Aún era temprano, faltaba alrededor de 3 horas para que comenzara a oscurecer, ya que era así Ariadna se conformó con solo la información obtenida en el mercado de las mujeres, y los comerciantes, también aprovechando que estaba rondando por hay y para no parecer tan sospechosa compraba todo lo que creía que le podría gustar a su hermano y a Wyatt. Ariadna regreso a la posada como salió, trasportandose, cuando Wyatt sintió la presencia de la chica levanto la vista pero al ver que no traía nada interesante se volvió a echar en la cama, Henry estaba jugando en una mesa.
—Que decepcionado Wyatt, ¿acaso esperabas algo o ha alguien en especial?
—Si esperaba un gran monstruo devorador de niños, quizás así podía librarme de ti.
—¡Oh! Si es así entonces no querrás nada de estos niños ¿verdad? -dijo sacando sus compras- y yo que te había traído un rico cordero dulce... -seco una lágrima inexistente- bueno será solo para Henry y para mi.
—No te pases he, sabes cuanto me gusta la comida así dame mi parte -dijo levantándose y acercándose a ella, en el fondo se escuchó la risa de Henry acercándose también a donde su hermana y abrazando la.
—Bueno, solo porque necesito que cuides a Henry toda la noche.
—¿Saldrás Ary?
—Si pequeño, debo ir a un lugar donde tu no puedes entrar...
—No es peligroso ¿verdad?
—¿Crees que tu hermana puede pasar peligro? ¡Esta niña es una amenaza para la humanidad! -grito Wyatt.
—Oye, una amenaza en si también no, se supone que tu eres la amenaza aquí, haber sal a la calle con tu verdadera forma haber quien es la amenaza...
—Ya entendí señorita Rosenzweig.
—¡Wyatt! Agradece que no hay nadie sino ¡imagínate que pasaría si alguien sabe mis apellidos! ¿Por qué crees que mis padres nos prohibieron decirlo?¿Solo porque se les antojó?
—Ya, ya, Ariadna, no lo volveré a hacer... se que debieron tener sus razones...
—Otra vez se han olvidado de mi -se quejó Henry con los brazos cruzados- ¿podemos comer? ¡Tengo un hambre monumental!
Los tres se soltaron riendo mientras arreglaban la mesa para comer, pasaban algunas horas de la hora de la comida pero eso no les importaba. Comieron cordero dulce, patatas, algunos pinchos de calamar y agua de carambola, al terminar hablaron por un rato, Henry intentó sacarle a su hermana a donde iba a ir pero por nada pudo hacerlo, el niño estaba preocupado, nunca la había visto salir tarde aunque en realidad si lo había hecho recientemente cuando él dormía...
—Ya, dejen de preocuparse, no iré como yo...
—¿Entonces? -pregunto intrigado Wyatt.
—Recuerdan que tenemos la ropa de nuestro padre ¿verdad? -ambos asintieron- también que hace medio año practiqué una magia de ilusión para cambio de forma... -volvieron a asentir- bueno pues cambiaré mi género y mi imagen...
—Eso lo quiero ver -comunico Wyatt sentándose en sus patas traseras- ¿y? Ya es de noche, ¿no vas a irte?
—Así que ahora me corres, ha que bien -dijo y Acto seguido se soltó riendo- bueno voltearse para cambiarme... -lo hicieron, entonces ella sacó un cambio de la ropa de su padre y se la puso- ya pueden girarse.
Al verla ambos sonrieron intentando mantener la risa, la ropa le quedaba súper grande, su padre media metro y noventa y ella solo media metro sesenta y nueve le sacaba alrededor de veinte centímetros pero también el doble del cuerpo.
—Pero si casi te pierdes en eso -señalo Wyatt.
—Henry, tu nunca pudiste ver a nuestro padre ¿Quieres que intente parecerme a él?
—¿Puedes? -pregunto con entusiasmo- ¡claro que si!
—Entonces cierren los ojos y cuenten hasta 10...
Ellos lo hicieron entonces Ariadna comenzó con la transformación, imagino a su padre, aquel hombre de metro noventa, esos brazos musculosos sin exageración con los que la cargaba, ese cabello corto color castaño claro como el de ella y sus ojos grises, también recordó su voz para usarla... Mientras se transformaba calló una lágrima por su mejilla, recordar a su padre la entristeció...
—Ya pueden abrir los ojos -dijo limpiando la lagrima- ¿y qué tal? ¿Cómo me veo? ¿Me parezco a mi padre? -se dirigió ahora a Wyatt.
—Mucho, claro más joven pero... ¿cómo puedes parecerte tanto a él?
—Bueno, aunque el tenía el pelo corto, y un poco más oscuro el cabello, yo pienso que esto es lo más corto para alguien de esta edad, así como diferente edad... parezco como de unos ¿19?
—Algo así, por mucho 22...
Mientras ambos mantenían su conversación escucharon los sollozos de Henry, el poder ver como era su padre lo superó y soltó en llanto después de todo aún era un niño de cinco años... Ariadna había tomado la forma de su padre, aunque más joven se parecía demasiado, quitando el diferente color de cabello y que ella tenía este un poco más abajo de los hombros en una cola baja, era él en persona.
—No llores cariño, aunque no pudieras conocer a nuestro padre, mírame, graba la imagen de él, yo recuerdo que se veía así cuando era pequeña, bueno con el pelo corto -dijo mientras lo abrazaba.
—¿Papá me quería?
—No lo dudes ¿quién en su sano juicio no quería a esta criaturita? ¡hasta esta grande y feroz pantera te quiere! -dijo por último con una voz un tanto extraña.
—Bueno a pesar de que siempre me tratan de niñera no lo negaré, eres un buen crío -confirmo Wyatt.
—Gracias, pero aun no me dicen como fallecieron...
—Bueno... -Ariadna suspiro, sabia que era hora de decirle algo, no le diría aún que no eran hermanos de sangre, aún era muy pequeño pero debía decirle algo, así que se sentó con el niño en su regazo junto a Wyatt- como sabes, madre se llama Charlotte Aime Von Sfreinten Gildemeinster, y padre Liam Caín Von Rosenzweig Schell, por razones que solo ellos sabían al casarse se fueron a vivir al bosque donde vivimos ahora, unos días después de que yo cumpliera... diez años madre salió a cazar para la cena mientras padre me estaba dando clases...
Le contó lo ocurrido, desde los bandidos, como asesinaron a sus padres, las bestias, omitiendo que ella los había matado le dijo que debido a las bestias y su gran número fueron masacrados para después ser su festín, como conoció ese día a Wyatt y que los habían enterado cerca de la casa. No podía decirle muchos detalles así que omitió varias cosas, decorando detalles y cambiando hechos algún día si fuera necesario le contaría la historia como era, pero ese día no sería hoy.
—Bueno debo irme -Wyatt iba a hablar pero ella lo interrumpio- y si me voy a trasportar no saldré por la puerta como cualquier persona normal...
—En primer lugar una persona normal NO cambia su género, o simplemente ocupa la apariencia de otra persona ¿usarás su nombre?
—Si, si llegara a necesitarse diré que me llamo Liam como él, pero sin apellido...
—Bien, vete, no vuelvas noche, deja la cena en la mesa y no bebas mucho muchacha ¿entendido?
—Entendido capitán -dijo riéndose mientras dejaba la cena en la mesa y acto seguido Henry la guardaba- me pregunto si mi querido gatito se preocupa por mi.
—¡No soy u... -fue lo ultimo que escucho ya que se fue del lugar dejando esa frase al aire.
Ariadna apareció en el mismo callejón donde lo había hecho en la mañana, camino a paso lento observando los alrededores y escuchando lo más importante también, después de algún rato entró en un bar y fue directo a la barra bajo la atenta mirada de todos los hombres presentes y las camareras.
—Deme un aguardiente por favor -pidio al hombre en la barra, este le sirvió, le pago y se retiró.
—¡Hey niño! Este no es un lugar para ti.
Grito un hombre fornido que se había acercado a donde estaba esta, al donde se escucharon unas cuantas risas ¿qué tenía esa frase de graciosa?
—Déjalo tranquilo Max, no quiero otra pelea en mi bar -intervino el hombre de la barra.
—¡Oh Ignacio, solo quiero jugar con el muchacho!
—No se preocupen por mi, el no podría hacerme nada aunque quisiera -dijo con calma mientras bebía del tarro- ¿así que podrías dejarme beber tranquilo?
—Conque nos salió muy confiado este mocoso.
—Solo cuando estoy seguro, ¿tú, un nivel 102 quiere ganarme? No me hagas reír...
—Si tanta confianza tienes de que ganaras ¿por qué no tener una lucha amistosa?
—Bien, pero si gano me darás los que yo pida.
—Si es que ganas, en cambio si yo lo hago deberás invitar una ronda de bebidas a todos aquí presentes.
—Trato hecho -dijo tomando todo el líquido sobrante de un trago- vamos.
Salieron ambos del lugar seguidos de algunos de los clientes que querían observar, fueron a media calle era de noche por lo que no había demasiada gente afuera.
—No está permitido ningún tipo de magia, solo es una lucha cuerpo a cuerpo y usted puede dar el primer movimiento ¿está de acuerdo? -dijo Ariadna.
—Claro mocoso, pero no me culpes si soy rudo contigo...
Con un "digo lo mismo" de ella comenzaron la lucha, el hombre corrió a donde Ariadna para intentar golpearla en la cara pero ella lo esquivó y al mismo tiempo deslizó su pie para golpear el de él y tumbarlo, lo logró pero él se puso de pie antes de que ella diera otro golpe, estuvieron lanzando y esquivando golpes por un rato, ella solo recibió un par en cambio él recibió el doble o hasta triple de lo que ella recibió. Pasada media hora ella esquivó un golpe dirigido a su rostro, tomó su brazo, lo torció y con un golpe en sus piernas el lo tumbó impidiendo que pudiera levantarse, torcida su mano casi hasta sacarla por lo que el hombre se rindió al ya no poder aguantar y que ella no le soltaba.
—Después de todo no eres un simple mocoso, tienes algo de habilidad...
—Oh Max, ¿solo un poco de habilidad? -dijo un hombre de mediana edad dándole palmaditas en el hombro- el chico te venció, un niño de no más de 20 años, a ti un profesional en hacer peleas en el bar y siempre ganar.
—Bien como sea, ¿cómo te llamas chico? No eres de por aquí...
—Me llamo Liam, soy un aventurero, estoy aquí por una misión.
—¿Que tipo de misión?
—De recolección de información, eso es lo que quiero que me proporcione usted como premio -dijo mientras entraban al local.
—Bien, ¿qué quieres saber? -dijo Max mientras se sentaba junto a él en la barra- no prometo que lo sepa pero pregunta...
—Quiero saber todo sobre la raza de los zorros.
—Eso... aquí y en todos los reinos esa raza desde hace más de un siglo a sido desterrada o forzada a ser esclavos, según he escuchado en el único lugar donde viven libres es en el reino demoníaco, pero fuera de hay donde quieras que vallas solo verás esa raza como esclavos...
—Así que esclavos... sabe si ¿existirán aún algún kitsune?
—No, según se ellos fueron masacrados junto a los de la realeza.
—Bien, eso es más que suficiente por el momento... -miro al hombre de la barra- una ronda de Ron negro para todos, esta bien el ron ¿No?
—Pero si he perdido...
—Me ha ayudado mucho con mi misión, es una forma de agradecerle.
El encargado o más bien dueño asintió y comenzó a servir mientras todos lanzaban un grito de alegría ¿quién rechaza una bebida gratis? Cuando terminaron pidió la cuenta y pago, después se despidió y marchó, eran alrededor de las 10 de la noche, aunque ya sabía que había sido de su raza aún faltaba encontrarla en si, por lo que anduvo un rato por las calles observando los alrededores y escuchando todo a su alrededor.
Esa noche todos parecían haberse puesto de acuerdo para que nada pasara, era muy tranquila, demasiado tranquila a decir verdad por lo que un par de horas después de rondar sin rumbo y sin una respuesta...
—Bueno es hora de regresar... -se dijo a sí misma.
Ya pasaba de la media noche, se transportó a su cuarto encontrándose como era de esperarse a Henry dormido y a Wyatt al lado. Regreso a su forma original, se cambio y se acerco a la cama para acostarse, era una cama matrimonial por lo que cabían muy bien los 3, cuando se sentó Wyatt la miro desde su lugar.
—¿Cómo te ha ido? ¿Has encontrado algo?
—Si, descubrí que desde la caída del reino los zorros son esclavos donde quiera, solo en el reino demoníaco son libres, así como que ya no hay Kisune alguno, me imagino que alguno que otro debe de estar escondido o en ese reino también...
—La siguiente parada será ese reino ¿no?
—Si, solo debo recuperar algo que le pertenece a mi familia, resolver unos asuntos y ver si averiguo algo más...
Él asintió y unos minutos más tarde se quedaron dormidos. A la mañana siguiente al despertar fueron a su casa a tomar un baño y a desayunar ahí por petición de Wyatt, al volver alrededor del medio día, iban caminando mientras ella hacía un poco de su investigación y el niño observaba todo, se detuvieron solo para comprarle a Henry un manojo de uva verde ya que este insistió en que quería, bueno en realidad solo le dijo una vez pero ella no le negaba nada.
—¡Alto ahí! -escucharon que gritaban, al girarse observaron a un niño con capucha intentando esconderse- tienes que disculparte con nuestro señor ¿acaso tu amo no te enseña bien?
—¿Pasa algo aquí? -pregunto Ariadna sin poder evitar interferir- ¿qué ha hecho el niño?
—¿Tú eres su dueña? Debes enseñarle mejor ¿cómo puedes traer a tus esclavos sueltos y sin vigilancia? ¡Ese mocoso ha chocado con mi señor y le ha ensuciado!
—Si solo es eso puedo pagar por sus ropas decirme ¿cuánto es?
—¿Una chiquilla como tú podrá costearlo? Donde están tus padres, aunque tengas un esclavo no creo que tengas con que pagar.
—Si le digo que pagaré es por que lo haré, así que o me dice un precio o se quedará sin nada y es más a todo esto ¿Donde esta tu amo? No lo he visto ¿Cómo sabre que no mientes?
—Mi señor a regresado a su carruaje, el es el Vizconde de Kittel, un hombre muy respetado...
—Si, Si -dijo interrumpiendo mientras sacaba una pequeña bolsa de su mochila- tan respetable que quiere golpear a un niño solo por ensuciar sus ropas -le lanzo la bolsita al hombre- aquí ahí 400 monedas de oro , es mucho más que suficiente para un par de conjuntos así que no me vuelvas a molestar y a nadie de mi gente si no quieres verlas conmigo ‐miro a donde el niño- vámonos.
Comenzó a caminar seguida de Henry que traía en brazos a Wyatt y unos pasos atrás el niño, se abrieron paso entre la multitud que estaba observando la escena y cuando estuvieron lo suficientemente lejos se detuvo.
—Ahora si ¿me podrías explicar lo que pasó? -le dijo al niño- no tengas miedo no te haremos nada... ¿eres un esclavo?
—Yo... ya no...
—¿Te escapaste de casa? -pregunto Henry.
—Dime que estabas haciendo haya afuera tu solo...
—Estaba buscando trabajo, mi madre está enferma y no tenemos para las medicinas... -dijo sollozando, era un niño de alrededor de 7 años- nosotros hace unos meses escapamos y nadie quiere ayudarnos...
—¿Cual es tu raza? -el niño no hablaba, ni levantaba la cabeza, Wyatt desde atrás de él jalo la capucha quitándola- Así que zorro...
—¡No me entregue! ¡Haré lo que quiera pero no me entregue!
—Ponte la capucha y llévame a donde tu madre.
El niño dudó por un momento pero al final asintió y los llevó, caminaron durante alrededor de treinta minutos entre más caminaban más se acercaban a los barrios marginados pero el niño caminó a donde deberían de estar las alcantarillas y se adentró en estas. Unos cinco minutos más tarde entraban frente a la madre del niño, una mujer muy demacrada de alrededor de 30 años que aparentaba lo doble, era el puro esqueleto, estaba muriendo lentamente...
—Ella es mi madre...
—Wyatt lleva a Henry a la posada iré a la casa.
—¿Piensas hospedar los? -dijo este en la mente de Ariadna
—No me quiero ir Ary...
—Sabes que tu hermano es más insistente que tú, no te lo vas a quitar de encima -hablo de nuevo en su mente, ella suspiro en rendición.
—Los llevaré a mi casa, así que nada de lo que vean o escuche se lo contaran a nadie...
El niño asintió pues la mujer estaba inconsciente, ella abrió un portar y cargo a la mujer, esta pesaba un par de quilos, estaba baja de peso a un nivel extremo, al pasar el portal lo cerró y llevo a la mujer al cuarto que tenía para invitados aunque nunca tuvieron uno solo en esa casa... la acostó y arropó después reviso y curó lo que pudo con magia, ya no corría peligro ahora solo debería alimentarse correctamente y beber agua para hidratarse así como el niño. Wyatt y ella bajaron a la cocina mientras Henry estaba esperando que el pequeño llamado Darwin saliera de bañarse y se pusieran ambos niños a jugar, la mujer aún estaba dormida pero Ariadna le ayudó a limpiarse con magia de agua. ella estaba contenta pues ya había encontrado a los primeros de su raza, aunque no lo dijera en voz alta.
—Bueno, yo debo regresar, no los pierdas de vista esto es un gran avance para mi misión.
—Como digas, pero ¿ya debes irte?
—Si, apuesto a que aquel niño mimado ya llegó a la capital así que Wyatt los vas a cuidar y te dejaré a Henry no quiero que lo relacionen con esto ¿entendido?
—Si, aunque dudo que el quiera.
—No es de querer, debe hacerlo, te encargo sus comidas procura que sean comidas variadas, ya he dejado algunos ingredientes en la caja de la cocina mañana traeré más comida, ahora me voy antes de que Henry de se cuenta.
—Si necesitas ayuda con ese mocoso solo llamame.
—¿Quien crees que soy?
Dijo para después desaparecer y aparecer en la misma calle de siempre, ya iba a atardecer así que recordando ese poder que le había concedido la diosa ubico a Kasir el cual estaba a unos minutos de entrar a la capital, se dirigió a la puerta esperando a una distancia prudente sin que pareciera sospechosa y cuando pasó este y uno de los soldados que acompañaban el carruaje la vio los detuvo a todos y le informo a su señor, ella no se había movido un solo centímetro de donde estaba sentada así que uno de los soldados se le acerco.
—Mi señor quiere hablar contigo -ella sin palabra alguna se levantó y fue al carruaje.
—¿Piensas disculparte? -dijo nada más llegar.
—Al parecer no escapaste -dijo fingiendo no escucharla.
—Recuerda que nada me detiene y me puedo ir cuando yo quiera así que ¿piensas disculparte?
—¿De que me debería disculpar según tú?
—Oh, no lo sé, quizás por acusarme de secuestro, hacerme esperar durante media hora cuando el que ganaba era tú, o simplemente ¿de tu forma de comportarte? -el suspiro.
—Lo lamento -dijo sin sentimiento.
—Bueno, aunque haya sido falso, por lo menos lo dijiste ¿dónde y cuándo debo estar...?
—Sube al carruaje -ordeno, ella solo lo miro cruzada de brazos mientras alzaba una ceja, él volvió a suspirar- ¿podrías subir al carruaje por favor?
—Así cambian las cosas.
Una vez arriba del carruaje se dirigieron a castillo, fue un recorrido de tres cuartos de hora y en todo el camino no hablaron, cuando estaban por llegar a la entrada de palacio se abrieron las puertas con una señal de los soldados que los escoltaban y claro esta que también por el escudo que el carruaje traía. Una vez adentro Kasir ordeno a unas sirvientas que la llevarán a los que serian sus aposentos por esa noche ya que en la mañana tendrían la audiencia con el rey para aclarar todo el asunto del secuestro.
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Comments
a veces la tranquilidad significa peligro xD
2022-10-31
0
tiene razón lo que dice, eh ***inserte meme de auron***... jajaja
2022-10-31
2
Patri Hernandez
jajajaja 🤣 jajajaja 😂
2022-09-19
0