijo respondeme.

—Estoy cansado. Dejame en paz.

—Hace una semana que estás en la ciudad. Por qué no me has avisado?

—Y tu por qué no me has dicho que mi padre es un viejo zorro? Piensas que vas a seguir protegiendo su prestigio tras tu papel de mujer fiel y devota? No mamá. Eres un fraude igual que él al darte ese puesto según tu para hacer que todos nos vean bien.

—Hijo...

—No madre, estoy cansado de ver que mi padre te ve como un objeto y no como su mujer. Si no vas a cambiar y hacerte una femme fatale no quiero ser mas llamado por ti.

—... Eres de lo peor. He sacrificado para que tuvieras lo mejor en una familia.

—Pues no madre, me criaste bien. Lo suficiente para darme cuenta que ese señor no te merece. Yo también me hice el tonto en mi adolescencia, pero no ahora, no me quieras ver la cara de estúpido. Si sacrificarste tu vida es porque tienes el autoestima tan baja que dejas que te pisoteen con tal de que los demás aprecien un poco de lo que eres. Pero no es así.

—David...

...Por primera vez, Amanda era criticada por alguien que amaba demasiado. Si bien su esposo sólo la tenía para aparentar, esta vez que su hijo regresó no sería así. Escuchaba siempre las conversaciones de los empleados, sobre los encuentros de su esposo con una mujer, siempre le dolía saber que su esposo buscaba a otra y a ella solo le correspondía aparentar. Entonces, ahora le pondría un alto....

...Su esposo llegaba en uno de los carruajes lujosos de la familia, acompañado por una dama. Se decía que era su secretaria, pero la llevaba a todos lados como algo más. Amanda los recibió, con una sonrisa....

—Bienvenidos.

—Hola señora. Mi amor, digo señor alcalde, quiero un poco de chocolate

—Ya escuchaste Amanda, la señorita quiere chocolate.

—Con su permiso.

...Las sirvientas estaban preparándolo y yendo a entregar, pero Amanda se lo quitó y lo llevó ella misma. Las doncellas estaban sorprendidas y esto no se lo iban a perder por lo que empezaron a espiar desde la cocina....

—Aquí tienes. —Se lo tiró sobre la ropa.

—AH, ESTAS LOCA!!

—AMANDA!!!

—Que sucede? Se le cayó chocolate caliente a la señorita? Uy, perdón. No me di cuenta.

Ella estaba por irse, hasta que el señor le cogio de la mano para recriminarle.

—Que! Pensabas en seguir utilizandome a tu antojo? Querías una esposa sumisa para poder seguir siendo el hombre de ejemplo. Pero no lo creas, todos en la ciudad ya saben de tus amoríos, porque te han visto con mil mujeres diferentes.

—De qué estás hablando?

—Que me cansé de ser la esposa devota a su marido mientras ese se acuesta en mi habitación con toda mujer que se le atraviesa. Y dejame decirte, todo el dinero que te has estado gastando, me lo vas a devolver. Mis abogados están trabajando para terminar con este matrimonio de mierda.

—Amanda,...

—No me toques. Mi hijo a vuelto y no permitiré que nos sigas utilizando. Adelante con tu suciedad. —Le escupió en la cara y subió a su habitación.

—Mi amor.

—Vete y no me molestes.

—Pero...

—No ves en lo que estoy metido. Todo lo que llevas es gracias al dinero de ella. Maldita sea, veta ya... Y devuelve todo... Y diles a tus amigas a las que les di... Que lo regresen o yo mismo las iré a buscar una por una. Y no saben de lo que soy capaz.

—Entiendo. Con permiso.

—Maldita sea... —Pateó uno de sus muebles favoritos, y lesionó su pie. Los sirvientes lo veían y empezaron a reír. —De qué se ríen, traiganme algo para ponerme.

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Una taza de café en mano.

—Con qué su esposa regresó. Y su hijo también. Creo que lo veré en un lugar más privado.

—Catrina, dejemoslo por ahora.

—No, ellos no me van a impedir a lograr lo que quiero. Si tengo que matarlos yo misma lo haré

—Catalina esta por morir. Y...

–Y que? Ella se lo buscó, no debía enviar esa carta a su hermano. Espero la hayan destruido.

—Claro que sí. La interceptamos antes que saliera de la cárcel.

—Muy bien. Ahora debemos ver cómo lidiaremos con las minas y el oro de los Argan y parte de los Del dorado.

—Estamos en eso. Ya se ha sacado un poco. Si encontramos más, se lo haremos saber.

—Claro, de ello depende su pago. Y sus vidas.

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