El nuevo hogar

Llegamos a casa de mi hermano, no es muy grande, pero es más que suficiente, tal vez podría olvidar. Entramos y Bruno me dijo donde seria mi habitación

—¿Te gusta Ale?

—Claro que si, es fabuloso —le dije con emoción—. Es más que perfecto.

—No tardarás en acostumbrarte ya verás.

—Lo mismo digo, hasta me queda mas cerca la escuela no tendré que usar el autobús.

—Bien te ayudaremos a acomodar tus cosas

—¿Cuáles cosas? ¿Mí mochila? A propósito, no echo tarea ¿Se mojó la mochila?

—No, tranquilo esta totalmente seca.

—Qué bueno ¿Pero de qué cosas hablas?

—De estas, cuñado —dijo Marla con algunas maletas—. Todo esto era de mi hermano, pero ahora es todo tuyo.

—¿Pero no hay problema con que yo la tenga?

—Para nada, dudo que aún le quede.

—Bueno genial, muchas gracias ¿Cómo podré pagarte?

—¿Pagar? Solo disfrútala Alejandro.

Luego de "instalarme" comí algo con ellos dos, todavía me sentía mal, pero estoy tratando de sonreír

—¿Quieres salir a algún lado Ale? —me preguntó Bruno–. Quizá te reales un poco

—No, prefiero dormir, fue una noche difícil —le respondí sin mucho ánimo—. Dormí en casa de... Un amigo, fueron muy buenos conmigo, pero prefiero casi no dormí por la incomodidad.

—Entiendo, descansa entonces, pero has la tarea primero,

—Ya me estoy sintiendo como en casa.

—Ja, ja, esa es la actitud.

Recorde a Sebastian, ¿Habrá entregado la carta? Espero verlo mañana, quiero hablar con él, creó que me gusta, ¡Ay que cosas digo! ¿Será que le gustan los hombres? Usualmente me enamoro de la persona equivocada.

Luego de pensar como una hora en él, me acosté a dormir, o bueno esa es la intención, realmente no podía dormir seguía pensando en el cerdo de Fernando, ¿Qué pasará si lo veo mañana? A quien le importa, mañana todo sera mejor, empezare de nuevo.

A la mañana siguiente, desperté buscando el móvil.

—¡Rayos! Ya no tengo teléfono

En eso Marla toco la puerta.

—Ale ¿Ya estas despierto? llegarás tarde a clases.

—Sí, ya voy para allá

Sali y tomé mi mochila, salí con demasiada prisa qué casi caigo por las escaleras.

—¿No desayunas algo cuñado?

—No muchas gracias, así estoy bien.

—De acuerdo, hoy iré con mis papás —me dijo Marla—. ¿Quieres que te espere para ir juntos?

—Muchas gracias cuñada, pero prefiero quedarme por ahora.

—Esta bien, Bruno regresa como a las cuatro del trabajo, tal ves llegue antes que yo.

—Genial, te veo después Marla

—Qué te vaya bien.

Soy muy afortunado de tener a una chica como Marla en casa, si fuera cualquier otra persona no me habría querido con ellos o ¿si?

Ya en la escuela...

Entré al salon y Alice estaba sentada al lado de mi lugar.

—Hola Alejandro ¿Cómo estás?

—Hola Alice, estoy bien ¿Y tú que tal?

—Bueno estaba preocupada, he estado llamándote, pero nunca respondiste.

—Lo siento, es que mi celular se mojó y ya no funciona, siento preocuparte.

—No, esta bien, y ¿Como te fue hablando con tus papás?

—Fue un desastre Alice.

—Lo siento ¿Quieres hablar conmigo de eso?

—Claro ¿Puede ser en el receso?

—Sí por supuesto.

Alice se fue a su lugar cuando entró el profesor, y detrás de él entró Fernando, me miro a los ojos y me lanzo un beso a escondidas, yo le mostré el dedo medio...

—Buen dia jóvenes, antes de empezar tengo que darles un aviso de parte del director, el pago de los maestros se ha retrasado casi un mes, así que no habrá clase la semana siguiente hasta que se deposite el pago.

—Pues claro —dijo alguien en tono burlón—. Los maestros no pueden trabajar gratis.

—Exactamente, Miguel.

El resto de la clase fue irrelevante, nos pasamos casi una hora hablando de la vida del profesor, ¿Alguna vez les ha pasado algo así?

Llegó la hora del receso y estaba impaciente por ir a buscar a Sebastián.

—Oye Alejandro tengo que ir al baño —me dijo Alice—. Te veo afuera.

Ella se fue corriendo. Je, je, me hizo algo de gracia verla correr,.

—Hola Alejandro —Se me acercó Rafael, el gran bully de mi salón—. Me dijeron algo... Fer me contó.

—¿De qué se trata?

Como si no lo supiera...

—Qué... bueno te gustan los hombres —. Me dijo un poco inquieto—. ¿Es eso cierto?

—Bueno si, ¿Quieres algo?

—Nada de ti maricón, deberían prohibirte la entrada

—¿Qué es lo que quieres? —le pregunté algo fastidiado—. ¿Por qué te importa eso?

—¿Qué haces hablando con jotos, Rafa? —le pregunto Fernando acercándose a él—. No te me acerques ni a mí ni Alice

—¿O qué harás ? Maldito cerdo

—¡Cállate! —me gritó—. Más vale que me respetes mocoso marica.

—¿Qué demonios ocurre aquí? —preguntó Rafa muy confundido.

—Que te explique tu amigo, yo me largo

Sin más salida del salon para buscar a Alice. Eso me resultó demasiado horrible no quería volver a verlo y ahora viene y se hace el homofobico ¿Qué debo hacer?

Mientras pensaba en ese feo momento pude ver a Alice, que me hacía señas para ir con ella.

—Acaba de pasar algo raro Alice, creo que le gusto al bully de la clase.

—Ja, ja, pero que asco —dijo Alice con una risita burlona—. Eso es un poco desagradable, quizá si no comiera tanta basura sería menos sudoroso y podría gustar.

—Ja, ja, ya no quiero hablar de eso.

—Lo siento Alex mejor dime ¿A quien buscas? miras a todos lados

—A un amigo que quiero presentarte, pero no se si vino el día de hoy,

—Espero verlo pronto ¿Es guapo?

—¿Cómo dices? —le pregunté avergonzado.

—pregunto si es guapo, él te gusta ¿Ome equívoco?

—Bueno sí, tienes razón, pero no se si le gustan los chicos o las chicas

—Lo sabremos pronto.

—¿Por qué lo dices?

—Ese chico viene para acá con una bonita sonrisa ¿Es él al que buscas? Ciertamente es muy lindo ¿No crees?

¡POR SUPUESTO QUE SÍ!

—Hola Alejandro ¿Cómo estás? —preguntó Sebastián saludando con su mano—. Es bueno verte ¿Quien es tu amiga?

—Ella es mi mejor amiga Alicia, Alice él es Sebastián mi nuevo amigo.

Los dejé un momento solos para poder ir al baño, mientras me alejaba podía oír como Alice interrogaba a Sebastián. Le preguntaba desde cuando era mi amigo y bueno, él respondió con las verdad. Fue desde ayer.

Saliendo del baño, Fernando llegó y me empujo de nuevo al baño

—¡Oye ¿Qué te pasa? —Intentó besarme—. Aléjate de mí.

—Vamos Ale, sabes que te amo

—¡Cállate! ¿Cómo dices eso luego de lo que me hiciste?

—Perdón, deberás lo lamento mi niño eso que es algo que aún no entiendo y yo... no sabía como acercarme a ti

—¡No me jodas Fernando! Yo te quería, estaba enamorado de ti

—Aún puedes estarlo, no tienes más que pedirlo.

—No seas cínico por favor, solo no te me acerques más.

—Ale" mi niño, por favor perdóname, podemos arreglar esto. —Comencé a llorar—. Solo deja que me vaya Fernando.

—No quiero verte llorar, solo callate. —Me sujetó del brazo—. ¡Sabes que lo quieres joto! si no cooperas haré que...

—¿Harás qué hombrecillo? —dijo Rafa dijo entrado al baño también— ¡Déjalo en paz! O te haré añicos pequeño payaso.

Rafa es un tipo no mas alto que yo, pero es muy fuerte y difícil de derribar, asi que el imbécil de Fernando jamas se metería con él. Fernando me soltó y salió del baño

—Muchas gracias Rafa fuiste muy valiente, pero no tenías que hacer esto por mí.

—De nada, y eh... lo siento por lo que dije en la mañana, es que sigo sin contarle a nadie, y ya sabes,

—No hay problema, sé que es muy difícil.

—Sabés que me gustas ¿Verdad? Creo que eres un niño muy bonito. —me dijo con una sonrisa apenada—. Descuida sé que no podemos ser nada, pero te tengo una propuesta.

—¿Qué propuesta Rafa?

—Te protegeré de todo aquel que te moleste —me dijo con seguridad—. Si algo pasa, no tienes que hacer nada más que decirme.

—Muchas gracias Rafa, pero no tienes que hacerlo, me puedo cuidar sólo.

Tan bien que me violan

—Sí, pensé que dirías eso, pero lo haré de todas formas.

—je, je, je muchas gracias, lo apreció mucho

—De nada ahora vete, tus amigos deben estar esperando

—Sí es verdad ¿Quieres venir conmigo?

 —No gracias compañero, iré con mis propios amigos

¿Será que dice la verdad? Me agrada que seamos amigos ahora, pero me incomoda por todas las cosas que me ha dicho.

Ya en el patio busqué a los chicos, hasta que los vi sentados en una mesa. Caminé hacía la mesa, pero ahora estaba otra chica sentada con Alice y Sebastián.

—Hola Alejandro —me dijo Sebastián—. siéntate mira, te presento a Zafiro, mi novia.

Bueno, debí imaginarlo...

—Mucho gusto Zafiro

—Lo mismo digo Alejandro

—¿Todo bien nuevo amigo? —me preguntó Sebastián—. Lo digo. por tus ojos, creo que están un poco llorosos

—Oh ... es que fue... un momento difícil

—¿Quieres hablar de eso Alejandro? Puedes confiar en nosotros.

—Tú... leíste la carta ¿Verdad Seb?

—Bueno luego de ver la sangre, no pude evitar preocuparme.

—Supongo que si es bastante obvio

—¡Sangre! ¿De qué habla Alejandro? —me preguntó Alice muy alarmada—. Luego te cuento Alice, ahora no quiero hablar de eso.

Me sentía extraño ahora, Sebastián no entregó mi ridícula carta suicida y ahora tiene sospechas, nadie debe saber lo que pasó.

Mientras vagaba en mis pensamientos, Zafiro trató de ser amable conmigo así que comenzamos a hablar:

—Pero háblame de ti Alejandro pareces buen chico.

—Bueno, realmente no tengo nada interesante qué contar, solo que mis padres me odian.

—ja, ja qué gracioso eres Alejandro.

—¿Te parece gracioso? No estoy bromeando.

Acababa de crear un silencio más que incómodo, Zafiro se quedó callada y Alice y Seb tenían una expresión de incómodas, quizá no debí ser tan grosero. Es eso el timbre salvó el momento, y lo peor es que...

¡Yo no pude almorzar!

Ya en las clases, Fernando no dejaba de mirarme, yo tampoco a él, así que estamos a mano, en cuanto a Rafa se notó el cambio tan drástico en él, ya no era el escandaloso del salón.

El resto de la clase de biología fue bastante común, pero aprendí un par de cosas que me gustaron, por ejemplo que las personas con sangre tipo O son donantes universales, aunque todo mundo sabe eso ¿No?

Me gusta la Anatomía y la Biología, la verdad es que me gustaría ser doctor, es una de mis metas. Quizá en un futuro no muy lejano pueda ser un médico cálido, y no como uno de esos que solo escupen las palabras fríamente y te hacen sentir peor de mi qué ya estas.

Luego de que acabaron las clases, tenía mucha hambre... Salí con Alice y fuera Sebastian nos estaba esperando

—Hola de nuevo chicos, ¿Qué tal las clases?

—Hola Seb —le respondí—. Bastante normal

—Genial, quería hablar contigo Alejandro

Mientras Seb me preguntába, Alice se despidió y subió al autobús para irse a casa. Yo tendría que caminar y Seb me estaba acompañando.

—¿No tomarías el autobús también Sebastián?

—Hoy tengo ganas de caminar, además vivimos cerca así que te puedo acompañar

—Muy bien, pero ahora vivo en otro lugar, a unas tres calles de aquí —le dije—. ¿Quisieras ir Seb?

—Claro, si no hay problema con tu familia

—No pasa nada descuida ¿Pero no te quedará muy lejos tu casa?

—Como te decía antes, me gusta caminar.

Estuvimos caminando y no decía la gran cosa yo tampoco soy muy bueno es esto de los silencios incómodos. Cuando llegamos entramos a la casa y Marla no había regresado todavía, había una nota para avisarme a que hora regresa

—Tu casa es muy bonita, Alejandro.

—gracias, pero de hecho es de mi hermano.

—¿Es él tu hermano? —me preguntó apuntando a una foto de Bruno con Marla—. No se parecen muchas

—Sí es él y ella es Marla su novia —le dije con admiracion—. Algún día me gustaría ser una gran persona como él

—¿No lo eres ahora? ¿Piensas que eres mala persona o algo así?

—No, me refiero a que él es mi ejemplo a segur.

—¿Donde duermes Alejandro?

¿POR QUÉ ME PREGUNTA ESO?

—Aquí, esta es mi habitación, pasa.

—Muchas gracias Ale, ¡wow! Creí que serías más desordenado

—Ja, ja, ¿Por qué?

—Bueno es que quiero conocerte, apenas hablamos en casa de mis abuelos, y ahora que estas más tranquilo quiero hablar

—No lo tomes a mal, pero ¿Por qué te importo?

—Con el asunto de la sangre en el baño y la carta que escribiste... Me preocupa que puedas hacerte daño, y si algo te pasa me sentiría mal por no evitarlo.

—Gracias, Sebastian, no sabes lo mucho que significa para mi

—Por nada y bueno ¿Qué te paso? ¿Por que llorabas fuera de tu casa?

—Bueno...

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