Tal Vez...¿Será?

CAPITULO 20

EMMA

Contar mi historia, me alivio en el sentido de que si Sebastián es el hombre que dice ser, entendería que no iba a vivir el amor como un torbellino que te envuelve y que después que pasa te deja sin entender que pasó, que íbamos a ir de a poco, que necesitaba confiar e ir construyendo de a poco.

El llama al mozo y le pide la cuenta, luego de pagar, nos levantamos y salimos del restaurante. Lo veo que mira al cielo

-Parece que va a llover, el cielo está muy encapotado.

-no vi en el Servicio meteorológico que dijera que iba a llover.

-Quizás se mantenga así nublado. Queres que vayamos a un parque y caminemos un poco?

-a esta hora?

-Es un parque concurrido, muy bien iluminado, te lo propongo para respirar un poco de aire, después de una conversación bastante cargada, es bueno relajarse un poco.

-Bueno, te lo acepto.

Subimos al auto y a pocas cuadras vuelve a estacionar, y es verdad, el parque estaba concurrido, algunas familias disfrutando de la noche y también corredores nocturnos. Nos bajamos, el me ofrece su mano y yo la tomo, empezamos a caminar.

-Sebastián…

-Si?

- Discúlpame, sé que vinimos a relajarnos, pero siento que hable mucho sobre mí, y no te pregunte a vos, por qué a tu edad, todavía estas soltero.

-uh, bien, te voy a decir porque estoy soltero, lo mío no es una historia pesada de emociones, fue una elección, yo vengo de una familia muy humilde, entonces mi prioridad, fue estudiar, conseguir un buen trabajo y ayudar a mi familia, lo logre, lo único triste fue que mis padres disfrutaron muy poco de esos beneficios, mi madre se fue primero de gira al cielo y mi padre, la amaba tanto que no soporto su ausencia y la siguió al año siguiente, pero tengo una hermana maravillosa, a la cual amo mucho, Isabel, es única, ya vas a conocerla. Entonces, a los 30 años, conseguí el trabajo de mi vida, que tengo hasta hoy, soy Gerente Ejecutivo del Banco del Sur, imagínate que ese puesto me da muchos beneficios económicos, por eso el auto, y los trajes caros como el que me conociste la primera vez, no creas que no vi, como me miraste de arriba abajo.

Lo miro y me rio, el también, me aprieta la mano y sigue con su relato.

-Pero esas son cosas, que yo las llamo herramientas de trabajo, yo no soy ese hombre que de lunes a viernes se vuelve alguien importante y soberbio, lamentablemente, por el puesto que tengo y las relaciones publicas con las que me enfrento, tengo que ser ese. Pero, una vez que me voy y vuelvo a mi hogar, vuelvo a ser aquel muchacho que se esforzó por ser quien es, no me interesan los lujos, ni los eventos y así también llegue a no interesarme en las mujeres que me rodean, no es prejuicio, pero lamentablemente, después de muchos años y de salir con muchas de ellas, porque no te voy a negar eso y mentir diciendo que fui un monje tibetano, siempre me sentí vacío, nunca pude enamorarme, a veces porque no podían disimular que salían por el estatus que les daba decir que estaban conmigo, otras veces, creyendo que podían ser algo más, comenzaban a reclamarme el hecho que no les prometía grandes casas, autos, yates, viajes, joyas, no me entendían que quería ser, luego de muchas horas disfrazado de lo que no soy, un hombre sencillo y así fue pasando el tiempo y me resigne a que era un solterón, que no le faltaba compañía, pero te digo algo Emma, siempre me sentí que todo era como un cascaron vacío, es muy feo estar rodeado y sentirse solo, llegar a tu casa, y lo único que te recibe es el silencio, pero a la vez, sabes que es mejor eso, que una pura hipocresía. Hasta que…

Empiezo a sentir que el corazón late acelerado, también que quizás, ya este ruborizada. Lo miro con la expresión que estoy esperando a que siga hablando.

-Hasta que te vi, hasta que empecé a conocerte, hasta que note que no te importa si esta noche, te traía con ese auto o era uno con 20 años de antigüedad, que mis trajes no te impresionan, y me convencí con la loca idea de que por fin habías llegado, que tal vez, sea posible… cuando estoy con vos, como ahora, caminando y tomados de la mano, estoy viviendo la vida que siempre quise tener. Emma, vos me trajiste la esperanza, de que después de tantos años, pueda fantasear con tener una familia, que pueda volver a mi hogar, dejar el disfraz y ser yo, Sebastián, un hombre de barrio, disfrutando de un suave beso, de dulces palabras de bienvenida y poder refugiarme de toda esa vida artificial que me rodea.

- Sebastián, es muy hermoso lo que me decís, pero yo, todavía no sé si…

-Emma, no te estoy pidiendo nada para hoy, ahora se por lo que pasaste y también tengo en claro, que por más palabras hermosas que haya de por medio, necesitas confiar. Pero hoy, hoy es el día 1 para ser nosotros mismos, ya sin persecuciones y tampoco de situaciones esquivas, solo te pido darnos la oportunidad de vivir esto y ver en que resulta, si no podemos hacerlo, tampoco nunca sabremos si es o no. Yo prefiero saberlo, que no queden dudas y no lamentar el haber dejado pasar el momento. Vos que queres Emma?

- Yo vine justamente para darnos la oportunidad de conocernos, pero necesito que sea despacio, además esta Zoe, ahora a diferencia de mis experiencias anteriores, mi fracaso la arrastraría a ella. Zoe, empezó a reclamarme la ausencia de un padre, eso quiere decir que desea tener uno. No quiero presionarte a que tengas que tomar ese lugar, pero ella ya te aprecia, si se vuelve más dependiente, temo que ante algo termine afectándola.

-Para empezar, esperemos que lo nuestro prospere, si te parece mejor, podemos iniciar algo entre nosotros, sin comprometer los sentimientos de Zoe, luego, cuando estemos seguros, podemos blanquear la relación y ahí, te aseguro que la cuidare y la amare como si fuese propia, sus rulos ayudan.

Yo me sonrío, es verdad, ambos tienen rulos, bien ondeados y suaves.

-Lo único que me preocupa, es que si llego a ser su padre adoptivo, todo lo malo recaiga sobre mi persona.

-Jajajajajajajaja, escuche cuando te conto eso. Quería sacarla pronto de ahí, me dio mucha vergüenza.

Él se sonríe, suspira y mira como si más allá hubiese un horizonte. Yo no puedo dejar de ver sus gestos, de sentir, como de a poco, ya se va metiendo en mi corazón, este tonto corazón que me traiciona, que me dijo que estaba cerrado y ante la mínima oportunidad, se abre tan confiado. El vuelve a mirarme, con esos ojos miel, que tienen un brillo especial.

-Emma, sé que es muy pronto, y no quiero presionarte, ni comprometerte, pero si hay de algo, que estoy seguro, es que me enamore de vos, con locura, que en este preciso momento, me siento muy vulnerable ante tu persona, que por más que no sea correspondido, no puedo negar de que te amo.

Yo me quedo allí parada, con los ojos al borde de las lágrimas, sintiendo latidos fuertes en mi garganta, que no me permiten hablar, que si abro la boca, se me va a salir el corazón. Creo que él entiende mi situación, porque sin decir una palabra, me dice…

-Lo sé, estas sintiendo algo, pero todavía no podes decir si es el mismo sentimiento que el mío, pero no te preocupes, sé que más temprano que tarde, me vas a confesar lo mismo, porque lo puedo sentir, porque puedo ver, que esta, ahí guardado en algún lado… puedo?

Ya sabía a qué se refería, y es algo que yo estaba deseando desde su confesión, así que asentí, el rodeo mi cintura con sus fuertes brazos, yo me sentí diminuta en ese lugar y luego tomo mi boca, besándome de una forma, que la hizo suya.

Comenzó a llover, nosotros seguíamos besándonos, la gente comenzó a correr, nosotros seguíamos allí, como si nada ocurriese, luego, al separarnos, ambos con la respiración entrecortada, nos miramos como si fuese por primera vez, los dos empapados por la lluvia, y nos empezamos a reír, el me abraza.

-Otra vez la lluvia, creo que bendice nuestras primeras acciones. Vamos al auto, no quiero que te enfermes.