Amaya una joven de quince años se enamora de un chico que duda de si mismo por situaciones que le ha tocado vivir, veremos si el amor es capaz de vencer esas barreras
NovelToon tiene autorización de Dayma Sánchez Pérez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 23
Saludé a su padre con algo de vergüenza por todo lo que había pasado bajo su techo minutos antes. Luego pedí permiso y me retiré un momento para llamar a mi madre, al comunicarme con ella y pedirme explicaciones por no haberme comunicado, le dije que me había quedado dormida, que el viaje aunque corto me canso un poco y acababa de despertar, por eso la llamaba tan tarde.
Mi madre me confirmó que venía el sábado en la tarde para quedarse con nosotros en casa de Liam. Luego de colgar la llamada regresé al comedor y le informé a Liam y su padre sobre que mi madre confirmaba que venía. Bastián planificó una salida en familia para el domingo en la mañana, visitaríamos el parque El Capricho. Que mi madre se quedara aquí no era un problema, ya que había varias habitaciones vacías.
Esa noche luego de cenar, conversamos un poco los tres, los empleados se encargaban de todo, no había mucho por hacer, más que relajarse, era una gran vida comparada con la mía, pero se notaba que trataban bien a los empleados. Por lo poco que pude entender ellos siempre fueron de buena posición, toda su fortuna proviene de herencias familiares, por ambos lados.
A pesar de tener buena posición, su padre trabajaba mucho y ahora lo hacía con mayor frecuencia. Liam me comentaba que luego del accidente su padre había duplicado sus horas de trabajo, al parecer para tener la mente ocupada en algo. Esa noche dormí con Liam, volvimos hacer el amor y resultó tan gratificante como la vez anterior. Estaba súper a gusto con él.
El sábado Liam y yo fuimos de paseo con su chófer, me llevó de compras, nos compramos varios conjuntos de parejas, incluso unos llaveros. Desde que Liam dominó la prótesis se notaba más confiado, salía y disfrutaba, ya no le importaba mucho que las personas lo miraran. Usaba siempre pantalón largo y zapatillas así que a simple vista no se podría decir que tuviese algún problema. Incluso las chicas volteaban continuamente para verlo.
Que las chicas voltearan al verlo no me daba celos, al contrario me enorgullecía de que fuese tan guapo, tan guapo al punto de causar ese efecto y lo mejor es que era mi novio. El día a su lado paso muy deprisa y cuando nos dimos cuenta era el atardecer y mi madre llegaría. Así que regresamos a casa. Nos dimos un baño juntos y fuimos a esperarla como los niños buenos que éramos.
Claro todas las veces que tuvimos relaciones usamos protección, luego de tanta charla de mi madre y de mi conocimiento sabía que era lo mejor y más seguro para mí. Utilizamos preservativo que cubría mayor rango, protegía de un embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual. Él había comprado varias cajas para la ocasión.
Al llegar mi madre nuestra dinámica cambio a tener mucho más control con nuestro lenguaje corporal y nuestros deseos. Merecía respeto. Bastián se nos unió en la noche y repetimos lo de pasar tiempo juntos, charlando De nuestras cosas y la vida en general. Hubo un momento en que ni madre y Bastián solo hablan entre ellos, nosotros nos fuimos sin hacer ruido.
Fuimos al jardín, allí bajo la luna nos besamos, la noche era fresca y había un aroma excelente a Jazmín producto de las flores que había cerca de nosotros. Yo juraría que mi madre se sentía atraída por Bastián, jamás la había visto así. Luego de un rato ella salió a mi encuentro, estaba casada, necesitaba dormir.
Liam le mostró mi supuesta habitación, ya que omitimos que dormimos juntos la noche anterior, ella ni preguntó luego si de verdad había dormido sola aquí y yo la verdad preferí no decirle. Antes de dormir hicimos una mini entrevista, ella solo preguntaba por Bastián.