La voz de Hanna interrumpió el silencio mientras revolvía su cereal, recostada de lado en una de las sillas de la cocina. Tenía el cabello recogido en una trenza improvisada, un suéter enorme y esa expresión burlona que siempre traía cuando intuía algo.
Olivia Montenegro Saldívar
¿Quién?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Ay, no te hagas. El hijo del señor Valencia. El del traje negro, sonrisa de comercial y mirada de “tengo secretos oscuros”. Ese
Olivia Montenegro Saldívar
Nicolás
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Nicolás eh ¿Y qué tal?
Olivia Montenegro Saldívar
¿Qué tal que?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Olivia
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Te quedaste viendo a ese hombre como si no supieras si querías besarlo o confesarle un crimen
Olivia Montenegro Saldívar
No fue para tanto
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Fue exactamente para tanto, hermana. Hasta el silencio se volvió incómodo cuando se vieron
Olivia Montenegro Saldívar
Tiene novia, Hanna
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Y tú no estás buscando novio, ¿entonces cuál es el problema?
Olivia no respondió. Se llevó la taza a los labios, distraída, mientras en su mente se repetía ese momento como una escena a cámara lenta. El apretón de manos. La forma en que sus miradas se engancharon. La palabra “novia” flotando como un balde de agua helada.
Pero él había sido amable. Educado. Y absolutamente… imposible de ignorar.
Olivia Montenegro Saldívar
Ya déjalo ahí
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Tú sabes que no voy a dejarlo ahí
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Más tarde…
Madison Vega Sinclair
Tenemos que salir
Madison Vega Sinclair
No podemos dejar que tu regreso sea solo cajas, jet lag y eventos empresariales
Olivia Montenegro Saldívar
Estoy de acuerdo. ¿A dónde?
Madison Vega Sinclair
Tú ponte algo cómodo. Yo paso por ti. Ya veré a dónde nos lleva la vida
Olivia Montenegro Saldívar
¿Y eso no es peligroso?
Madison Vega Sinclair
¿Conmigo? Jamás
Una hora después, estaban en un café con terraza, cerca de la playa, con vasos altos de matcha y gente paseando perros como si fueran parte de un desfile de moda.
Olivia Montenegro Saldívar
Extrañaba esto
Madison Vega Sinclair
¿California?
Madison Vega Sinclair
Pero sí, aquí todo se siente… vivo
Olivia Montenegro Saldívar
Y rápido
Madison Vega Sinclair
Y lleno de rubias operadas
Olivia Montenegro Saldívar
Eso también
En ese momento, Hanna apareció detrás de ellas con sus gafas de sol enormes y una chaqueta oversize.
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Por qué no me invitaron?
Olivia Montenegro Saldívar
Porque dijiste que odiabas Santa Mónica
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Sí, pero odio más quedarme en casa
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Además, quiero saber de Nicolás. ¿Te escribió?
Olivia Montenegro Saldívar
Tampoco es como si le interesara Hanna, tiene novia y no tiene mi número
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Y si lo buscas tú?
Olivia Montenegro Saldívar
Hanna, no
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Ay, qué aburrida. A esta vida llegaste tú pero con sueño
Madison Vega Sinclair
Literal
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Y tus campañas?
Olivia Montenegro Saldívar
La próxima semana tengo una para una firma de ropa deportiva. Y al día siguiente, una sesión editorial con una revista local
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Local? ¿Tú en una revista local?
Olivia Montenegro Saldívar
Quiero empezar a trabajar con marcas de aquí. Sentirme parte de nuevo
Madison Vega Sinclair
Ya eres parte
Madison Vega Sinclair
Y sabes que todos te están esperando. Ayer te vieron como si fueras Beyoncé
Olivia Montenegro Saldívar
Beyoncé no tiene hermana rebelde
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Y tú cómo sabes?
Madison Vega Sinclair
Es poco probable Hanna
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Mientras tanto, en la casa de los Valencia…
Chloe Valencia Ambrosio
No puedo creer que no me la presentaras
Nicolás Valencia Ambrosio
Te dije que no estabas cerca cuando llegaron
respondió Nicolás mientras servía agua mineral en un vaso
Chloe Valencia Ambrosio
No es excusa. Estabas ahí. Estuviste con ella. Le hablaste. Yo ni la vi pasar
Nicolás Valencia Ambrosio
No era para tanto
Chloe Valencia Ambrosio
¿No era para tanto?
Chloe Valencia Ambrosio
Nicolás. Es Olivia Montenegro. ¿Sabes cuántas veces he guardado sus fotos de Pinterest? ¿Cuántas veces he intentado copiar su maquillaje? Es como… mi ídola. No inventes
Nicolás Valencia Ambrosio
Bueno, ya la verás después
Chloe Valencia Ambrosio
¿Y si no? ¿Y si desaparece y se vuelve a ir como hace años? ¿Y si no la vuelvo a ver jamás y pierdo mi oportunidad de decirle que la amo?
Nicolás Valencia Ambrosio
Ya estás exagerando
Chloe Valencia Ambrosio
Tú no entiendes porque la saludaste. Yo no
Chloe Valencia Ambrosio
Y no se compara en nada a tu noviecita Jimena, eh. Ni una gota
Nicolás se quedó en silencio unos segundos. Apoyó los codos en la barra y bajó la mirada al vaso.
Nicolás Valencia Ambrosio
No hables así de Jimena
Chloe Valencia Ambrosio
¿Y por qué no? Es tu novia, no la reina de Inglaterra
Nicolás Valencia Ambrosio
Porque… no es necesario
Chloe Valencia Ambrosio
No me digas que te gustó Olivia
Nicolás Valencia Ambrosio
Chloe no seas ridícula
Chloe Valencia Ambrosio
Ahí está. No dijiste que no. Solo que no fuera ridícula. O sea: sí te gustó
Él no contestó. Dio un trago largo y miró por la ventana. El cielo estaba despejado, pero sentía algo nublado por dentro. Algo que no entendía. Algo que no sabía si quería entender.
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Más tarde, en la casa de los Montenegro
Gustavo reía fuerte con Fernando en la sala mientras tomaban café y hablaban de proyectos, empresas, inversiones y anécdotas que sólo ellos entendían.
Fernando Valencia Estevez
Eres el mismo de siempre, no cambiaste nada cabron
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Tú tampoco, nomás más canoso
Fernando Valencia Estevez
Y tus hijas… qué bárbaro. Olivia parece sacada de una portada
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Así es
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Estoy orgulloso. Y de Hanna también, aunque me saca canas verdes
Fernando Valencia Estevez
Te salió brava
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Sí, pero leal. Es lo importante
Desde arriba, Olivia escuchaba las risas de su padre y Fernando. En la pantalla de su celular, revisaba los correos de su agencia, confirmaba fechas, y agendaba pruebas de vestuario.
Todo parecía moverse rápido.
Pero su mente volvía, sin permiso, a ese momento exacto:
La mano de Nicolás.
El sonido de su voz al decir su nombre.
El vacío cuando pronunció: “Ella es Jimena, mi novia.”
Y la pregunta que no se atrevía a hacerse…
¿Y si haber vuelto no fue solo por su carrera?
¿Y si esta ciudad no solo la estaba recibiendo…
…sino reclamando?
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