Capítulo 3

Ilan

—¿No le has preguntado si es gay? —preguntó Aksel mirándome desde mi cama, negué con la cabeza—. Eres un idiota, lo sabes, ¿verdad?

Hice un bollo con un papel de mi escritorio y se lo tiré.

—Está bien, está bien, veo que ya lo aceptaste —soltó una pequeña risa, para luego ponerse serio nuevamente—. ¿Y si es gay y tienes una pequeña oportunidad con él? No pierdes nada con intentarlo —me giré en mi silla quedando frente al escritorio.

—No lo sé, Aksel. No es ético que un psicólogo se meta con su paciente —el bollo de papel que le había lanzado a Aksel cayó justo a mi lado—. Que mala puntería tienes.

—Como si no hubiera pasado antes. No seas idiota, ya te dijo que no tiene pareja —me giré hacia él—. Piénsalo, Ilan, puede ser tu escape de tu casa. De tu miseria.

—No se fijará en mi... —Señalé la herida de mi rostro—. Recuerda que cada vez soy un poco más imperfecto. Aidan no se fijará en mí.

De repente sentí un vacío en mi interior, como si me hubieran arrancado el corazón de cuajo y no tuviera nada allí más que aire. Escuché un suspiro por parte de Aksel, bajé la mirada hacia mis manos.

—Nunca tendrás novio así —comencé a juguetear con mis manos—. Solo has salido con un chico desde que saliste del clóset y solo fueron dos meses los que estuviste con él. Deberías darte otra oportunidad. Intenta algo, tal vez resulten las cosas con tu psicólogo —me tomó del mentón haciendo que levante la mirada hacia él—. El señor psicólogo amará saber que tus hermosos ojos verdes solo se fijan en él —me le quedé mirando unos instantes.

—Si no tuvieras novia, ahora te hubiera besado —hizo una mueca de asco mientras se alejaba de mi rostro—. No seas así Aksel, sé que quieres ocupar el lugar de Aidan —lo tomé de la nuca acercándolo a mí nuevamente.

—Despacio, Ilan, no puedo dar ese paso aún.

Solté una pequeña risa mientras me alejaba de su rostro.

—No eres mi tipo de todas maneras —se tomó del pecho mientras hacia una expresión de dolor—. Que dramático eres.

Le sonreí volviéndome hacia el escritorio, tomé mi celular y miré la pantalla, tenía mensajes de Aidan en mi WhatsApp de ayer, cuando repentinamente decidí que quería volver a mi casa. Parecía genuinamente preocupado por mi estado, me envió un par de mensajes luego de dejarme en mi casa y esta mañana me preguntó cómo me encontraba. No había respondido aún a ninguno de sus mensajes, no me sentía listo para hablar con él.

—Respóndele de una vez, debe de estar preocupado de verdad, de otra manera no te hablaría.

Abrí su chat, Aidan estaba en línea, miré a Aksel, él me hizo una seña con el mentón que me hizo volverme a la pantalla del aparato.

—"Lamento lo de ayer. Me encuentro perfectamente bien, gracias por preocuparte".

Tecleé rápidamente, pero no lo envié, simplemente me quedé mirando la pantalla.

—Que frío suenas —dijo Aksel desde mis espaldas—. Dile que no te encuentras bien así le sacas algo más de conversación —Borré lo que había escrito y bloqueé el celular—. Te dejo solo, Ilan, háblale a tu chico y cuéntame luego. Nos vemos.

Me revolvió el pelo como si fuera un niño pequeño y salió de mi cuarto. Volví a mirar mi celular sin tener idea de qué podría escribirle, pero tenía que pensar rápido, ya había visto sus mensajes.

-—"Lamento haberme comportado así ayer, se me atoró una de las preguntas que te quería hacerte".

Escribí rápidamente para luego enviárselo. No tardó mucho en ver el mensaje.

—"¿Una pregunta? Antes que nada, ¿cómo te encuentras?"

Respondió sin perder un segundo, estaba a punto de contestarle cuando, de repente, la puerta de mi habitación se abrió, me giré rápidamente viendo a mi padre en el marco de esta.

—Ya estás aquí —dijo de manera fría—. Sirve de algo y acomoda el set, tengo que tomar algunas fotografías —dicho esto, cerró la puerta azotándola, solté un pequeño suspiro.

—"No muy bien, mi padre me ha pedido que prepare el set de fotografías". —le envié el mensaje—. "Espero hacerlo bien para no enfadar a mi padre. Te diré como estoy luego de ver cómo me trata".

Noté que leyó los mensajes antes de salir de la aplicación. Guardé el celular en mi bolsillo y salí hacia el cuarto que utiliza mi padre como set, él se encontraba allí, ordenando un par de cosas, cuando se percató de mi presencia, levantó la vista con una mirada fría.

—Muévete, inútil —asentí agachando la cabeza—. ¿Por qué tu madre decidió tenerte? —lo escuché decir entre dientes—. Al menos si fueras una niña, estoy seguro de que serias igual a ella; igual de atractivo que tu madre y me servirías de algo al menos.

Sentí una punzada en mi pecho mientras lo escuchaba hablar entre dientes. Nuevamente no le servía de nada, siendo que siempre había hecho todo cuando debía trabajar. Comencé a mover las luces y a preparar la cámara mientras mi padre salía del cuarto. Preparé todo rápidamente para luego quedarme parado cerca de la puerta, mi padre volvió al poco tiempo con una chica joven, ella me sonrió mientras que mi padre lo hacía de manera fría, miró el set, deformando su expresión a una dura.

—¡Eres un inútil de mierda! Tantos años y no sabes cómo van los focos. Vete a tu cuarto y no salgas hasta la hora de cenar.

Se volvió hacia la chica y comenzó a hablarle cortésmente. Salí del set cerrando la puerta con sumo cuidado para no desencadenar otra ola de insultos. Volví a mi cuarto y me desplomé en la cama sacando nuevamente mi celular.

—"Me gustaría que me hablaras de él mañana".

Solté un pequeño suspiro, no había salido de su papel.

—"Está bien, lo intentaré, pero no prometo nada".

Contesté, al instante vio el mensaje y comenzó a escribir.

—"Está bien. Ahora respóndeme por favor, ¿cómo te encuentras? Me dejaste preocupado luego de haberte ido así".

Sonreí sin poder evitarlo; sabía que lo decía solo porque era mi psicólogo, pero me hacía sentir que le importaba a alguien más que no sean ni Ivana ni Aksel.

—"Mi padre me ha tratado mal de nuevo, pero me encuentro bien".

Contesté rápidamente. Dejé mi celular en la mesa de luz y me cambié la ropa por el pijama. Luego volví a acostarme y tomar el celular. Miré mi Instagram, Aksel subió un par de fotos de cuando estaba aquí, en una me encontraba yo, reclinado en la silla de mi escritorio. Abrí nuevamente WhatsApp y miré el mensaje que había dejado Aidan.

—"Espero que realmente lo estés, mañana ya me contarás como sigue tu historia. Espero que estés con ánimos de hablar".

En mi rostro se asomó una pequeña sonrisa.

—Mañana lo veré —susurré metiéndome en la cama.

Era algo temprano para ir a dormir, ni siquiera había cenado, pero me sentía como los niños pequeños, quería que pase el día, que terminara pronto para poder ir a consulta con Aidan. Dejé el celular en la mesa de luz, apagué las luces de mi habitación y me acomodé, desvié la mirada hacia la ventana, Aksel había cerrado las cortinas y ahora no podía ver el cielo nocturno, pero, por primera vez, no lo odio.

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Me levanté temprano, me bañé, me alisté, tomé mi celular y bajé al comedor. Ivana se encontraba apenas preparándose su desayuno. Sin hacer un ruido, me senté en la mesa y me quedé mirándola hasta que se giró llevándose un susto.

—Idiota... —dijo provocando que soltara una carcajada—. ¿Qué haces levantado tan temprano? —dejó su taza en la mesada—. ¿Quién te ha robado todo ese sueño que solías tener hasta ayer? Y háblame sin esa cara de idiota por favor, me dan ganas de golpearte.

Sonreí bajando la mirada hacia la mesa

—Habla, niño idiota —comenzó a preparar más café.

—No es nada, Ivana, simplemente me levanté con energía —mentí con una pequeña sonrisa en mi rostro que no podía eliminar.

—Ya dime. ¿Te crees que no me doy cuenta de que alguien te trae así? —puso una taza de café frente a mí, tomó la suya y se sentó—. Dime de una vez.

¿Qué tan arriesgado era que le diga que mi psicólogo era quien me tenía de tan buen humor?

—No es nadie especial, Aksel me presentó un amigo y parece que nos llevamos bien —dije soltando un pequeño suspiro al final, tomé la taza, tomé un sorbo y la miré, ella me examinaba con la mirada haciendo que me pusiera nervioso.

—Ya veo —sonrió—. Espero que todo salga bien y recuerda cuidarte con él.

Me ahogué con el café al escucharla.

—¡Ivana! —exclamé tosiendo—. No digas tonterías, ni siquiera somos amigos aún.

Soltó una carcajada.

—¿Cómo es? Cuéntame, no me dejes con la mitad de la información, niño.

Negué con la cabeza, bebí el café prácticamente de un trago, miré mi celular y me levanté.

—Tengo que irme. Lo siento, Ivana, pero tendrás que esperar a conocerlo.

—Cuando vuelvas, me lo describes, no me dejarás con la intriga, mocoso —hice una seña con la mano dirigiéndome a la escalera—. ¡Abrígate o te enfermarás por idiota!

La escuché gritarme mientras subía. Vi a mi padre salir de su cuarto cuando llegué a la planta alta, esquivé su mirada lo más que pude antes de meterme en mi cuarto. Me puse un abrigo, mi gorro y tomé mi mochila, volví a bajar.

—¡Nos vemos, Ivana! —saludé saliendo de la casa.

Mientras caminaba, saqué mi celular y le marqué a Aksel. Estaba seguro que aún no se había levantado. Marqué un par de veces más hasta que recibí respuesta por su parte.

—Levántate, que tienes que ayudarme —recibí por su parte unos murmullos incomprensibles—. ¡Aksel!

—¿Eres idiota? —soltó un suspiro pesado—. ¿Ya viste que hora es? Quieres matarme, ¿verdad?

—No es para tanto, no te quejes. Ya levántate, estoy a un par de cuadras de tu casa y necesito que me ayudes con Aidan.

Me detuve antes de cruzar la calle.

—Hoy vas con él, ¿verdad? Deberías pedirle que esté contigo después de tu sesión —parecía haberse despertado de repente al escuchar el nombre de Aidan—. Te estaré esperando en la puerta, no te tardes, Ilan.

Dicho esto, cortó la llamada. No tardé mucho en llegar a la casa de Aksel. Como me había dicho en la llamada, me esperaba sentado en los escalones que llevaban a la puerta de su casa. Cuando me vio, se levantó rápidamente y abrió la puerta para que pasara. Sin perder tiempo, nos dirigimos a su cuarto y nos sentamos en su cama. Comenzamos a tramar como y de qué le hablaría a Aidan, no teníamos ni idea de que podría hablarle a mi psicólogo. Al final decidimos que él me ayudaría cuando le hablara por WhatsApp. Aksel me escribiría preguntas para que le hiciera a Aidan y, así, poder avanzar un poco con él.

—¿Puedo hacerle preguntas subidas de tono? Estoy seguro de que así no te verá como un niño —le di un golpecito en el hombro, provocando una risa por su parte.

—Eres un idiota, si sabía que ibas a tener esa idea no te hubiera pedido ayuda —miré la hora en mi celular, ya casi era hora de almorzar, tenía que volver a mi casa para que Ivana no me regañara—. Tengo que irme, hoy tengo que hablarle a Aidan de mi vida —hice una mueca—, pero en la noche te hablaré para que me ayudes con él —Aksel asintió haciendo como si no le importara en absoluto lo que pase entre mi psicólogo y yo—. Nos veremos mañana, ¿verdad? —Volvió a asentir, me levanté y lo miré—. No actúes como si no te importara, ¿o estas celoso de que mi hermoso psicólogo capte toda mi atención?

Sonreí de manera burlona, por su parte, se sentó dirigiéndome la mirada haciendo pucheros como si fuera un niño pequeño.

—Antes eras solo mío y ahora estas idiotizado con ese —solté una carcajada.

—Cállate, idiota. Como si te fuera a cambiar por mi príncipe —sonreí, tomé mis cosas y volví a mirarlo—. Tendrás a un cuñado de foto de revista —soltó un largo suspiro al tiempo que se acostaba nuevamente—. Nos vemos mañana.

Me saludó con la mano con pereza de siquiera mirarme, sonreí con cariño; si fuera otra persona, seguramente me enfadaría, pero con él era imposible hacerlo, era casi como mi hermano. Salí de su cuarto y luego de su casa pensando en mi psicólogo. Esperaba que todo fuera bien con Aidan, poder conocerlo un poco más, de verdad quería gustarle, o al menos llegar a ser su amigo.

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Comments

Mix Mix

Mix Mix

.

2024-06-27

0

Mix Mix

Mix Mix

/Whimper/

2024-06-27

1

MONTSERRAT MATER

MONTSERRAT MATER

Que viejo de mierddddddaaaaaa

2024-05-10

2

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