Esa noche Dante llegó muy tarde a casa, camino hasta la habitación de su princesa y pudo ver a un lado de su cama un hermoso florero lleno de rosas, eran los flores favoritas de Aless, así que muy probablemente el que se las había regalado lo sabía.
A la mañana siguiente, Carlo se levantó, hacia tiempo que no se sentía de tan buen humor, se ducho, se vistió y bajo las escaleras para salir a la oficina, pero para su sorpresa su madre se encontraba ahí.
Bianca: Cielo, no me has llamado.
Carlo no quería saber de ella, odia el tipo de mujer que había descubierto en su madre.
Carlo: Tengo mucho trabajo.
Carlo siguió te largo sin saludar a su madre y eso hizo enfadarse demasiado.
Bianca: Que es lo que te sucede.
Carlo: Ahora no me apetece hablar contigo, debo irme.
Bianca: Fue ese imbécil, el te a metido ideas en la cabeza.
Carlo enfureció, su madre toda la vida había intentado manipular su mente y hacerle creer que su padre era un mal hombre, pero después de escuchar la charla de la última vez, sabía el tipo de mujer que era su madre.
Carlo: El no es como siempre me lo hiciste creer.
Bianca: Claro que no, el es mucho peor.
Carlo: Basta, estoy cansado de esto, el es mi padre, te exijo respeto para el.
Bianca se sorprendió por la respuesta de su hijo, el jamás le había levantado la voz y mucho menos le había faltado al respeto, pero desde que ese imbécil había aparecido con su hija, Carlo siempre estaba en su contra, ella tenía que actuar de inmediato antes de perder a su hijo.
Bianca: Bien, solo te aviso que me voy del país, estaré en Europa por casi un año, así que no te veré.
Carlo sabía que la decisión de su madre, tenía que ver con la respuesta que el le había dado hace un momento, pero el lo respetaría, quizá ese viaje le serviría para aclarar sus pensamientos y aceptar que Carlo jamás se alejaría de su padre. El se acercó y le beso la mejilla.
Carlo: Que tengas un buen viaje.
Carlo salió de la casa y subió a su auto, Bianca se quedó adentro, está muy enojada, tanto que se quemaba por dentro.
Mientras tanto Alessandra se levantó muy contenta ese día, ella había desayunado con su amiga Glendy, después hizo un poco de ejercicio y tomo sus clases, al terminar tomo una ducha y se acostó en su cama a pesar muchas cosas. Lo primero que le pasó por la mente era Carlo, ella se preguntaba si quizá el pensaba en ella, tan siquiera una vez al día. Estaba extrañamente interesada por el, jamás había sentido eso, el era tal vez mucho para ella, por dios, el era el famoso Carlo Russo, jamás lo habían visto con cualquier mujer, y si ella se ponía a pensar, ella jamás había sido una persona importante en los medios, ella solo era la misteriosa hija adoptada por Dante Russo, y si Dante no lo hubiera adoptado tal vez ella no sería nada en ningún lado, como Carlo podría fijarse en algo así? El todos los días veía a mujeres hermosas y exitosas, era obvio que ella no era nada de eso, aún le faltaban unos cuantos meses para graduarse y lo único que sentía de bueno era su carisma y su forma de ser, por qué su cuerpo no era la mejor parte de ella, ella solo tenía unos abultados cenos y un gran trasero, pero eso era vulgar para la sociedad, pues las chicas adecuadas eran las que tenían las proporciones "perfectas", como ellos le decían. La única persona que confiaba en ella y en su belleza era su padre, a ella le había tomado unos cuantos años aceptarse tal cual, y saberse valorar, pero no estaba segura que alguien más aparte de ella y su padre lo hicieran.
Mientras tanto Carlo Russo estaba sentado en su oficina con el celular en la mano, lo tenía desbloqueado en el contacto de Alessandra, el aún no estaba decidido si llamarle, se vería muy obvio su interés hacia ella?, el moría por verla de nuevo, pero sabía que tal vez no estaba bien, ella era la hija de su padre, su hermanastra, el jamás había sentido un interés similar hacia otra persona, su madre se había encargado de que el solo se preocupara por el negocio de la familia, ella siempre deseo mucho éxito, y Carlo estaba dispuesto a dárselo, después de todo ella era su madre y había buscado la manera de criarlo. Después de unos cuantos minutos de pensarlo el decidió no hacerlo, en medio de su frustración aventó en teléfono que estaba a lado de su escritorio y sin darse cuenta el número se marcó.
Alessandra estaba hundida en sus pensamientos cuando el teléfono sonó, ella vio el identificador y noto que se trataba de el, era mucha casualidad o tal vez era el destino?. Ella de inmediato tomo la llamada.
Alessandra: Hola.
Ella repitió la palabra unas cuantas veces pero al otro lado de la línea no hubo respuesta, se preocupo demasiado, tal vez le había sucedido algo, así que decidió colgar la llamada y marcarle de nuevo.
Carlo se cubrió la cara con las manos, en ese momento su teléfono sonó, el maldijo con todas sus fuerzas que lo molestarán, pero decidió ver de quién se trataba. Al tomar el celular pudo ver qué se trataba de Alessandra, tal vez era casualidad o se trataba de el destino?.
Carlo: Russo.
Alessandra: Hola.
Dijo Aless muy tímidamente.
Carlo: Ha sucedido algo?.
Alessandra: Lo mismo quería saber, recibí tu llamada.
Carlo se sorprendió, pero si el no le había marcado.
Carlo: Mi llamada?.
Alessandra: Si hace un momento.
El supuso que había un error.
Carlo: Yo no te e llamado.
Alessandra: Claro que sí, puedes checarlo en tu registro.
Carlo, lo hizo reviso y se dió cuenta de que era verdad, tal vez se había marcado por error. Mientras tanto Aless pensaba que había sido una especie de mala broma de parte de el.
Alessandra: Y bien?.
Carlo: Tienes razón, se ha marcado, pero ha Sido un error.
Alessandra giro los ojos ante esa respuesta.
Alessandra: Que casualidad, el Señor Russo tiene 1000les de contactos, pero a marcado accidentalmente al mío.
Carlo sabía que si había tenido la intención de marcarle, pero esa llamada en verdad había sido un accidente.
Carlo: Bien, si no quieres creerme no lo hagas.
Carlo quería invitarla a salir, pero nada le salía de su boca, más que su indiferencia.
Alessandra: Bien, entonces Adiós.
Aless estaba apunto de colgar la llamada, pero Carlo decidió actuar.
Carlo: Quisieras salir a cenar algo?.
Aless sonrió desde el otro lado de el teléfono, sabía que esa llamada no había sido casualidad.
Alessandra: Bien, te espero en la noche.
Carlo: Que te gustaría comer.
Alessandra: La verdad es que prefiero que me sorprendas.
Carlo no era nada bueno para sorprender, pero esa noche se esforzaría demasiado.
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Comments
Irma Rocha Cruz
jajajaja...me encanta...me fascina 😍... cuando uno escupe al cielo y en la cara te cae... jajajaja.....
2024-06-30
3
Irma Rocha Cruz
de opiniones a opiniones.... tema escabroso.... pero salimos ganando las que tenemos de donde agarrar...le pese a quien le pese... jajajaja......
2024-06-30
1
Irma Rocha Cruz
su veneno le corroe las entrañas......
2024-06-30
0