Narra Abigail
Mi prometido y el doctor entran a la habitación donde me encuentro. Quiero quejarme del dolor que siento, pero, como siempre, me lo guardo para mí misma.
—Me comentó su prometido que siente molestias en el cuerpo —dice el médico—. Eso proviene del tiempo que usted ha estado en coma, así como de las diversas fracturas que sufrió a raíz de lo que le sucedió. No puedo recetar medicamentos al azar, ya que aún no sabemos qué riesgos podrían surgir tras despertar cinco años después de haber entrado en coma.
—Entiendo. Puede retirarse —respondo, ocultando mi incomodidad.
El doctor sale, pero mis molestias no disminuyen. Me duele demasiado el cuerpo... y ni hablar del cuello. Miro a mi prometido, que me observa fijamente, como si tratara de ver a través de mí. Puedo sentir su mirada.
—¿Cuál es tu nombre?
La pregunta lo toma por sorpresa. Puedo notarlo en su expresión, pero necesito saberlo.
—Christian. Mi nombre es Christian.
—Mmm...
Christian. Es un bonito nombre, y combina con él... aunque eso no es algo que vaya a admitir en voz alta. Para no pensar tanto en el dolor, trato de concentrarme en otra cosa. Y ahora mismo, tan importante como mi salud, es recuperar mis recuerdos de casi una década perdida.
—Dijiste que eras mi prometido... ¿Cómo me enamoré de ti?
—Nos conocimos de una manera muy peculiar —responde, con una leve sonrisa que parece traerle recuerdos—. En un crucero, a decir verdad.
—¿Un crucero? Cuéntame más.
—Ese día se inaguraba una nueva ruta en un crucero muy lujoso. Mi sobrina quería conocer el mar, así que la llevé. Tú ibas en ese mismo crucero. Mi sobrina chocó con un mesero, y él derramó una copa de vino sobre ti. Recuerdo que ese día llevabas un traje a medida... te veías increíble.
El pantalón resaltaba tus curvas, así como tus otros atributos. Vestías del mismo color que tus ojos, y estos parecían contener el océano mismo.
—Creí que te enojarías. Te veías como la típica chica fresa que tiene la vida resuelta, de esas de las que cualquier hombre preferiría alejarse. Pero me demostraste que no eras así.
Resolviste el problema con una calma que me sorprendió. A partir de ahí, empezamos a coincidir varias veces. Y aunque el crucero era enorme, nos encontramos muchas veces. Llegamos a pensar que era el destino.
Durante ese viaje tuvimos varios encuentros, y mi sobrina quedó encantada contigo desde el primer día. Cuando bajamos del crucero, me insistió en buscarte. No se detuvo hasta que logramos reencontrarnos.
Ella fue una de las personas a las que más agradezco que, antes de que todo sucediera... me ayudó a poner un anillo de compromiso en tu mano.
Cuando terminó de hablar, lo miré con una expresión que no pude ocultar. ¿En un crucero...? Sonaba a una historia de película, algo exagerada, incluso ridícula... pero a la vez era bonita. De esas historias que te hacen querer seguir escuchando.
¿Así nos conocimos...?
Él hablaba con un brillo en los ojos, su rostro reflejaba felicidad. En su mirada no vi mentira, solo añoranza... y otro sentimiento que no logré descifrar.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 44 Episodes
Comments