Esa tarde el cielo parecía hecho de ceniza, Yin caminaba con el cuaderno contra el pecho, la brisa fresca agitándole el flequillo. Iba distraído, perdido entre apuntes mentales y pensamientos que no lograba ordenar. Pero había uno que regresaba una y otra vez, Silas.
Su forma de mirar, su voz baja al hablarle, la manera en que parecía leerlo sin pedir permiso.
Había conocido a muchos deltas antes, pero ninguno como él, Silas no imponía. Silas no rugía. Silas susurraba.
Yin se sorprendía a sí mismo buscándolo con la mirada, incluso cuando no sabía que lo hacía. En clase, esperaba sus comentarios en voz baja. En la cafetería, elegía mesas que le permitieran verlo al pasar. Ya no era casualidad, y lo sabía.
Silas estaba en su mente.
Y eso era aterrador… y un poco emocionante.
Silas
Estás pensativo
Silas estaba ahí, como si lo hubiera invocado. Vestía suéter oscuro y una bufanda larga, como si el frío le afectara más que a los demás. Sostenía dos cafés. El de Yin tenía una nota: "Para las tormentas internas."
Yin sonrió, tomándolo con las yemas heladas.
Yin
Gracias, siempre llegás en el momento justo.
Silas
Porque presto atención
¿Podemos caminar?
( sin apartar los ojos de él)
Caminaron por los jardines del campus, entre bancos de piedra y árboles sin hojas. Había silencio, pero no era incómodo. Era de esos silencios que se llenan con lo no dicho.
Silas
¿Te molesta que te busque tanto?
( deteniéndose.)
Yin
(se giró para mirarlo.)
No. Si me molestara… te habría dicho algo.
Silas
(Lo observó como si pesara cada palabra, cada gesto.)
Es que… no quiero que pienses que soy como los otros, yo no veo tu rango, veo cómo tus ojos siguen las hojas cuando caen. Cómo fruncís el ceño cuando te perdés en tus pensamientos. Me gusta lo que sos cuando no sabés que te están mirando.
Yin
(Sintió que el mundo se silenciaba a su alrededor.
Esa era la clase de frase que uno espera toda la vida. Y sin embargo, al escucharla, le costaba creer que fuera real. ¿Cómo podía alguien notar tanto?)
No sé qué decir
Silas
No digas nada
Yin bajó la mirada, sonrojado. Su corazón latía con fuerza, y no era por el café. Estaba ahí, sintiéndolo: algo se estaba despertando. No una atracción física. Algo más profundo. Una conexión. Una seguridad que lo envolvía.
Silas dio un paso más cerca. No invadía, pero su presencia se sentía, como el peso de una tormenta en el aire antes del primer trueno.
Silas
(Dio un paso más cerca, no invadía, pero su presencia se sentía, como el peso de una tormenta en el aire antes del primer trueno.)
¿Puedo abrazarte?
La pregunta lo desarmó.
Yin asintió con lentitud, el abrazo fue cálido, envolvente.
No hubo presión, solo contacto, pero sus cuerpos encajaban como piezas de un mismo rompecabezas.
Yin cerró los ojos, por primera vez en mucho tiempo… se sintió visto. Seguro.
No sabía que, a veces, los brazos más suaves esconden las cadenas más fuertes.
Autora
👋 hola
Me gustaría saber que opinan de los primeros capítulos.
las leo .....
Comments
Mirana
hola autora! la verdad no soy muy fan de los chat story, pero está historia me gusta esta gustando mucho! sigue así! saludos
2025-07-26
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Kim Nava
quede 😲hasta yo misma me estoy creyendo todo lo que dice y hace Silas
2025-07-22
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