Capítulo 4

"Mientras camino por los pasillos solitarios de la biblioteca buscando en los estantes un libro para un trabajo individual, siento que ya no estoy sola, otros pasos resuenan sobre el piso blanco de los pasillos.

Me detengo un poco nerviosa, no debería asustarme, total, a la biblioteca puede venir cualquiera. Pero solo por precaución miro hacia atrás para ver quién es y mi mandíbula cae abierta al contemplar esos ojos grises que últimamente han atormentado mis sueños y mi cuerpo.

《Para ser más precisa desde hace tres malditas semanas. ¿Cómo puede ser posible que él este aquí?》

Su mirada me recorre de pies a cabeza, y una media sonrisa se forma en sus labios, y mi cuerpo no responde a mis ganas de alejarme de él, ¡maldición!

Él camina a paso lento y con aire seductor hacia mí.

Una vez llega a mi lado me dice.

— ¿Así que aquí te escondías? Sabías que después de tu saludito imprevisto a mi aparatito de la felicidad, casi me dejas sin él. ¡Oh sí! No creo que lo sepas, pero pequeña asesina de la felicidad, debo decir que valió la pena, porque me dieron más ganas de saber quién eras. Y bueno, ya ves... aquí me tienes.—su voz es ronca, seductora y su mirada gris una tentadora invitación para dejarme llevar, y sumergirme en sus profundidades.

《¡Oh Dios, me observa como si yo fuera un banquete y él estuviera muerto de hambre》 mis ojos se desvían hasta su boca, y ¡madre mía!

Él se da cuenta de mi acción y juraría que a propósito se humedece los labios con su lengua maliciosamente, 《me esta provocando》—ahora querida, ¿dónde lo dejamos antes de aquel casi fatal incidente?

— ¿Qué...qué haces? —le pregunto en un susurro, mientras siento sus manos agarrar con firmeza mi cintura para apegarme a su cuerpo. Y es tal cuál como lo recuerdo, su cara casi angelical que ahora es lo más cercana a la de un diablillo, es alto, su cuerpo es firme pero no robusto o demasiado musculoso, y ese olor hechizante que emana de él, es un afrodisíaco para mis sentidos, 《¡estoy jodida!》

¡OMG! esa parte de su anatomía que casi mato, se siente dura a través de las capas de ropa que nos separan. Y sus labios, ¡Oh mierda! Sus labios avanzan y toman posesión de mi boca sin pedir permiso, y la manera que besa, hace que mi raciocinio se vaya de paseo.

Y no soy capaz de negarme a abrirle paso a su lengua maliciosa para que irrumpa en mi cavidad bucal, todo lo contrario, si no que me uno a su maquiavélico asalto, y no me quedo atrás, mi lengua le da batalla a tan atrevido guerrero, que deseo prontamente hunda su gloriosa espada en mí. 《¡Mierda, ¿de dónde salieron esos pensamientos?》

Y así, mientras nuestras lenguas batallan, danzan, se envuelven, juguetean; mis piernas tiemblan, pero no de miedo, ¡Joder! Mi cuerpo ha reaccionado otra vez, esta loco; mi centro palpita pidiendo atención y no sé que hacer, pero mis manos si saben lo que deben hacer, porque están sacando ansiosas la sudadera que él lleva puesta. Una vez fuera, mi tacto se deleita con la suavidad y dureza de su torso desnudo.

《¡Es el cielo joder! Y yo a pesar de mi infierno pasado, me siento una maldita afortunada》

Este hombre es delgado pero fuerte a la vez, tiene la piel caliente como deberían ser las llamas del inframundo, y yo quiero malditamente quemarme si es con él.

Sus manos que son unas pecadoras avariciosas, están acariciando mi piel desnuda por debajo de mi camisa, el calor que ya se ha expandido por mi cuerpo, se agolpa entre mis piernas. Sus manos ahora recorren mi espalda hasta llegar al broche de mi sujetador, y con audacia logra desabrocharlo.

Luego sus dedos hacen un recorrido desde mi espalda a mis pechos apartando el sujetador hacía arriba, liberándolos de su cautiverio, y no se detienen hasta tomar por completo mis pech*s, los masajean con presteza por unos segundos, y se alejan. Yo me quejo por la ausencia de su tacto, pero este vuelve a mí después de quitar mi chaqueta, blusa y la tela que cubría mis ya erect*s y calientes p*zones. Mi cuerpo ansia el suyo de una forma que me asusta, 《Definitivamente esta no soy yo, cómo puedo ser una hoguera en sus brazos, si siempre fui una chispa en los de mi ex》

Y las prendas caen al suelo.

Suspiros y gemidos es lo que se escucha sobre el silencio de la biblioteca. El deseo y la exitación nubla cualquier indicio de raciocinio.

La pasión se a apoderado de nuestros actos, y ya no hay nada que hacer.

Nuestras respiraciones dejan de entremezclarse para dar paso a sus labios, que ávidos y hambrientos no se detienen ni un segundo y sigue su camino por mi clavícula hasta el valle de mis s*nos desnudos, allí comienza a mimarlos con devoción, rudeza y ternura. Su boca que es el mismo pecado viviente, me tortura y da placer mientras lame, chupa y muerde mis puntas.

Gimo sin vergüenza, sin ponerme a pensar que dirán si me escuchan, realmente no me importa.

— ¡Oh Dios, así, sí, es tan bueno. —mi voz sale ronca y excit*da, mis parte íntima esta totalmente moj*da.

Mis manos recorren la cinturilla de su Jeans, hasta dar con el broche de estos, una vez logro desabrocharlos, estos quedan sueltos. Entonces siento como mi falda larga se desliza por mis caderas y piernas desnudas, hasta llegar a mis pies.

Ahora estoy a su merced con solo unas bragas y sandalias.

Sus labios vuelven a mi boca devorándola con desesperación, y la temperatura cada vez es más alta, sus jeans se deslizan solo un poco de sus piernas, su boxer le sigue. Sus manos bajan hasta mis muslos desnudos y baja mis bragas húm*das por la excitación. Sus manos viajan a mi trasero, lo aprieta y masajea, para luego posar una mano en cada una de mis pompis, y con fuerza me levanta. Mis piernas se abren cual capullo en primavera, exponiendo su más preciado tesoro, que una vez fue repetidas veces mancillado cruelmente y que ahora por más raro que parezca, siente la necesidad de tener a este hombre en su interior tan desesperadamente, que me asusta y me gusta.

Rodeo su cintura con mis piernas, y siento rozar su espada en mi intimidad, se siente dura y su calor enciende aún más mi deseo. La delgada línea que hay entre mi raciocinio y la locura por la cantidad de emociones que me hace sentir, esta a punto de romperse, ya que el único obstáculo son un par de centímetros.

Deja de besarme y me mira con intensidad y deseo. Sus ojos oscurecidos por la lujuria lo hacen ver perverso y devorable.

— Eres hermosa, y te deseo como no tienes idea, no sabes las ganas que tengo de foll*rte, de entrar en ti ummm... —baja su boca a mi pecho y ch*pa mi p*zón soltando gemidos que van a la par de los míos por el placer y las sensaciones que sentimos《¡calor, calor, una cale*turienta es lo que soy! Y él parece encantado, es como si mi p*zón fuera su dulce preferido》

Después de darle atención a mis pechos, gimó por la agradable sensación que es sentirlo rozar con su dureza mi zona íntima, creando fricción y una agradable alerta de incendio.

Una de sus manos se cuela por mi entrepierna, llegando a mi clit*ris, allí hace círculos brevemente, y luego se aleja pasando sus dedos desde allí a mi centro húmedo, donde mete sus dedos pen*trandome lentamente.

De mi boca salen incoherencias a causa de mi placer, y cuando saca sus dedos vuelve a hacer círculos en ese botoncito sensible hasta que me hace explotar en millones de puntitos de colores fluorescentes. Mis paredes internas se contraen, y escucho sus voz casi como un susurro muy lejano.

— ¡Mierda Estas tan exquisitamente mojada, que me dan ganas de saborearte, y lo haría si no fuera porque estoy ansioso por enterrarme en tu interior. Dios me vuelves loco. —un gemido se escapa de mis labios seguido de un suspiro, mientras todavía estoy en las nubes por el reciente org*smo, sus dedos se alejan de mi con suavidad, para que dejen de ser un obstáculo a su imponente hombría, la cuál coloca en la entrada de mi..."

Mi respiración es agitada, y estoy sudando.

— Fue un sueño... —me siento de golpe en la cama, mi frustación es palpable.

— Si cariño, menos mal que por fin despiertas, ¿qué te pasa hija, que soñabas? me preocuparon tus gritos y por eso vine a verte. Además estas sudando. —me dice mi madre inquieta, y cuando toca mi frente abre sus ojos más aún— No deberías ir a trabajar hoy, tienes mucha fiebre, estas muy caliente. Llama y dí que hoy no puedes ir porque estás enferma.—tapo mi cara con mis dos manos, y me recuesto avergonzada con mi madre, ella realmente se ve preocupada, y yo maldita sea estaba soñando con él.

<< ¡Mierda, por eso estoy malditamente caliente y sudorosa. Fue tan real!>>

Además desde mi ex, no ha habido otro hombre en mi vida, por no decir que ese hijo de puta ha sido mi única experiencia, y una experiencia que al principio fue solo buena, y después una pesadilla.

Una pesadilla de la que todavía trato de salir, a pesar de haberme alejado.

Los recuerdos invaden mi mente, todavía recuerdo el comienzo de lo que sería.

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