No vamos a Los Ángeles, Hanna. Esto es Santa Mónica
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Santa Mónica… Beverly Hills… ¿no es lo mismo?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Igual hay drama, plástico y mucha gente con el ego rebotando por las paredes
Olivia Montenegro Saldívar
Tú venías feliz hasta hace cinco minutos
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Tú venías dormida hasta hace diez
Ambas se quedaron de pie frente a la nueva casa. Olivia la observó en silencio, como si intentara reconocer algo, una sensación, una memoria escondida. Había vivido ahí hasta los cinco años, pero todo le parecía nuevo. Ajeno. Incluso el aire tenía otro peso. Más suave, pero más extraño.
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Segura que quieres entrar?
Olivia Montenegro Saldívar
¿Tengo opción?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Siempre. Puedes huir conmigo y comenzar una vida vendiendo dulces artesanales en algún rincón de México
Olivia Montenegro Saldívar
Piénsalo bien. No me gusta cocinar
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Mierda, es cierto
La voz de su madre las interrumpió:
Kate Saldívar Walker (Mamá)
¡Chicas! Ayuden con las cajas, por favor. No todo es para posar
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Te hablan, top model
Olivia rodó los ojos con una sonrisa que no le llegaba del todo a la mirada. Estaba bien. Estaba… tranquila. Pero esa sensación rara no se le quitaba. Como si algo o alguien fuera a desestabilizarla sin aviso.
Y no estaba tan equivocada.
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Horas después…
Madison llegó cuando apenas se habían acomodado los muebles principales. Vestía un conjunto deportivo blanco que no le restaba ni un gramo de elegancia. Llevaba gafas oscuras en la cabeza, y su cabello castaño claro estaba peinado con una trenza relajada y chic.
Madison Vega Sinclair
No sabes lo feliz que estoy de tenerte otra vez aquí. ¡Te extrañé!
Olivia Montenegro Saldívar
Yo también, no vuelvas a vivir tan lejos
Madison Vega Sinclair
No fue mi decisión
Olivia Montenegro Saldívar
Ni la mía
Madison Vega Sinclair
¿Y Hanna? ¿Ya anda incendiando cosas?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Aquí estoy, maldita
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¡Que onda Madi!
Madison Vega Sinclair
Nada, aquí intentando procesar que volvieron las Montenegros y que esta ciudad jamás volverá a ser la misma
Olivia Montenegro Saldívar
Ni yo
Madison Vega Sinclair
Por cierto
Madison Vega Sinclair
¿ya te dijo tu papá que hoy van al evento de Fernando Valencia?
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Fernando Valencia? ¿Ese no es como el mejor amigo del papá?
Olivia Montenegro Saldívar
El mismo. Empresario top, mansión en las colinas, golf todos los domingos, tres hijos y una esposa hermosa que cocina como si tuviera un canal de cocina italiano
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Ugh. Qué asco de perfección
Madison Vega Sinclair
Tú cállate
Madison Vega Sinclair
A ti solo te interesa si hay comida gratis
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
Y chicos guapos
Olivia Montenegro Saldívar
¿Es obligatorio ir?
Madison Vega Sinclair
Tu papá dijo que sí. Es su regreso oficial a la vida empresarial californiana. Y tú, como hija estrella, debes estar presente
Olivia Montenegro Saldívar
Que fastidio, recién llegamos
Olivia Montenegro Saldívar
Me urgía descansar
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Más tarde esa noche
La mansión de los Valencia era lo que cualquiera esperaría de una familia poderosa y vieja escuela. Jardines simétricos, música instrumental en vivo, camareros con charolas de copas, y una mezcla de perfumes caros que flotaban en el aire.
Olivia bajó del coche junto a sus padres y su hermana, con un vestido negro de espalda descubierta que combinaba perfectamente con sus tacones finos. Su rostro, aunque sencillo, destacaba por su belleza natural.
Caminaba con elegancia. Sin querer llamar la atención, pero imposible de ignorar.
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Llegamos a tiempo
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Les presento a todos en cuanto entremos
Hanna Montenegro Saldívar (Hermana)
¿Tengo que sonreír?
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Sí. Y sin groserías, por favor. Solo por esta noche
Ya dentro, saludaron a varios empresarios. Olivia se mantenía cerca de su madre, sonriendo de forma medida, hasta que…
Fernando Valencia Estevez
¡Gustavo! ¡Viejo amigo!
Fernando Valencia se acercó con una sonrisa amplia, vestido con elegancia discreta. A su lado, su esposa saludaba con una calidez natural.
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
¡Fernando! Cuánto tiempo
Gustavo Montenegro Linares (Papá)
Te presento a mi esposa Kate y a mis hijas, Olivia y Hanna
Fernando Valencia Estevez
Un gusto tenerlas aquí
Fernando Valencia Estevez
Y tú debes ser Olivia, ¿cierto?
Olivia Montenegro Saldívar
Si, es un placer
Fernando Valencia Estevez
He visto tu rostro en más portadas de las que puedo contar. Mi esposa es fan tuya, por cierto
Olivia Montenegro Saldívar
Gracias, señor. Qué honor
Fernando Valencia Estevez
Y hablando de honores
Fernando Valencia Estevez
les presento a mi hijo mayor. Nicolás
Y entonces pasó.
Lo vio.
Y el mundo hizo un ruido seco. Como un corazón parando.
Nicolás caminó hacia ellos con pasos firmes. Traje negro. Camisa blanca abierta apenas en el cuello. Mirada serena, educada, y labios perfectamente dibujados.
Era guapo. Demasiado.
Y al mirarla… algo se rompió en ella.
Nicolás Valencia Ambrosio
Un gusto (extendiéndole la mano)
Olivia dudó apenas una fracción de segundo antes de corresponder el gesto.
Olivia Montenegro Saldívar
Igualmente
La electricidad fue real. Ni uno de los dos sonrió. Solo se miraron.
Un segundo de más.
Tal vez dos.
Y luego, detrás de él, llegó una figura rubia. Impecable. Sonrisa blanca. Vestido de diseñador.
Jimena Álvarez Palomares
Cariño ¿no vas a presentarme?
Nicolás Valencia Ambrosio
Claro, ella es Jimena… mi novia
La palabra retumbó en el pecho de Olivia.
Y ahí lo supo.
Había vuelto a California…
…a sentir cosas que no había pedido.
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