Olvidar no fue mi elección. ¿Cuánto tiempo me queda de esta vida? Todos tenemos la vida contada. ¿Y si no despertaba nunca más? ¿Y si aquel día mi vida acababa? No encuentro palabra alguna para describir lo que siento. Mi mente, la parte cuerda en mí, quiere aferrarse a lo que conoce, pero mi corazón me dice otra cosa. Mirando al hombre frente a mí, mi mente se ha convertido en un caos.
—Ayúdame a recordar.
Narra Christian
Cada minuto se ha vuelto una pesadilla. Ella ha abierto los ojos, pero no son los que me miraron con amor; no son los que alguna vez me expresaron cariño, y eso me duele más de lo que jamás imaginé. Sin embargo, ahora que ha despertado, hay esperanza. Lo sé. En lo más profundo de mí, lo siento, como una llama pequeña pero firme resistiendo la tormenta. Su silencio me mata; ella está atrapada en sus pensamientos y no sé cómo debería reaccionar. No sé si abrazarla, llorar o simplemente quedarme quieto, rogando que vuelva a mí.
Escucho su voz, apenas un murmullo. Alzo la mirada, encontrándome con la suya. Y por un segundo, solo un segundo, algo en su mirada me es familiar.
—Ayúdame a recordar.
Mi pecho se oprime. Ella está dispuesta a darme una oportunidad. Sacudo la cabeza, tratando de entender si lo que escuché es real. ¿Fue mi mente jugándome una ilusión? No. Lo repitió. Está dispuesta a darme una oportunidad, está dispuesta a darnos una oportunidad. Y eso... eso lo es todo.
—Juntos lograremos superar este obstáculo, es una promesa.
Respondo con la voz entrecortada, después de unos largos minutos de lucha interna, mientras tomo su mano con suavidad, temiendo que se desvanezca si aprieto demasiado.
—¿Cómo acabé en este lugar?
—No te preocupes por eso aún. Recupérate. A su debido tiempo te contaré.
Ella me mira con desconfianza. Lo noto en su ceño, en la forma en que sus labios se fruncen apenas. Pero no puedo decirle toda la verdad ahora. No mientras su cuerpo y su mente aún batallan por encontrarse. Tengo que esperar... aunque cada segundo sea un castigo.
—Escucha, Abigail. Tu padre y tu hermano están afuera. Han estado muy preocupados por ti, pero no han entrado para darnos espacio. Me retiraré para dejarte hablar a solas con ellos.
—¿Mi padre está afuera? Hazlo pasar, por favor.
La noto emocionada. Sus ojos brillan por primera vez desde que abrió los párpados. Me acerco y beso su frente, suave, como si ese gesto pudiera despertar algo dormido en su memoria. Luego salgo de la habitación con el corazón en un hilo.
No tengo que buscarlos. Ambos están ahí, en el pasillo, quietos. Tan distintos en su manera de manejar el dolor, pero iguales en su amor por ella.
—¿Cómo está ella?
—Está bien... Le duele el cuerpo por el tiempo que ha estado acostada.
—El doctor dijo que no te recuerda.
—No. No lo hace. Aún no sabemos cuánto ha dejado atrás, pero sin duda a ustedes los reconoce. Está esperando verlos.
Su hermano es el primero en avanzar, casi corriendo. El padre de Abigail se queda atrás. Por un momento me quedo en silencio esperando que diga algo, que me mire... pero no lo hace.
—Ella te recordará, muchacho. Si su destino es estar juntos, no habrá fuerza en este universo que logre separarlos. Ten paciencia. Mi hija te ama, y lo que se lleva grabado en el corazón, la mente nunca lo borrará.
Miro su espalda alejarse, perdiéndose entre los muros de aquel hospital. Y me quedo solo... otra vez. Solo con mis pensamientos, solo con el eco de su voz, y la ausencia de su amor. Esta soledad se ha vuelto mi sombra desde aquel trágico día.
Recargo mi espalda contra la pared, agotado, vencido emocionalmente, pero aún aferrado a esa promesa: ella me recordará.
Camila Abigail... mi querida Abigail... aún no recuerda, y eso me rompe. Pero tendré paciencia. Por ti. Por nosotros. Porque aunque el olvido se haya llevado nuestros recuerdos, yo sigo aquí, sosteniéndolos por los dos.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 44 Episodes
Comments