La nieve caía sin descanso sobre Moscú. La ciudad, envuelta en un manto blanco, ocultaba los horrores que sucedían entre sus sombras. En una casa vieja, mugrienta y sin calefacción, un chico de cabellos suaves como la miel temblaba sobre un sofá roto. Llevaba solo un suéter delgado, sus ojos color ámbar estaban llenos de miedo. Su nombre era Ilya, un joven gama de tan solo 17 años.
viejo rabo verde
Tranquilo, pequeño… pronto estarás en buenas manos *dijo el viejo gordo que lo había “comprado”. Su voz rasposa le helaba la sangre.*
Ilya apretó sus piernas contra el pecho, asqueado y aterrado. No entendía cómo su hermano, Alexei, lo había entregado así. ¿Tan poco valía para él?
Pero el destino tenía otros planes.
La puerta se abrió de golpe.
Cuatro hombres altos y vestidos de negro entraron como una sombra. Uno de ellos cargaba un maletín, otro revisaba cada rincón, y el tercero se quedó vigilando la entrada. El último... era diferente.
Alto, delgado pero marcado. Rostro inexpresivo, ojos helados como el Ártico. Su cabello negro contrastaba con su piel blanca. Su sola presencia parecía detener el tiempo.
viejo rabo verde
Mikhail Volkov... *susurró el viejo, empalideciendo*. El Diablo de Rusia...
Mikhail no habló. Solo caminó, con la elegancia de un rey, hasta el centro del salón.
Mikhail volkov
¿Dónde está mi dinero? *preguntó con voz baja pero cargada de muerte.*
El viejo balbuceó excusas. Ilya lo observaba desde su rincón, intentando no llorar, sin saber qué estaba ocurriendo.
viejo rabo verde
No lo tengo... Pero... ¡pero te traje un regalo! Un chico dulce, joven... un gama virgen. ¡Míralo! Puedes hacer lo que quieras con él.
Mikhail desvió la mirada hacia Ilya por primera vez. Y algo dentro de él se detuvo.
Esos ojos temblorosos... esa inocencia.
No dijo una palabra. Solo sacó una pistola con silenciador y disparó al viejo en la frente. La sangre manchó la alfombra.
Ilya gritó, pero antes de que pudiera moverse, Mikhail ya estaba frente a él.
Mikhail volkov
Levántate
*ordenó con voz dura.*
Ilya, aterrado, apenas logró ponerse de pie.
Ilya morózov
¿Me vas a...?
Mikhail volkov
No.
Tomó al chico de la muñeca y lo arrastró hacia la salida. Ilya no entendía nada. ¿Lo estaba salvando? ¿O era solo el inicio de algo peor?
En el auto, Mikhail se mantuvo en silencio. Ilya lo miraba con cuidado. Él era frío, distante, con un aura letal. Pero por alguna razón, ese mismo hombre había decidido no hacerle daño.
Ilya morózov
¿Por qué...? *susurró Ilya con valentía* ¿Por qué me salvaste?
Mikhail volkov
No me gusta que toquen lo que es mío.
Ilya morózov
¿Tuyo?
Mikhail volkov
Desde ahora, sí. Eres mío, gama.
El corazón de Ilya latió con fuerza. No entendía si debía tener miedo o esperanza. Pero ese día, su destino cambió para siempre.
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