CAPÍTULO 11: CONOCIÉNDOSE

Nicolás: pues no se diga más, voy a mi habitación a ponerme algo para salir mientras tú te alistas, regreso en 20 minutos, cualquier cosa estoy aquí junto, voy a registrar mi número de celular en el tuyo para que me marqués de inmediato por si necesitas ayuda.

Anie: espera… ¿por qué lo haces?

Nicolás: bueno, yo vine solo a disfrutar de unas vacaciones y a ti también te toco disfrutarlas sola, por lo que pienso que es mejor si disfrutamos juntos de las mismas vacaciones, ¿qué te parece?, así podemos pasarla mejor acompañados, es muy aburrido visitar los lugares solo.

Nicolás no sabía ni porque le había dicho eso y menos invitarle a terminar sus vacaciones junto a él, pero sentía que debía acompañarla y cuidarla mientras estuvieran ahí, parte porque se lo prometió a Estela y parte porque lo deseaba, sentía necesidad de hacerlo, la veía frágil, débil y muy necesitada de un brazo que la sostuviera.

Después de ir a su habitación a cambiarse le marcó a Estela y le informo lo que el médico les dijo, solo agrego que no era conveniente viajará sola, por si volvía aponerse mal, ella le dijo que iría tan pronto pudiera, pero mientras él pudiera le ayudaría a cuidarla, él se ofreció sin pensarlo, además ya se lo había prometido antes, solo estaba confirmando que lo haría. Estela estaba muy agradecida con Nicolás, sentía que era como un ángel enviado para ayudar a su amiga.

A los 20 minutos regreso a la habitación de Anie, ambos estaban recién bañados y listos para salir a pasear, bajaron al lobby y después de ir a dejar sus llaves, salieron en el coche que él había rentado, fueron a una playa con agua cristalina, muy hermosa, entraron en un restaurant a la orilla de la playa y escogieron una mesa donde se acomodaron, él le invitó a meterse a nadar, pero ella no quería hacerlo y como él sabía que estaba débil todavía no le insistió, podía sentirse mal mientras nadará, disfrutaron del paisaje, mientras platicaban  un poco sobre ellos para conocerse un poco mejor, pidieron unos de los platillos típicos del lugar para comer.

Anie: tu asentó tiene algo diferente, muy poco pero puedo notarlo ¿de dónde eres?

Nicolás: soy Sueco de nacimiento, pero desde chico mis padres fueron a vivir a Estados unidos donde radico actualmente y tu ¿de dónde eres Anie?

Anie: soy mexicana de nacimiento, actualmente trabajo para la empresa SUMINISTROS MEDICOS ORTO-ROSS S.A. DE C.V., trabajo desde hace 2 años y medio casi 3 años, ¿tú en donde trabajas o a qué te dedicas?

Nicolás: trabajo en New York en INDUSTRIAS FERREIRA Y ASOCIADOS Inc., llevó trabajando varios años, trabajo en el área de proyectos.

Anie: y ¿cómo es que decidiste venir de vacaciones aquí?, yo vine por trabajo, la empresa donde trabajo participa en una EXPO que tuvo lugar del lunes al miércoles y mi amiga pensó que sería buena idea pedir el resto de la semana para que nos quedáramos de vacaciones, pero mira, me dejo plantada, Anie soltó una pequeña sonrisa que más pareció una mueca, al sentirse frustrada de no haber salido sus planes como deseaban.

Nicolás: yo tenía mucho que no tomaba vacaciones, pero surgió algo y necesitaba alejarme un poco para pensar bien, escuchando a unos compañeros de trabajo durante un evento que hubo en la empresa, me dio curiosidad al escuchar a mi compañero las maravillas que hablaba de este lugar que no lo pensé dos veces, solicite días y me vine tan pronto como me dieron la reservación.

Anie: me alegra que haya sido así, sino no sé qué hubiera sido de mí si no me hubieras ayudado, tal vez estaría en un  hospital en calidad de desconocida, dijo riendo.

Mientras platicaban Nicolás observaba como se veía diferente su semblante, seguía triste, pero lograba sentir que había algo en sus ojos que le hacía que brillaran, como un rayo de esperanza, él también llego sintiéndose muerto por dentro, con dolor, pero al conocerla y saber que había sufrido mucho, hacía que se reflejará en ella, aunque no sabía que le había pasado en realidad, pensaba que tal vez por eso quería ayudarla, porque los dos sufrían por algo, aunque no supiera el sufrimiento de ella. No quería preguntarle, tal vez era muy personal como lo suyo y si fuera al revés, el no querría decir lo que le pasaba y menos al recordar las palabras de Estela, por lo que se limitó a dejar que ella le contará lo que sintiera confianza de decirle.

Comieron sus platillos de mariscos y al sentirse muy llenos, Nicolás la invitó a caminar por la orilla de la playa, al principio ella no tenía ganas pero al final acepto. Caminaron por un rato uno junto al otro sin decir palabras, al final regresaron al hotel, él le invito a cenar y se aseguró que ella cenará como le prometió a Estela.

Nicolás: gracias por acompañarme, ¿sabes? fue muy grato recorrer esa playa acompañado, los demás lugares que he visitado los disfrute, pero no como hoy.

Anie: al contrario, gracias a ti por invitarme y más por todo lo que has hecho por mí sin tener ninguna obligación de hacerlo.

Nicolás: para mí fue un placer tener tan bella compañía, Anie se sonrojo.

Anie: bueno, te dejo para que descanses.

Nicolás: mmm... al estar sola ¿vas a estar bien ?, Al escucharlo Anie abrió los ojos como platos.

Anie: sí, no te preocupes, estaré bien, dijo muy apenada, sentía que ya lo había molestado mucho.

Nicolás: prométeme que si te sientes mal me vas a marcar, ya tienes mi número, le tomo con cuidado de la barbilla para levantar su cara, yo estaré al pendiente por si necesitas algo, ¿entendido?

Anie: sí, lo prometo, dijo roja como tomate.

Anie entro a su habitación y Nicolás se fue a la suya, salió al balcón como le gustaba hacerlo todos los días y no pudo evitar voltear hacía la habitación de Anie mientras se dibujaba una sonrisa en su cara. Anie se dio una ducha para quitarse el sudor del día y se fue a acostar, no sin antes comunicarse con Estela para saber cómo iba con su trabajo, pero su sorpresa fue que no podría viajar con ella, todo se había complicado y sí viajaría, pero con su jefe a otro lugar, por lo cual se sintió un poco decepcionada de que no pasaría sus días restantes con ella.

Por otro lado Nicolás, se recostó después de darse un baño y empezó a revisar su teléfono, vio varios mensajes que ignoro, para luego comunicarse con su abuelo y decirle como se la estaba pasando en sus vacaciones. Su abuelo le escucho y le dio gusto saber que estaba pasándola bien y más al oírlo más tranquilo de cuando salió rumbo a sus vacaciones.

Al siguiente día bajaron a desayunar al restaurant del hotel, mientras esperaban Nicolás le empezó a hacer platica.

Nicolás: ¿cómo dormiste Anie?

Anie: bien, aunque un poco decepcionada de que Estela en vez de venir tuvo que viajar con su jefe a Monterrey a arreglar unos problemas que tienen.

Nicolás: entonces ¿no podrá venir a acompañarte?

Anie: no, creo que lo mejor es que me regrese a casa, para no seguir dándote molestias.

Nicolás: a mí no me das molestias, al contrario has hecho mi viaje más entretenido, no siempre vas a un viaje donde se desmaye alguien en tus brazos, ni desvelarte bajando su fiebre con compresas, Anie, se puso muy roja y apenada.

Anie: por favor, no sigas, estoy muy apenada contigo, dijo agachando su cabeza y con voz apenas audible.

Nicolás: tranquila es broma, no es normal que sucedan estas cosas, pero algo si puedo decirte, han hecho de estas vacaciones, unas vacaciones diferentes pero agradables… mmm, pensando un poco, yo no tengo quien me acompañe en lo que resta de las vacaciones y tú tampoco por lo que me gustaría pedirte que puedas ser mi compañera de vacaciones en los días que restan, es más escuche de un lugar en Quintana Roo, me gustaría ir, ¿Qué dices? ¿Te animas a ir conmigo?

Anie: pero, apenas y me conoces, además yo… yo no soy de e…

Nicolás: tranquila, no pido que vallas como mi pareja, sino como amiga y compañera de viaje, yo no soy de faltarle el respeto  a una mujer, por supuesto que no voy a hacerte nada. Si hubiera querido hacerte algo ya tuve muchas oportunidades y no lo hice, ¿no crees?

Anie: mmm, tienes razón, está bien, acepto acompañarte, aunque… suspiró, no creo ser muy buena compañía.

Nicolás: eso veremos, a lo mejor yo soy el que no es tan buena compañía al final, dijo sonriendo.

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