MIEDOS QUE NO EDUQUÉ 2

Adalet y Belén van la empresa Swift, ahí Ady se encuentra con William.

— Buenos días. — Saluda el a ambas.

— Buenos días. — Responde Belén, Adalet no dice nada.

— Qué coincidencia más agradable. — Le dice el con una sonrisa.

— No opino lo mismo. ¿No eres doctor? ¿Por qué estás en esta empresa?

— Mi padre me envió a cerrar un negocio.

— ¿Lo cerraste?

— Si.

— ¿Y por qué sigues aquí? Ya deberías haberte ido.

— Adalet no seas descortés. — Le pide su madre.

— No se preocupe. Estoy acostumbrado. — El no parece enojarse. — ¿Quieres ir a tomar un café conmigo?

— No. — Responde ella y sigue su camino. Belén se despide de William y alcanza a su hija.

— ¿Qué te hizo?¿Por qué eres tan hostil con el?

— Dice que le gustó. Por eso soy hostil.

— Me recuerdas a mi de joven. Creó que no tengo derecho a reclamarte nada. Pero si tengo que advertirte algo.

— ¿Qué cosa?

— Si el sigue siendo amable, tarde o temprano te vas a enamorar de el.

— A veces pienso que ya lo estoy. — Dice ella con algo de frustración.

— ¿Te gusta William?

— ¿Qué? No, me entendiste mal madre. Lo que quiero decir es que...

— ¿Sientes algo especial cuándo lo ves?

— Quizás.

— ¿Te pones nerviosa?

— Un poco.

— ¿Te atrae físicamente?

— Un poco.

— ¿Te gustan sus labios?

— Eso no lo pienso responder. — Belén se ríe de su hija. Adalet sigue hasta la oficina de su padre, lo saluda con un beso y se sienta, Belén entra unos segundos después.

......

Más tarde, Fabiola está en su oficina dando vueltas, pensando en si está haciendo lo correcto. Ama a Liam, pero no de una forma romántica, lo ama cómo amigo, en cambió por Byron siente cosas diferentes, los años no eliminaron los sentimientos por el.

— Soy una cobarde. — Dice ella en voz baja.— No quiero seguir mis sentimientos. Tengo miedo.

— ¿Señorita se encuentra bien? — Entra su asistente, quién ya había tocado la puerta, pero Fabi estaba tan perdida en su mundo que no escuchó.

— Si. Estoy bien. ¿Se te ofrece algo?

— Vine a preguntarle si necesita algo. Estoy por irme.

— Por el momento no. — Fabiola reflexiona. — Creó que si. Estoy leyendo una novela hermosa, pero tengo una opinión dividida acerca del protagonista.

— ¿Qué novela.? — La vida de una mujer indecisa, piensa Fabiola.

— Ahora mismo no recuerdo el título. Pero me gustaría hablar sobre ella con alguien.

— Soy toda oídos. Amo las novelas.

— Genial. Te daré un resumen de los hechos.

— Okay.

Fabiola empieza a contar la historia, desde sus padres hasta la parte donde ella se compromete. La asistente está cada vez más entusiasmada, quiere escuchar el final.

— Es todo lo que he leído.

— Debería terminar el libro antes de contarle la historia a alguien más. — Reclama la asistente, pues estaba muy emocionada con el resumen.

— Lo siento. No he tenido la oportunidad de seguir leyendo.

— Cuándo recuerde el título por favor no se le olvide compartilo conmigo.

— Está bien. ¿Pero tú cómo lectora que querrías que pase en la historia?

— No se. Tal vez me gustaría que Francisca se quede con Lucas.

— ¿Aunque no lo ama? ¿No crees que sería injusto para el?

— No. Lucas le ha demostrado un amor que a cualquiera chica le gustaría tener. La amaba desde pequeña, y la ayudo a salir de su depresión, es un tipo comprensivo. Y Francisca sería muy tonta si no llega a amarlo.

— Tienes razón. Es una tonta. — Dice Fabiola.

— Además Benjamín se portó cómo un idiota. Y si, tuvo sus razones, pero el prometió siempre estar a su lado, y no cumplió su promesa. La abandonó. Merece perderla.

— Bueno, no es cómo si el le estuviera pidiendo una oportunidad. — Pues Byron nunca se lo ha pedido directamente.

— Peor todavía, el está con otra mujer. Y Francisca de tonta lo sigue queriendo.

¿Me llamó tonta? Fabiola se enoja un poco.

— Ya te puedes ir. Gracias por tu crítica.

— Cuándo lo necesité. Y por favor no se le olvide el título.

— Claro. Yo te lo daré en cualquier momento.

— Con permiso.

La asistente sale y en la puerta choca con Liam. Fabiola al verlo se sorprende. Espera que no haya escuchado la conversación.

— Hola amor. — Saluda ella. El entra y la besa. La besa de una manera que nunca antes se atrevió.

— ¿Qué pasa? — Pregunta ella desconcertada.

— Vamos a terminar. — Dice el con tristeza y determinación.

— ¿Espera que? ¿Quieres terminar conmigo?

— Es lo mejor.

— ¿Escuchaste...?

— Todo. Absolutamente todo. Lucas no quiere ser el culpable de tu infelicidad. Ama a Francisca pero ella a él no. Y ninguno será feliz en esa relación.

— Liam yo si te amo. — Le asegura Fabiola.

— No. Tú quieres amarme. Te esfuerzas demasiado. Y estoy arto de ver eso. — Su voz suena desesperada.

— Liam no me haga ésto.

— Tu eres la que lo ha hecho. Hasta ayer pensé que podíamos tener un futuro juntos. Pero acabo de confirmar que no. Le haré un bien a nuestra relación.

— Liam no quiero terminar.

— Pero yo no quiero seguir. Cómo le dijiste a Byron, yo no te doy un amor a medias, y esperaba recibir lo mismo.— Liam sale de la oficina y de la empresa con el corazón roto.

Fabiola no sabe que hacer. Esa sensación de perderlo nuevamente la hace sentir vacía. Ahora necesita a una amiga. Pero no tiene a nadie. Ella al ver que es tarde se va a casa. Su madre nota que algo anda mal. Pregunta y Fabiola le cuenta lo que pasó.

— ¿Estás bien con esta decisión? — Pregunta su madre.

— Claro que no. No quiero terminar con el. — Asegura Fabiola.

— Yo creo que es lo mejor. — Dice Jaqueline.

— ¿Cómo puedes decir eso? — Las palabras de su madre la molestan un poco.

— Tu no amas a Liam, cómo el dijo nunca serán felices en esa relación. Deberías agradecer que fue el quién terminó.

Fabiola no sabe que decir. Tal vez su madre tiene razón. Tal vez Liam tiene razón, pero ella no quería terminar. Sabe que lo va extrañar mucho, su vida sin el no será la misma.