La trágica Cena.

Al llegar pudo ver a la pequeña Aless parada en la entrada de la mansión con el celular en la mano, su hermoso vestido negro la hacia lucir muy bella, tenía sus hermosos cabellos rubios callendo le por la cara. El bajo de el auto, camino hacia su dirección. La despistada Aless aún no había notado que el estaba en frente de ella, al levantar la cara y fijar su vista en el, solo sonrió.

Carlo: Luces muy bella.

Ella camino un poco para adelante, hizo puntillas con los pies y le dió un beso en la mejilla.

Alessandra: Tu eres de verdad muy guapo.

Carlo dió una pequeña sonrisa de lado, saco de su bolsa un chocolate venus muy fino y se lo entrego a Aless.

Carlo: Lo traje para ti.

Aless lo reconocía, su padre le llevaba uno cada que regresaba de un viaje, ella estaba encantada con el detalle de Carlo.

Aless: Gracias en verdad.

Carlo pudo notar el sonrojo de Aless, eso a él le fascino. Carlo le ofreció su brazo y la acompaño hasta el lado del copiloto, le abrió la puerta de el auto y le puso el cinturón.

Aless estaba en verdad muy sorprendida, quien pensaría que el Magnate Carlo, serio y de pocas palabras, podía ser tan detallista y caballeroso?.

Carlo subió al auto y manejo hasta un hermoso restaurante Italiano "Cáceres".

El ayudo a bajar a Aless y la llevo de el brazo hasta la recepción del restaurante.

????: Nombre de la reservación.

Carlo: Carlo Russo.

La empleada de inmediato lo dejo acceder, para Aless era muy evidente que el frecuentaba demasiado ese lugar, pues la empleada al escuchar su nombre lo había dejado entrar de inmediato.

Un mesero les asignó una mesa, Carlo la ayudo a sentarse y encargó una copa de vino.

Carlo: Te ha gustado el lugar?.

Alessandra: Es muy hermoso, lo frecuentas seguido?.

Carlo: Acostumbro comer en los mejores lugares y este es mi favorito.

Alessandra se dió cuenta que la vida que le habían dado a Carlo, era muy diferente a la de ella. Ella amaba la comida de casa y comer en el jardín, el estaba acostumbrado a los medios y a los mejores restaurantes.

Alessandra: Ya veo, al parecer es un lugar muy elegante.

Carlo: Temía que papá ya te hubiese traído.

Alessandra: Y eso por qué?.

Carlo: Por que entonces arruinaría mi sorpresa, ya que tu me pediste que fuese el mejor lugar, y para mí este lo es.

Alessandra: De acuerdo, pero hablemos de algo diferente.

Carlo: Quiero saber de ti.

Alessandra: Mi vida es muy común. Tomo clases en casa, se tocar el piano, tomo clases de polldance y me encanta comprar.

Carlo: Por que en casa?.

Alessandra: no era facil asistir a una escuela en donde todos se burlaban de mí.

Carlo: Y por qué se burlaban?.

Alessandra: Era muy gordita y chiquita, eso les causaba diversión y a mí mucha tristeza.

Carlo: Bromeas? eres perfecta.

Aless se sintió muy feliz eso le causó demasiada felicidad. Carlo pensaba que era perfecta.

El resto de la noche Aless no hizo silencio ni un segundo, a Carlo le fascinaba escucharla, era muy fácil entenderla y tenía unos ojos muy hermosos, después de cenar Carlo la invitó al mirador y ella acepto muy gustosa, el la subió al auto y la llevo hasta su lugar favorito en el mundo.

Alessandra: Es muuuy....

Carlo: Si es hermoso.

Desde el lugar se podían ver todas las estrellas que llenaban el hermoso Cielo, Carlo la ayudo a sentarse en el césped, ella abrió el chocolate que el le había regalado y lo rompió en dos pedazos, se acercó hacia el y le puso un pedazo pegado a los labios, el los abrió y probó el exquisito chocolate, nunca hubiera aceptado que alguien le acercara algo a los labios, pero Aless le causaba tanta confianza que no le molestó en lo absoluto.

Alessandra: Gracias por esta linda noche, y por traerme a este lugar tan hermoso.

Aless miraba el cielo con tanto amor y el la miraba a ella ahí sentada, le parecía muy linda y parecía aún una pequeña jovencita.

Carlo: Este lugar era solo mío, pero ahora te lo e confiado a ti.

Alessandra: De que hablas?.

Carlo: Cuando cumplí 18 años, me volví tan distante y siempre quería estar solo, entonces mi padre me mandó a construir este mirador, así cuando quisiera pensar podría venir a ver las estrellas.

Alessandra: Dante siempre es tan bueno.

Carlo: Si, gracias a él soy la persona que soy, el arriesgo mucho por mi y por mi educación.

Alessandra: Jamás olvidaré que entre tantos niños perfectos, el me eligió a mi.

Ellos se quedaron en silencio un buen rato mirando las estrellas, entonces a Aless se le ocurrió preguntar algo.

Alessandra: Si te pregunto algo lo responderias?.

Carlo era fan de la sinceridad, el siempre había odiado a los mentiras, así que lo que fuese el no dudaría en responderlo.

Carlo: Por su puesto que si.

Alessandra: Recuerdas el día de mí cena de cumpleaños.

Alessandra: Recuerdas el día de mí cena de cumpleaños?.

Carlo: Claro, fue el día que nos conocimos.

Alessandra: Ese día te fuiste sin despedir, por qué lo hiciste?.

Carlo sabía que muy probablemente su respuesta sería causante de un gran enojo en Aless, pero el no le mentiría en nada.

Carlo: Mi madre, ella me había dicho que en verdad tu no eras la hija si no la amante de mi padre, yo no lo crei al principio, pero cuando me dijiste que mi padre te había regalado un auto, entonces yo pensé que mi madre tenía razón y tu solo lo querías por su dinero.

Aless se puso de pie inmediatamente después de escuchar esas palabras, su cara de enojo era imposible de ocultar.

Alessandra: Y tu madre quien se cree para juzgarme, si yo sé perfectamente lo que le hizo a mi padre.

Carlo se puso de pie e intento calmarla.

Carlo: Espera.

Alessandra: Y tu eres igual o mucho más imbécil que ella, yo jamás me aprovecharía de Dante, el es mi padre aunque tu madre y tu no lo quieran.

Aless empezó a caminar de inmediato hasta la carretera, Carlo camino lo más rápido que pudo de tras de ella.

Carlo: Espera, yo te llevaré.

Aless detuvo un taxi y se subió y le gritó desde adentro.

Alessandra: Olvídalo, no necesito nada de ustedes.

El taxi arranco y Carlo se quedó de pie en la carretera, aún no sabía cómo reaccionar, estaba muy enojado de que se fuera sola, pero igual sabía que tenía razón, tal vez el fue un estúpido en confiar en lo que su madre decía, tal vez lo mejor era alejarse de ella y no causarle algún daño.

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