Una Vida A Los 19 Años.

Una Vida A Los 19 Años.

Día 1

—Sonríe — Ordenó mi papá con una sonrisa de par en par. Sostenía una cámara antigua.

Sonreí, dejé ver mis dientes torcidos. Pero atrás en mi espalda, cruzaba los dedos. «Papá puedes ser tan feliz, como estoy yo». Pensé.

Observé a mi alrededor, puros fantasmas, menos la sombra de papá trayendo un pastel de chocolate. Volví a sonreír.

—Hoy solo había uno. Tuve la suerte de comprarlo antes que la señora Luisa.

—Ja Ja. Papá.

Me lo imaginé corriendo y peleando con Luisa. Su nieta cumplía el mismo día que yo. Y siempre se ganaba el único hecho por las manos del pastelero William, el mejor de la ciudad.

Partimos el pastel y nos lo comimos todo.

Dejamos un plato vacío por recuerdo no aflicción. Mamá había partido hacía 5 años y decidimos hacerle un homenaje dejándole su silla favorita en la mesa y su plato rosado. Era amante del rosa y de Barbie.

—Hoy es tu cumpleaños. Puedes hacer lo que quieras. ¿Pide tu deseo? Hoy seré tu hada madrina — comentó moviendo su tenedor con pastel.

—Dormir.

Quedó con los ojos aburridos.

— No todos los días cumples 19 años.

—Y no hay día que pueda dormir 24 horas. Si pagarán por dormir sería millonaria. — Le aclaré tragándome el último pedazo de pastel.

—19 años y 1 sueño. Vete a la cama entonces. — Se levantó resignado, quitándome el plato.

Puse una mueca de confusión. Deseaba dormir, era mi cumpleaños. No quería ir a una fiesta o ir a un restaurante. Necesitaba mi tiempo, y ese debía matarlo con la cama.

—Antes de convertirte en un oso panda — engrosó su voz levantando su ceja. De la nada mostró una caja de cartón — Te traje un regalo.

Le abrí los ojos acuosos. Rápidamente la abro. Me tapó la boca sorprendida. «Cuánto me conoces papá». Saqué unos audífonos azules y al lado había una reproductora de cassette. Y por último un cassette de mi playlist favorita.

Me abalancé hacia papá y lo llené de muchos besos. Él me sostuvo sin preocuparse de no agarrarme.

—Tony Master —. Lo nombré.

—Voy a cumplir años todos los días y así me regalas más cassettes. Gracias papá. — Le inspiré una gran sonrisa de par en par.

—Richi, los años pueden pasar, hasta la vida puede ser tan corta como una canción que escuchas, pero la música es música para aquel que sepa bailar con ella, inspirarse, deprimirse o reírse locamente. La buena música jamás pasará de moda aunque el volumen esté bajo.

«Siempre con tus consejos».

Salí corriendo hasta mi habitación, subí las escaleras, tropecé mi dedo chiquito. Me quejé. Papá salió corriendo como si me hubiera fracturado la pierna.

—Hasta dormida subes las escaleras. — Refutó con preocupación. Se fue negando.

Le devolví con un ok.

Seguí corriendo hasta lanzarme en la cama, despeiné las sábanas. Agarré mis audífonos nuevos, reproducí mi cassetplaylist. Suspiré observando el techo decorado de naves espaciales, estrellas, planetas y el sol. Una pintura hecha por papá. En las noches, alumbra en la oscuridad y puedo dormir tranquila sin pensar en el monstruo de la ventana desnuda sin cortinas.

Empezó a sonar:

Pues lo que tengo aquí

Es lo que quiero yo

Y mientras exista

Temores no habrá

Y si algún día me alejo

Hay algo que sé

Si, es aquí donde siempre, siempre vendré

(Canción de la película: Spirit)

Cerré los ojos para escuchar la canción completa.

“—Aun cuando coloques la música hasta romper tus pobres oídos, los pensamientos estarán presentes; son más ruidosos.”

Recordé su tono pasivo y elegante. Mamá lo decía varias veces cuando me la pasaba en la habitación encerrada escuchando música. A veces tenía razón. Pensaba tanto de: qué hacer antes de irse o si iba a la iglesia todos los días a rezar, la salvaría; existen los milagros. Si le compraba ropa, aunque le quedara holgada. O en las noches escribírle cuentos cortos, llevarla a la ventana para que se apoyara en mi hombro. Ni si quiera noté cuan delgada, ¿Cuánto pesaba sus huesos? Al menos su corazón seguía bombeando, poco a poco, pero lo intentaba.

—Mamá he tenido noches en vela, coloco mi playlist y logro dormir, y tú eres uno de mis sueños hermosos. Tu muerte ya no es una pesadilla.

“—Eso, duerme.”

—Ya estoy dormida mamá… — le dije somnolienta y dejé que la canción me arrullara.

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Nota:

Díganme ¿si se identifican con el personaje? 🤗

Pronto habrá actualización, espero que les guste mucho y se identifiquen.✏️😯

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