CAPÍTULO 3: ¿QUIENES SON CRISS Y TOÑO?

CAPÍTULO 3: ¿QUIENES SON CRISS Y TOÑO?

Al poco rato de estar esperando que fuera el doctor a poner el suero, escucho que tocaban la puerta, estaba ahí el médico para ponerle el suero, le indico que una vez que terminará debía quitárselo, le enseño como hacerlo, la checo y ya estaba su temperatura normal, pero aún no despertaba.

Nicolás: ¿cómo la ve?

Doctor: lo importante es que ya le bajo la fiebre, está muy débil por lo mismo, debemos dejarla descansar, le voy a poner un suero con vitaminas para ayudarle a recuperarse más rápido, tiene que comer tan pronto despierte, le voy a tomar muestras de sangre y las voy a llevar al laboratorio, mañana regresaré una vez que tenga los resultados y vendré a revisarla.

Nicolás: le agradezco, lo espero mañana.

Después de que salió el doctor mando a traer algo para cenar, ya tenía mucha hambre, no había comido por ayudar a la chica que por tercera vez había visto. Después de comer, al ver que ella no despertaba se recostó del otro lado de la cama mientras observaba como bajaba cada gota del suero, cuando vio que se había terminado el líquido, se levantó e hizo tal como le indico el médico y quito todo, sacando de su brazo el equipo con que se conectaba el suero, desecho todo y siguió observando y recordando lo que ella susurro mientras estaban en la bañera, se sentó junto a ella y la observo, se sentía cansado pero no quería regresar a su habitación, le podría volver a subir la fiebre, después de pensarlo mucho decidió quedarse, se volvió a acostar del otro lado de la cama, le estaba costando dormir, estaba en una cama, compartiéndola con una completa desconocida, que además estaba inconsciente, sin saber en qué momento se quedó profundamente dormido.

Al otro día Nicolás se despertó, al ver que Anie seguía dormida, como todos días salió al balcón a disfrutar del amanecer, mientras observaba el hermoso paisaje, escucho un quejido, era Anie empezando a despertar y estirando su cuerpo, él se acercó para ver que estuviera bien, el médico le dijo que al despertar tal vez pudiera estar un poco desorientada.

Nicolás: hola Anie veo que ya despertaste, Anie volteo rápido hacia él, lo cual hizo que se sintiera algo mareada.

Anie: To… Toño eres tú, no lograba enfocar bien, la luz del sol le daba de frente a la cara.

Nicolás: ¿Cómo te sientes?, el no negó pero tampoco confirmo quien era mientras se acercaba y se sentaba en la orilla de la cama. ¿Sabes dónde estamos?

Anie: ¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?, se sentía desorientada.

Nicolás: tranquila, mi nombre el Nicolás Ferreira, somos vecinos de habitación, ayer te desmayaste debido a una fuerte fiebre que tuviste.

Anie: ¿Cómo es que estoy aquí, lo último que recuerdo es que venía rumbo al hotel, en eso se vio su ropa y se puso roja.

Nicolás: tranquila, la mucama te ayudo a cambiarte, cuando regresaste te desmayaste al salir del ascensor, como me acorde que éramos vecinos, te ayude a entrar y llame un médico, por cierto vendrá en un ratito para volver a revisarte.

Anie: te agradezco por ayudarme y disculpa por darte problemas, ¡OH NO!, Estela debe estar preocupada.

Nicolás: sí, en realidad estaba muy preocupada, te estuvo marcando, tuve que contestar, el médico necesitaba unos datos y necesitábamos contactar algún familiar o conocido tuyo.

Anie: entiendo, podrías darme mi celular, no lo veo.

Nicolás: Claro,  fue al tocador y tomo el celular y se lo entrego, toma, ella de inmediato empezó a marcar.

Después de que le contestará Estela y le escuchará se sintió más tranquila, el tono de voz con que le hablaba Anie le ayudo a saber que estaba mejor su amiga, platicaron de lo ocurrido, mientras ellas habían estado hablando, Nicolás había pedido el desayuno recordando que el doctor indico que debía comer tan pronto despertará, en lo que llegaban con lo que había pedido estuvo observando como Anie se mostraba como niña regañada al escuchar lo que le decía la persona con la que hablaba, disculpándose por haberles espantado y por lo que escucho comento no haber comido nada el día anterior por no tener hambre y estar a las carreras con su trabajo, le paso él celular a Nicolás y le dijo que su amiga Estela quería hablar con él, después de saber que seguía ahí Nicolás le pidió le pasará el celular.

Anie: Mi amiga Estela quiere hablar contigo, me pidió te comunicará con ella, dijo algo apenada Anie, mientras él tomaba el celular de su mano.

Nicolás: ¡Hola!.

Estela: no sé cómo agradecerte por cuidar y estar con mi amiga, como te dije ayer, ella es una hermana para mí… es la hermana que nunca tuve y me preocupaba mucho y el no poder estar ahí para ella me hace sentir muy mal, lo bueno que tu estuviste ahí para ella.

Nicolás: no es necesario agradecer, por cierto hoy viene el médico con los resultados, te informaremos cualquier cosa que nos diga.

Estela: ¿estarás ahí con ella cuando valla el médico?, sé que es mucho pedir, pero estoy segura que ella no me dirá todo lo que le diga el médico, puedes informarme todo cuando se valla el médico, además quería pedirte otro favor muy grande, necesita comer y tomar sus medicamentos, ¿podrías asegurarte que coma y se los tome?, sé que no nos conoces y estamos abusando de tu confianza, pero al no poder estar con ella, no me queda otra que molestarte… y…

Nicolás: claro que sí, cuenta con ello, por cierto tu amiga tiene suerte de tenerte al pendiente de ella, en verdad la cuidas como una hermana mayor preocupada, le dijo y escucho a Estela reír, yo me asegurare de que coma y tome sus medicamentos, puedes estar tranquila.

Estela: si eso dicen que soy como su hermana mayor, siempre cuidándola, se puso un poco seria antes de continuar, no tienes idea lo que ella paso y como le afecto, necesita mucho apoyo para salir adelante, en ese momento volteo hacía la cama y observó como Anie trato de levantarse y la vio irse de lado, perdió el equilibro cayendo sentada en la orilla de la cama y deteniéndose de la cabecera de la cama, espérame tantito, corrió hacia ella.

Nicolás: recuéstate, estas débil aun.

Anie: es que necesito ir al baño, dijo con la cabeza agachada.

Nicolás: vamos te ayudo, la vio ponerse como tomate, solo te dejaré en el baño y me saldré, cuando termines me dices y voy por ti.

Anie: gracias, le dio la mano y se apoyó en él para llegar al baño.

Nicolás: Estela ¿sigues ahí?, dijo tomando de nuevo el celular

Estela: claro galán, aquí sigo.

Nicolás: ¿puedo preguntarte algo?, dijo viendo la puerta cerrada del baño.

Estela: sí, dime.

Nicolás: ¿Quiénes son Criss y Toño?, dijo en voz baja, pues no sabía si era prudente preguntar por ellos.

Estela: de donde sacaste esos nombres, dijo casi gritando, no vuelvas a mencionarlos y menos delante de Anie, hará que se vuelva a poner mal.

Nicolás: disculpa, solo que mientras deliraba menciono varias veces esos nombres, eso es todo.

Estela: es una larga historia, tomo aire soltándolo poco a poco, solo puedo decirte que para ella es lo más doloroso que podría haberle pasado, son parte de su pasado… uno de ellos esta… fue toda una tragedia.

Nicolás: entiendo, bueno, puedes estar tranquila, me aseguraré que coma y tan pronto venga el médico te avisaré que nos dijo.

Nicolás quería preguntarle más pero en eso escucho la puerta del baño abrirse, se despidió de Estela y corrió a ayudarle, le puso su mano en su brazo y la llevo a la cama, le ayudo a recostarse y la tapo con una sábana.

Nicolás: necesitas desayunar, dijo el médico que estabas muy débil, se te antoja algo en especial para desayunar, ella negó con la cabeza, entiendo que no tengas hambre, pero debes hacer un esfuerzo y comer para recuperar tu salud.

Anie: la verdad no tengo hambre, suspiro y al ver que tenía la misma mirada que le daba Estela cuando no quería comer se resignó,  tal vez unos hot cakes y una malteada de fresa estará bien.

Nicolás hablo nuevamente al restaurant del hotel y pidió que agregaran al desayuno para los dos unos hot cakes y una malteada. Les llevaron fruta picada, hot cakes, café, la malteada que pidió Anie y huevos a la mexicana, Nicolás le acercó sus hot cakes a Anie junto con su malteada, pero también un plato con huevo. Ella sabía que no podría salvarse de comerse todo, así que lo hizo, no sabía porque pero en compañía de Nicolás se sentía bien, no lo veía como un extraño, a pesar que antes de esto no lo conocía.

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