Capítulo 13

El diario que Elise recibió tenía una pequeña nota.

"Puedes hacer lo que quieras, yo creo en ti"

Pasaron varias semanas de terapia con Enzo las cuales resultaban sorprendentes cada día, Enzo había comenzado a sentir sensibilidad en las piernas hasta el punto actual de usar muletas, solo era cuestión de práctica y nuevamente caminará.

— ¿Pasa algo? —preguntó Enzo al lado de Elise.

Él la había invitado a cenar en su casa y festejar su cumpleaños.

—No, solo pienso que realmente hemos pasado por muchas cosas y mirarte ya de pie me hace sentir insegura de alguna forma...

—¿Insegura? ¿De qué forma? —preguntó Enzo tomando un pastel del estante del supermercado.

—Es que no me hice a la idea de que eras alguien fuerte, siempre sentí que te protegía y ahora eres muy independiente.

Enzo sonrió acomodando algunos cabellos oscuros de su frente.

—Eres tan romántica...

Elise se cubrió el rostro incómodo, no estaba acostumbrada a mostrar ese lado de ella.

Enzo al ver su reacción sujeto las manos de ella y descubrió su rostro, él agachó el rostro hasta que sus frentes de tocaron y sus ojos se miraban fijamente.

Los grises y fríos ojos de Elise parecían derretirse por los oscuros ojos de él, las pestañas de Enzo eran largas y oscuras que parecían un manto de ceda, esa fue la primera vez que Elise quiso besar unos ojos.

—No digo que sea algo malo, me vuelve loco—susurró Enzo.

La relación entre él y Elise era más cercana de lo habitual, incluso ya parecían una pareja.

Elise se chispo de él y caminó con velocidad hacia la caja de pago.

—¿Me dejas y te vas? —preguntó Enzo algo impactado.

—Si, pareces ser muy hábil como para hacer y decir cosas como esas creo que puedes ir y venir solo por tu cuenta —alegó Elise pasando las cosas a la cinta.

Enzo empezó a reír y apresurarse al lado de Elise.

—Eres cruel, a este paso romperás mi frágil corazón.

La señora que registraba las compras se reía un poco de esa curiosa pareja, el chico era alto y fuerte como un modelo de alta gama y la chica era sencilla.

—Son un matrimonio encantador —admiró la señora.

Elise estaba a punto de gritar que era un erro pero Enzo estrechó sus hombros.

—Por supuesto, tengo la más hermosa esposa del universo, no puedo creer la suerte que tengo.

La señora sonrió por lo apuesto que era Enzo.

—Querida que hombre tan bueno conseguiste, quiero decir, a veces son malos y todavía feos.

Elise sonrió nerviosa y salió de ahí con las bolsas, Enzo pagó y fue tras ella.

—Elise ¿Qué pasa? —preguntó Enzo.

—Tu pareces tan entusiasmado a comparación de mi, se que te esfuerzas yo también lo hago pero no puedo hacerlo tan bien como tu.

Enzo se sentó en la acera de árboles junto a Elise.

—Claro que yo debo esforzarme más, eres mi primer verdadero amor, nunca deseé pasar tanto tiempo con alguien, jamás creí que querer tocar y besar a alguien seria tan frustrante —susurró él —, tu te separaste de la persona que amabas no porque hubieras dejado de amarlo, abrir tu corazón será más complicado para ti.

Elise sintió los latidos de su corazón desbordarse, las palabras de Enzo siempre parecían consolarla y eso le gustaba.

—Puedo ser lo que tú quieras, tu amigo, tu familia o un compañero de platica, yo haré lo que tú quieras.

Elise no dijo nada y solo empezó a caminar al lado de Enzo rumbo a su casa la cual desconocía.

—Mis padres también estarán aquí, olvide decirte —anunció Enzo frente a la puerta de su casa, tal como Elise esperó era una casa amplia debido a las privilegios de su profesión, sin embargo no tenía ninguna planta alguna.

Un recuerdo llegó a Elise...

>>>Hace 9 años <<<<

Março bajó de su bicicleta llegando detrás de Elise, habían planeado decorar su casa antes de comprometerse.

Março traía muchos brotes de girasoles.

—¿Te gustan los girasoles? —preguntó Elise.

Março limpio sus lentes las pocas gotas de sudor.

—Nunca pensé en alguna flor favorita, pero a ti te gustan mucho, entonces pensé que sería lindo vivir rodeado de lo que te gusta...

Elise corrió a los brazos de Março con alegría.

—¿Cómo es que eres tan romántico? —preguntó besando los labios de Março.

—Puede que me salga natural si se trata de ti... Porque te amo.

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—Elise, liss —la llamó Enzo de sus pensamientos.

—Ah, ¿Qué pasa? —preguntó Elise.

—Nada, solo parecías pensativa...

—Si, tu casa esta muy bonita —dijo Elise mirando los alrededores.

—Gracias, no es la gran cosa para alguien como yo.

Enzo avanzó abriendo la puerta y Elise entrando detrás de él, tal como se esperaba había dos personas dentro de la casa.

Los padres de Enzo eran personas altas pese a su edad, la madre era una mujer de semblante fuerte y atractivo tal y como Enzo.

El padre era menos atractivo que ellos pero tenía unos ojos salvaje idénticos a Enzo.

—Bue-Buenas tardes —tartamudeo Elise.

La madre de Enzo avanzó hacía ella con una sonrisa.

—Hola, encantada de conocerte —saludó dando un abrazo —. Me llamo Isabel y mi esposo es Héctor —presentó.

Héctor saludo de mano a Elise.

—Enzo habla mucho de ti, tanto que creímos que no era verdad, gracias por ayudarlo.

—No es nada, es mi trabajo —dijo Elise rápidamente —. Independientemente de eso, Enzo ambos hemos recibido ayuda mutua.

—Bien me alegro de escucharlo —dijo Isabel —Bien tomemos asiento.

Cuando todos estaban sentados el timbre sonó.

—Yo iré —dijo Enzo para que Elise y sus padres no interrumpieran su platica. A parte no esperaba a nadie ese día.

Enzo abrió la puerta y para su sorpresa era alguien que él conocía muy bien.

—¿Rose...?

Rose saltó alegre abrazando a Enzo.

—Te extrañé.

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