Ahora comenzamos la segunda parte del segundo acto. Esta parte del segundo acto permite al protagonista tomar decisiones y afrontar las consecuencias. En esta parte de la trama juegan un papel importante los fracasos del protagonista y sus aliados.
1. La decisión del protagonista
Tras el enfrentamiento del segundo acto, el protagonista tiene que tomar una decisión. Puede que se aferre a sus defectos de carácter y pierda la oportunidad de superar sus obstáculos, o puede que finalmente se abra a sus aliados.
Consideremos los defectos de carácter como una armadura. Sí, protege al protagonista de afrontar su pasado y su dolor. Sin embargo, también impide que entren cosas buenas y mantiene preso al protagonista. Ahora, consideremos los puntos de inflexión como un grupo, donde el autor (en realidad el personaje antagonista) empuja al protagonista con la armadura. La armadura, que antes parecía proteger, aumenta el peligro de ahogamiento.
Esa es la función de los puntos de la trama: amplificar los aspectos negativos de los defectos de los personajes. La armadura que lleva el protagonista siempre ha sido pesada, pero ahora ese peso podría matarlo.
Al principio, el protagonista intenta encontrar una manera de salvarse, para poder seguir usando la armadura para afrontar los puntos de inflexión. Cuando se da cuenta de que no existe tal posibilidad, comienza a quitarse la armadura de mala gana. Sin embargo, todavía tiene miedo de lo que le espera tras despojarse por completo de la protección, por lo que comienza quitándose la parte más insignificante de la armadura. Mantiene la mayor protección posible para seguir avanzando.
Quizás el protagonista empiece por quitarse las botas protectoras, ya que así aún pueden proteger su corazón. O tal vez se quita los guantes de la armadura y, finalmente, el casco. Pero todavía mantiene la armadura en su pecho, para que su corazón permanezca protegido.
En algún momento, el protagonista se ve obligado a hacer la última promesa para evitar ahogarse. Se deshace de la última pieza de armadura (es decir, su defecto de carácter). Así, puede flotar en la superficie, liberándose del peso. Ahora puede luchar libremente contra el personaje antagonista, incluso si inicialmente fue el antagonista quien lo empujó al agua. (Recuerde que suele ser el antagonista quien crea los puntos de inflexión en la vida del protagonista).
Desde el enfrentamiento entre el protagonista y sus aliados, desde el momento en que comienza a quitarse la armadura, la situación se acelera hacia el enfrentamiento final con el antagonista. El protagonista y sus aliados están unidos ahora. El protagonista está más cerca de superar su defecto de carácter. E incluso cuando el antagonista aumenta las apuestas y aumenta el peligro, el protagonista se vuelve más fuerte.
Aunque al final del segundo acto aún no sabemos si el protagonista ganará, sabemos que al menos tiene posibilidades de ganar, porque ya no está limitado por sus propios fracasos, gracias al esfuerzo de sus aliados.
2. El protagonista y sus aliados luchan juntos contra el antagonista
El protagonista y sus aliados se unen y comienzan a actuar juntos. Estas acciones acercan al protagonista a enfrentarse al antagonista, similar al desafío inicial. Esta se convierte en una oportunidad para que el protagonista reconsidere sus decisiones.
Necesita actuar tanto a nivel físico y objetivo como a nivel subjetivo y personal, preparándose para tomar decisiones diferentes a las tomadas en el pasado. Una solución para nuestro protagonista es acercarse a su aliada (no necesariamente en términos románticos), mostrar más preocupación por ella e incluirla en su círculo de cuidados. Entonces, lo que tenemos es: el protagonista ama y/o respeta más a su aliado, busca el respeto del aliado, se da cuenta de lo que el aliado hizo, pero el protagonista no pudo.
El objetivo es hacer que el protagonista sienta que ganarse el respeto de su aliado es más importante que mantener los defectos de su carácter. O, si se quiere verlo de otra manera: ante el coraje del aliado, el protagonista se siente avergonzado y ya no puede soportar sus defectos de carácter.
3. El protagonista amplía su esfera de atención
A estas alturas, está claro que el protagonista ha vuelto a ampliar su esfera de atención, algo habitual en las narrativas. Esto se debe a que el aliado, al intentar convencer al protagonista de que ayude, le ha mostrado quién está en peligro.
Recuerde, como hemos explicado antes, la esfera del cuidado es quién y qué le importa profundamente al protagonista.
4. El antagonista contraataca al protagonista y sus aliados
En el segundo acto, el antagonista contraataca cada acción del protagonista y sus aliados. Lo que está en juego, el peligro y el conflicto aumentan objetivamente. Pueden manifestarse de diferentes maneras.
Ahora llegamos a la parte que llamo resolución de problemas. La resolución de problemas debe ocurrir cuando el protagonista tiene más que perder y más que ganar. De hecho, el protagonista debe tener la misma cantidad de cosas que tenía al principio, porque, en cierto modo, ha vuelto al punto de partida.
Si algo sale mal, las consecuencias serán mucho más graves que en cualquier otro momento de tu vida. Tiene la oportunidad de reaccionar o responder de la misma manera que solía hacerlo (es decir, manteniendo permanentemente sus defectos de carácter) o actuar de manera diferente, buscando la redención y resolviendo sus defectos de carácter.
5. El antagonista magnifica su amenaza
Así como el protagonista amplía su esfera de atención, el antagonista también amplía su amenaza. Los dos están interconectados. La amenaza del antagonista es esencialmente el alcance de su influencia (o amenaza) sobre los demás.
Por ejemplo, en la película "Golden Girl", la antagonista es Maggie, aunque es una de las mejores personas de la película, además de Frankie. Se opone a que Frankie siga siendo una persona solitaria y temperamental. Al principio, cuando ella golpea el saco de boxeo todo el día sin resultados, simplemente lo molesta. Pero poco a poco su influencia (amenaza) aumenta y la vemos acercándose a Frankie hasta hacerle ceder, abrir su corazón y, finalmente, entrenarla y amarla.
Entonces, ¿por qué es esto una amenaza? Porque es una amenaza, para los defectos del carácter de Frankie, para las defensas que construyó para evitar volver a lastimarse. De repente, el protagonista vuelve al punto de partida. Y al mismo tiempo, la amenaza se intensifica y todo depende de tu capacidad para tomar la decisión correcta.
6. El protagonista rompe sus propios principios
Los protagonistas a menudo traicionan sus propios estándares de comportamiento y moralidad para responder a esta presión y derrotar al antagonista a cualquier precio. En este punto, el protagonista se parece al antagonista, la diferencia es que el protagonista está rompiendo sus propios principios, mientras que el antagonista simplemente actúa de acuerdo con sus principios: acciones similares, principios diferentes. Lo importante es que la "inmoralidad" del protagonista no funciona. Este fracaso parece derrotar superficialmente al protagonista. Si ni siquiera logra romper sus propias reglas para luchar contra el antagonista, el protagonista está verdaderamente derrotado, o al menos parece estarlo.
7. El antagonista actúa y obliga al protagonista a abandonar por completo sus defectos de carácter.
Ahora, el peligro aumenta, ya que el antagonista lleva a cabo una acción que sólo podrá afrontar el protagonista si abandona por completo sus defectos de carácter. Por ejemplo, ¿qué pasa si el antagonista también pone en peligro al aliado? Esto puede ser una exageración, pero es una exageración estimulante.
8. El protagonista se da cuenta del verdadero peligro
Cada acción de la trama hasta ahora nos lleva a este punto: el protagonista tiene que abandonar por completo los defectos de su personaje o destruirse a sí mismo, ya sea física, emocional o ambas. Este es el punto más bajo para el protagonista, el momento de mayor peligro y, en consecuencia, de mayor oportunidad.
9. El Segundo Cambio de Entorno, Desafío, Decisión, Autodefinición y Estado Emocional
En este momento, siguiendo la secuencia, el protagonista vive rápidamente el segundo cambio de ambiente, un nuevo desafío, otra decisión, una segunda autoafirmación y un estado emocional diferente. Finalmente supera sus defectos de carácter y todo lo que lo llevó a actuar y estar en la situación original. Este también marca el último momento en el que el protagonista toma medidas sustitutivas de acciones anteriores.
En este momento, muchos protagonistas revisan su pasado, reviviendo lo doloroso que fue en ese momento y por qué eligieron usar defectos de carácter para protegerse del dolor. Sin embargo, cuando el protagonista necesita encontrar una salida a una situación aparentemente desesperada, surge un desafío. En el escenario original, el protagonista tomó una decisión equivocada que tuvo consecuencias negativas. Necesita encontrar una salida, pero parece tan peligroso como hace años.
La última vez, el protagonista tomó esa decisión y se equivocó. ¿Podrá superar el inevitable entumecimiento que solía abrumarlo? ¿Volverá a tomar la misma decisión? ¿Será esta nueva decisión la correcta? Tu decisión, si es correcta, traerá tu segunda autoafirmación. Esta autoafirmación podría consistir en que es valiente, no cobarde, generoso, no codicioso, dependiendo de cuál deba ser su papel en la historia.
Nunca ha habido una situación en la que se necesitara más coraje para tomar una decisión, sólo porque la última vez que la tomó arruinó su vida.
10. El protagonista amplía su esfera de cuidados por última vez
El protagonista finalmente supera los defectos de su carácter y su entorno, todo lo que provocó sus acciones y la situación inicial. Esta es la última vez que el protagonista amplía su ámbito de atención. Tal vez esté dispuesto a autodestruirse, pero no quiere ver morir a nadie más.
11. El punto sin retorno
A veces, al final de la segunda parte del segundo acto, hay una cosa más importante: un punto de no retorno. Esto es lo que empuja al protagonista a rendirse definitivamente. Si el protagonista logra superar esta prueba final de inseguridad, cruzará el punto de no retorno y entrará directamente en la lucha contra el antagonista.
Tenga en cuenta que a veces el punto de no retorno no es una tentación de rendirse, sino una prueba para ver si el protagonista es capaz de superar sus defectos de carácter. Al protagonista se le ofrece la oportunidad de corromperse, y su rechazo es prueba de su crecimiento.