Capítulo #3 Problemas Logísticos

...⋆⭒˚.⋆🪐 ⋆⭒˚.⋆...

Unos pasos pesados, como el eco de una avalancha, resonaban a lo largo de un pasillo que conectaba con diversas habitaciones.

Sala de archivos, sala de descanso, sala de… ¿rascaditas?

Ok. No quiero saber qué pasa ahí.

Los pasos se detuvieron frente a la última puerta. La sala de reclutamiento.

—¡Épsilon!

Una voz distorsionada, potente y amenazante retumbó en la entrada.

Crowy dio un respingo inmediato, y su esqueleto aviar se erizó por reflejo.

Las flamas de Épsilon vacilaron. Sabía exactamente quién había llegado.

—¿Dónde están los dispositivos de almacenamiento que le encomendaste al candidato?

Una esfera enorme, cubierta de un líquido viscoso y con brazos gelatinosos, se deslizaba por el marco de la puerta. Era como un slime… pero en modo jefe intergaláctico.

—Oh, sí, jefe… sobre eso… —Épsilon giró hacia Crowy con una expresión que claramente decía “sálvame, por favor”.

Crowy, en respuesta, se convirtió en cuervo y se deslizó sin una palabra a su estación de trabajo.

Este Épsilon está más despedido que contratado.

—Verá, jefe… durante el proceso de reclutamiento, hubo un cambio… inesperado.

—¿Inesperado?

—Sí, sí... Imprevisto cósmico… pero ganamos en calidad, créame. El nuevo candidato es un rayo de esperanza galáctica.

—Interesante. ¿Y eso qué tiene que ver con los dispositivos de conocimiento humano?

Los pequeños puntos negros que hacían de ojos en el slime se clavaron en las flamas temblorosas de Épsilon.

—Eps… —intervino Crowy con cierta tensión—. Mejor dile la verdad.

—¿La verdad? ¿Hay algo que no me estás contando, Épsilon?

Ahora el pobre flamoide estaba más acorralado que nunca. Rodeado, no por paredes, sino por la presión galáctica y laboral.

Si los flamoides sudaran, este lugar ya tendría una piscina de lava.

—Bueno, sí… Crowy tiene razón… Concejal Qagoo. Hubo un pequeño error con el humano que trajimos a la organización.

—¿Un error?

—Digamos que… olvidó traer los chips consigo.

—¿¡Qué!? —Crowy gritó tan fuerte que su forma parpadeó entre varias versiones de sí misma.

—Oh… ya veo. No hay problema. Error de principiante. Que regrese a la Tierra por los chips, y asunto resuelto.

—Claro, sí. En nada tendremos el conocimiento humano de vuelta, en menos de los que canta un Cackaroo. Todo bajo control.

—Eso espero, Épsilon… eso espero…

El slime se retiró rebotando lentamente. De ahí el sonido a derrumbe.

Un poco de dieta no te hace daño, ¿eh?

—¿¡Qué se supone que haces, trozo de carbón encendido!?

Crowy, ya transformada de nuevo en flamoide, sacudía a Épsilon con ambas manos como si quisiera reiniciarlo manualmente.

—¡Ahhh... menos mal se la creyó! Digo, confió... eso quise decir.

—¡Nos acabas de condenar a los dos!

Crowy se encogió en su estación de trabajo, adoptando formas ansiosas como una una robot humex, una elfa, o un slime a la defensiva.

—No creo que sea tan grave…

—¡Si ese humano resulta ser un completo inútil y no consigue los chips antes del final del ciclo solar, nos van a despedir por incompetencia y falsedad!

Y tenía un punto.

¿Hasta cuándo se podría sostener la mentira de Épsilon?

—Tranquila… Crowy, eres una Skrow. Tu especie es famosa por mantener la compostura en los momentos más críticos.

—¿Skrow serena? Ja. ¡Ayer me bajé tres latas de pastel estelar del estrés!

Eso… suena preocupante. Azúcarita en estado de emergencia.

—Bien, bien. Yo lo arreglaré. Mandaré a Alex con el resto de su equipo a la Tierra, recuperarán los chips, salvamos nuestros trabajos, y te alejamos de una posible diabetes tipo tres.

—Más te vale arreglar esto, pirómano.

Crowy volvió a su forma de cuervo y se posó sobre el hombro del flamoide.

—Vamos a buscar a ese trío de inadaptados.

Un pasillo más adelante, igual de largo y sobredecorado...

¿Quién diseña estructuras así? ¿Los pasillos infinitos están de moda?

Cada muro estaba cubierto de puertas con nombres rimbombantes y algo dudosos: Nebulosa Acuática, Planeta Increíble, Sistema Reptiliano, Heartless, Las Memorias, y una lista interminable.

Una puerta destacaba, pero no por su diseño… sino por su título.

Equipo de Heart.

Wow. Qué creatividad. Me pregunto cuánto tiempo le tomó decidir ese nombre.

—Mmm… universo… —Alex dormía plácidamente sobre un colchón tan suave como la idea popular de lo que sería tocar una nube. —Explorar…

¿Habló dormido? Probablemente no sea buena idea confiarle secretos.

—Hey, Alex… —Unas manos frías y suaves lo tocaron con delicadeza. —Despierta... o te reinicio el sistema con una cachetada.

Heart comenzaba a desesperarse.

—¡Despierta! —La robot endureció su superficie y le soltó un golpe seco.

—¡Ala gran! ¿¡Qué onda!? —Alex se incorporó bruscamente, sobándose la cara. —Ah… buenos días, Heart…

—Buenos días, Alex... tu sistema parece lento hoy. —Heart salió de la habitación con total indiferencia.

Le acaba de dar semejante golpe y ni siquiera se digna a explicar. Qué considerada.

—Te esperamos en la sala.

Alex aún se sobaba el rostro. El golpe casi le había reacomodado la mandíbula.

Con compañeros así, ¿quién necesita enemigos?

Al bajar, encontró a Writz sentado en el sofá, leyendo un libro que parecía haber sobrevivido varias eras galácticas. Mientras tanto, Heart servía un vaso de lo que, por el bien de todos, ojalá fuera jugo de naranja.

—Buen día, Alex. ¿Qué tal la cama? —preguntó Writz, sin apartar la vista de su lectura. —Esas plumas vienen de dragones Airnek... criaturas tan nobles que hasta el viento les pide permiso para pasar.

—¿Plumas de dragón? ¿No se supone que deberían tener escamas?

Este chico aún intenta encontrar lógica en un lugar donde hay robots con emociones y jefes con forma de slime.

Writz rió ligeramente ante la inocente duda.

—Existen dragones de todo tipo. Algunos tienen escamas, otros plumas, y algunos poseen una piel tan suave que puedes resbalar sobre ella.

—Wow… ¿y todo eso lo sacaste de ese libro?

—¿Qué? No, esto es… un libro de cocina. —Writz bajó la mirada, algo incómodo.

Mucha serenidad pero poca habilidad en la cocina...

—¡Épsilon llamó esta mañana! Vendrá para asignarnos nuestra primera misión. —La voz de Heart tenía un matiz nuevo: entusiasmo.

Alex notó el cambio. Heart, ¿emocionada?

La robot, incómoda, cambió su semblante a uno más serio y neutral.

—En fin, Alex… antes que nada, quiero agradecerte por formar parte de este equipo. Sin ti, no podríamos acceder a tantas misiones como quisiéramos.

La frase tenía buenas intenciones, pero cayó como una piedra. Alex creyó que al menos lo agradecerían por su voluntad de quedarse… no solo por ser el requisito mínimo para llenar el formulario.

Justo entonces, se escucharon toquidos en la puerta.

—Ah, perfecto. Ya llegaron. —Heart se dirigió hacia la entrada.

—No te desanimes, Alex —murmuró Writz—. Cuando te conozca mejor, dejará de verte como una carga. Toda raíz joven necesita tiempo para crecer. Ya verás, pronto te sentirás parte del bosque.

Las palabras fueron reconfortantes. No perfectas, pero algo es algo.

Aunque también era conveniente que Alex no se marchara, ¿no?

Épsilon y Crowy entraron apresurados.

—¡Buen día, equipo! Eh... ¿Cómo se llama el equipo? —preguntó Crowy, flotando con curiosidad.

Heart abrió los ojos de par en par.

"¿El nombre del equipo? No había pensado en eso." Pensó.

Revisando su memoria inmediata, rescató una palabra suelta. Una que Alex había dicho mientras dormía: explorar.

—¡Explorar! Digo… Explorers. ¡Nos llamaremos Explorers! —dijo, forzando una pequeña sonrisa.

No era el nombre más original, pero funcionaba.

—¿Decidiendo el nombre sin votación? Qué considerada… —bromeó Writz. Heart lo fulminó con la mirada.

Alex solo saludó con la mano. Ya intuía lo que venía.

—Bien, equipo Explorers —anunció Épsilon—. Su primera misión será regresar a la Tierra para recuperar unos chips de almacenamiento.

El flamoide activó un holograma con imágenes de los dispositivos.

—Estos chips contienen toda la información y cultura de la especie humana. Nos permitirán negociar con la Tierra y registrar formalmente su existencia en la red galáctica. —explicó Crowy, ahora en su forma flamoide.

—Parece importante… —dijo Alex, examinando los chips.

—Entonces... esta misión será la que despierte nuestra raíz como equipo. —preguntó Writz.

—Exactamente, Writz, esta misión no es cualquier paseo interestelar... —asintió Épsilon—. Consigan esos chips, regresen con todas sus extremidades, y ¡boom!, se ganan su rango galáctico.

Tanto Heart como Writz intercambiaron una mirada cargada de emoción. Alex, en cambio, parecía perdido en otra galaxia.

¿Rangos? ¿Como en Solo Leveling?

—Disculpen… ¿qué es eso de los rangos?

Todos lo miraron a la vez.

Ese momento incómodo donde descubres que eres el único sin idea de lo que está pasando... horrible.

—Cierto, Crowy. Aún no hemos inscrito a Alex en los cursos de orientación galáctica. —Épsilon le entregó su tablilla.

—Lo agregaré a la lista. Pero no te emociones, Eps. Primero veamos si el chico no se quiebra en el intento.

—¿Cómo así que quebrar? —preguntó Alex, inquieto.

—Bueno… el anterior candidato falleció en un accidente. Su auto, con los chips originales, cayó por un acantilado. —explicó Crowy, sin rodeos.

—Por suerte —añadió Épsilon—, existe una copia de respaldo.

Crowy activó otro holograma. Esta vez, lo que apareció fue una base militar terrestre. La bandera estadounidense ondeaba en la entrada.

—Así que tienen que ir por la copia. En la base militar. Humana. De esas que disparan primero y preguntan nunca.

Alex sintió un escalofrío.

—Esa es una base militar… estadounidense. —dijo, resignado—. ¿Vamos a infiltrarnos en una base militar gringa llena de soldados armados hasta los dientes?

—¡Eso suena increíble! ¡Por fin una misión real! —exclamó Heart, casi brincando de emoción.

Alex solo quería volver a la cama. O al menos, cambiar de universo.

—El sendero ha sido trazado. Prepararé los pergaminos... y mi mente. —Writz se retiró con tranquilidad a su habitación. Su calma frente a una misión tan riesgosa solo inquietaba aún más al humano.

—¿Es necesario que vaya? —preguntó Alex, con las manos temblorosas. —Creo que Heart y Writz podrían arreglárselas sin mí…

—¡Claro, quédate, así no estorbas! —Heart hablaba con total despreocupación.

Alex no sabía si sentirse aliviado… o insultado.

—En realidad, Alex tiene que ir con ustedes. —aclaró Crowy, ya en su forma aviaria.

—¿¡Qué!? ¡Pero no puede hacer nada! ¡Ese humano no tiene ni siquiera calibrados los puños! ¿Cómo quieren que lo lleve?

—Tú misma lo escuchaste, ¿no? —intervino Épsilon con una sonrisa astuta. —Si está contigo, no es para aprender, es para adaptarse a las amenazas.

Heart se quedó en silencio, procesando la indirecta.

"¿Cómo se enteró de que lo estaba escuchando ayer...?" Pensó.

Fastidiada, se rasgó la cabeza con ambas manos, conteniendo un cortocircuito emocional.

—¡Está bien! ¡El humano viene con nosotros! —dijo finalmente, antes de marcharse a su habitación. Cerró la puerta con un portazo tan fuerte que agrietó parte del muro.

—¿En serio sobreviví a varios golpes de ella? —murmuró Alex, observando las grietas. —¿Por qué necesitan que vaya yo?

Crowy cruzó las alas y suspiró.

—Ehhh... bueno... resulta que veníamos en camino, cuando... nos topamos con cierto concejal... y como yo soy tan... social... pues se me salió mencionar que tú irías por los chips. —Épsilon se rascó la cabeza, apenado.

—Ahora el concejal quiere conocerte. Personalmente. Con chips en mano y sonrisa de recluta. —Agregó Crowy.

—Perfecto… más presión. Ni modo... si me toca, me toca. —Alex casi se desplomaba.

Sus piernas temblaban, y aún tenía vendajes en la cabeza del golpe de ayer. Todo esto parecía sacado de una mala broma espacial.

Crowy lo observó con cierta culpa. Al menos ella mostraba empatía por la situación del humano.

Fue entonces que se transformó una vez más. Esta vez tomó una forma humana, lo que dejó boquiabiertos tanto a Alex como a Épsilon.

—Alex... sé que da miedo. Nos pasó a todos. Y sí, sigue pasando. Nadie nace listo para este trabajo.

Sacó un reloj digital del bolsillo. O al menos parecía uno.

—¿Qué es esto? —preguntó Alex, mientras ella se lo colocaba en la muñeca.

—Es un activador de viaje interestelar. Puede crear portales para transportarte entre lugares. Si todo se sale de control, puedes usarlo para huir.

—¿Puedo crear portales? ¿Así, nada más?

Alex no esperó ni dos segundos. Tocó el reloj, activando un portal frente a él. Intentó atravesarlo… solo para estrellarse de lleno contra la superficie.

—¡Agh! ¿¡Por qué no funcionó!?

— Creaste medio viaje, muchacho. Falta el portal de salida... Principio básico de portología 101.

A este le hace falta jugar Portal.

Alex lo intentó de nuevo. Esta vez, creó el primer portal frente a él… y el segundo en la cocina. Cruzó con éxito.

—¡Increíble! Pero el nombre es muy largo… ¡Mejor lo voy a llamar reloj de portales!

—Lo que sea que te ayude a usarlo bien. —dijo Crowy. —Ahora ve a prepararte. Tienen una misión que los espera.

Ella y Épsilon salieron del hogar del equipo Explorers.

Alex, por su parte, daba saltos de emoción.

—¡Puedo crear portales! ¡Puedo viajar entre mundos! ¡Esto es increíble!

Como niño con juguete nuevo.

Aunque la felicidad no duró mucho.

—¡Alex, prepárate para la misión o te doy pantallazo! —La voz de Heart se oyó desde su habitación, molesta.

—¡Ah! Sí, sí… ¡ya voy!

Corriendo, Alex volvió a su habitación en busca de todo lo que pudiera ser útil.

A pesar de los gritos, los portazos, el peligro de muerte y lo absurdo de su primera misión… el humano tenía algo en claro:

No pensaba dejar pasar la oportunidad de tener una aventura.

Ay, mijo… te van a hacer pedazos.

...⋆⭒˚.⋆🪐 ⋆⭒˚.⋆...

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play