Capítulo 5

"El sol es cálido"

Elise pasó gran parte de la noche buscando información sobre el caso de Enzo, tenía un antiguo amigo que se especializaba en psicología, le pediría ayuda una vez que lo viera.

La mañana siguiente se encontró con su antiguo amigo Víctor, un chico pequeño y con lentes enormes.

— Elise, realmente estas viva... Cuando escuche de eso no lo podría creer. Março también estaba muy sorprendido.

Elise borró su sonrisa y una expresión triste apareció.

"Por más que lo intente, todo me lleva a ti"

—Yo ahora no estoy con el, quiero hablar contigo sobre un caso—evadió Elise.

—Claro, cuéntame.

Elise le contó lo que sabía de Enzo, aparentemente en un ataque con gas, él y su hermano eran los únicos sobrevivientes, Isaac estaba con algunas quemaduras leves y cubierto con la mascarilla, en el caso de su hermano el estaba sobre Enzo sirviendo de escudo y sus quemaduras fueron tan graves que llegó al campamento de médico y ahí murió.

Desde ese momento Enzo no pudo caminar pese a no tener lesión alguna.

—Hmm, es algo difícil, debe ser un trauma que él mismo crea, puede que liberando un poco su conciencia entonces pueda ir aceptando el hecho ocurrido.

—Entonces ¿Qué podría hacer yo para ayudarlo? —preguntó Elise.

—Podrías visitar parques, guarderías y sitios que le inspiren tranquilidad y paz.

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Elise solicitó una silla de ruedas y entró al cuarto con una sonrisa.

—¡Taran! —se la mostró feliz —. Hoy saldremos al jardín.

Enzo estaba en la cama con desánimo.

—No quiero usarla.

—No puedo cargarte —dijo Elise —. No puedes ser tal grosero para despreciar la invitación de una mujer.

Enzo se encogió de hombros.

—De hecho si puedo serlo, hace tres años me iba a casar y no llegué por estar borracho, créeme que eso fue muy grosero.

—Pobre chica, lamentablemente yo no soy así, ahora te ayudaré —se acercó Elise con la silla al lado de la cama.

Pasó su mano por la cintura de Enzo y apenas y pudo sujetar el otro extremo. Como era de esperase su cuerpo era duro y firme, nunca había sentido un cuerpo así, Março era fornido pero no con un cuerpo fuerte, Enzo pasó su brazo por los hombros de Elise y solo por momento pudo ver su estatura.

—Dios mío, eres un gigante —dijo Elise asombrada—¿Cuánto mides?

Enzo ya estaba sentado.

—Hmmm 1.98 —contestó Enzo.

Elise estaba asombrada, visto desde un punto de vista no profesional, Enzo era muy guapo, realmente era impresionante.

—Bien, pues vamos entonces —dijo Elise empujando las silla por los pasillos hasta llegar al jardín.

—Hoy el sol es muy cálido, estas pálido así que podemos tomar el sol—sugirió Elise sentada en el césped al lado de la silla de Isaac.

—También necesitas sol, pareces un zombie —dijo Enzo—, ¿siempre has sido así de delgada? Hace un momento creí que te rompería.

Elise rio un poco, efectivamente parecía un zombie, después de sólo vivir de dieta por suero estaba en los huesos, su cabello estaba corto ya que largo estaba demasiado reseco y le quitaba las pocas vitaminas que tenía.

—Se podría decir que soy un zombie, hace menos de un mes desperté de un coma de ocho años, me llamaron milagro.

Enzo se sorprendió girando de golpe.

—¿Ocho años? Todo ese tiempo....

Elise se abrazó las piernas con algo de melancolía. A la vista de Enzo parecía un gato flaco y triste.

—... Lo perdí —dijo Elise —. Fue en el tsunami del 2004, estaba de vacaciones con mi padre, al volver me iba a casar... Mi padre murió y yo desperté ocho años después, creyeron que había muerto así que quería sorprender a mi prometido, como puedes imaginar él ya está con alguien más.

Elise lloraba cada que hablaba de ello, con Enzo no fue diferente.

—Siento la muerte de tu padre —se disculpó Enzo —. Debiste querer mucho a tu prometido.

—Se llama Março —dijo Elise—, esperó por siete años hasta que conoció a alguien más, no puedo decir que es alguien malo, él es una persona muy buena.

—Creo que ambos necesitamos terapia ¿Terapia de pareja? —preguntó Enzo con una sonrisa radiante.

Elise notó su intento de animarla, entonces también sonrió.

—¿Acaso ese es una broma? —preguntó Ella—. Qué quedé claro que él más enfermo eres tú.

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